Lester León Greaves. Foto de Jesus Simmons |
La Historia de Panamá tiene personajes que gravitan en el tiempo y es espacio. Algunos de ellos han sido llevados a la inmortalidad por la literatura panameña. Hace poco uno de esos personajes, Lester Leon Greaves, quien motivó a Joaquín Beleño a escribir una de las novelas más importantes que se ha escrito sobre nuestra historia: Gamboa Road Gang, falleció dejando un silencio sepulcral.
La obra de Beleño es necesaria para entender la relación existencial de la presencia norteamericana en Panamá. Relación histórica que hoy está siendo mermada, porque ya no se leen en la escuela las obras de tema canalero o con el duro tema de la Invasión de 1989. Nuestra memoria es importante para que tengamos una mirada del pasado que nos ayude a entender el presente y edificar el pasado.
Mirada de Nuchu, a manera de homenaje, reproduce un artículo de Ernesto A. Holder que apareció en la Estrella de Panamá el lunes 30 de marzo. Para los que no pudieron leerlo, lo reproducimos en este blog con la autorización de su autor a quien felicitamos por tratar de rescatar nuestra memoria y enriquecer nuestra historia.
CF
Lester Leon Greaves
Por: Ernesto A. Holder
Retratado en la novela de Joaquín
Beleño, Gamboa Road Gang, Lester Leon Greaves, a mediados de la década de 1940,
fue acusado de violar a una joven blanca de la Zona del Canal. A penas contaba
19 años y la realidad señala evidencias de un amor furtivo entre los dos
jóvenes. El sistema judicial —cruel y racista— de la Zona del Canal lo condenó
a 50 años de prisión. Su caso se convirtió en un reclamo nacional como parte
importante de la lucha por la descolonización de la Zona del Canal y formó
parte de la retórica y del discurso nacionalista para ejercer presiones por su
liberación.
El escritor Beleño, sobre los
sueños de libertad, las esperanzas de emancipación que acechaban el consciente
y subconsciente, real o subliminal de uno de sus personaje, en Gamboa Road
Gang, relata poéticamente que: ‘Un jubilo
nervioso conmueve todo mi ser. El sol brilla para la humanidad. El sol brilla
para el hombre. No importa que yo esté recluido en una cárcel. Todo esto
pasará, pero yo también cruzaré la carretera de nuevo. El sol está brillando.
Tarde o temprano brillará para Atá y Lester Greaves, condenados a cincuenta
años por atreverse a tocar gringas de ojos azules’.
La Cárcel de Gamboa en 1915. Hoy es conocida como El Centro de Rehabilitación El Renacer. |
El diario La Hora del martes 16
de enero de 1962, anunció la liberación de Lester, con el tituló de portada: ‘15
años, 9 meses, 13 días y seis horas en Gamboa’, lugar en donde purgó su
sentencia hasta ese momento. El diario mostró fotos de Lester con su madre y
sus familiares y reseñó que, el entonces gobernador de la Zona del Canal, Don
Williams Carter, ‘... en una actitud justa y honrada, firmó ayer el indulto a
favor de Lester León Greaves, acción que ante los ojos de todos los panameños
le ha merecido los más cálidos y elogiosos comentarios’.
Para los que prefieren no
recordar la historia, un párrafo curioso y revelador en la noticia de La Hora
sobre la verdad que se vivía en Panamá indicó que: ‘Lester Leon Greaves nos
informa que no ha sido deportado de la Zona del Canal y que puede pisar el
territorio zoneíta, pero que no le interesa transitar por la Zona’. ¿Deportado
de la Zona del Canal? Sí, esa era la realidad.
Un grupo de amigos tuvimos la
oportunidad de compartir dos veces con Lester en los últimos ocho meses. A sus
89 gozaba de una asombrosa claridad mental, a pesar de sus limitaciones de
movilidad y algunos retos para su salud. Al igual que en el diario La Hora que
subtituló un aparte de la portada con ‘Yo
no quiero hablar de Ella’, en referencia a la joven de ojos azules, en
nuestra conversa con él, evitó con mucha caballerosidad el tema, pero reafirmó
algunos difíciles episodios sobre su estadía en la cárcel de Gamboa y su
rebeldía juvenil que le merecía muchas veces el aislamiento durante su
cautiverio.
La novela de Joaquín Beleño. |
Cantante, jovial, anecdotario,
reflexivo y otras veces conmovedor, relató detalles sobre sus pasos por la vida
después de que salió de Gamboa en 1962. La cárcel deja una marca indeleble en
la vida de todas las personas y, ante todo, en el contexto de las
circunstancias que te llevaron allí. Eso rescaté de los relatos de Lester sobre
muchas cosas de la vida que le tocó cuando recuperó su libertad.
A mediados de la semana pasada
falleció Lester León Greaves, un símbolo de la Patria que para muchos se ha
quedado en el olvido. Ya en muchas ocasiones he hecho alusión al tiempo que
vivimos como de apuros para construir cosas, ocupar espacios imaginarios en las
clasificaciones de entidades internacionales (independientemente de los
crónicos problemas que hay para atender a los más vulnerables) robar y hacer
dinero. La historia, sus personajes, sus aportes y sacrificios, son de poco
interés; sirven como ‘cliché’ para adornar discursos y actos protocolares. Pero
poco importan a los que tienen la potestad de asignar razonables recursos para
documentar y preservarlos.
De sus relatos, le ha quedado
como dolor, más que sus años en la cárcel, las promesas incumplidas por los
políticos y personeros de Gobiernos que a lo largo de las décadas le
prometieron de todo. Creo que murió satisfecho con lo logrado en los últimos
meses de su vida. Un espacio propio para impugnar el olvido.
Fuente: Lester León Greaves
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