El martes 16 de agosto presentamos la novela Aviones dentro de la casa en el marco de la XII Feria Internacional del Libro de Panamá.
Aviones dentro de la casa mereció el Premio
Sagitario Ediciones de Novela Corta 2016.
El jurado compuesto por los escritores: Irina de Ardila,
Eduardo Soto y Joel Bracho Ghersi destacá en el fallo:
“La novela se destaca por estar bien tramada, con un
diestro uso de diversas voces narrativas que conforman una lúcida obra coral,
con especial énfasis en la sutileza con la cual repiensa la historia desde los
aparejos de la literatura. Algo que nos hace concluir que nos encontramos ante
una pluma profesional, es la maestría con que perfila los personajes a lo largo
de la obra, sobresaliendo la sólida del narrador principal".
Aviones dentro de la casa es una historia
enmarcada en el contexto de la invasión del ejército norteamericano a Panamá en
1989, desde la mirada de la mujer y su circunstancia existencial.
El siguiente texto es el trabajo que preparó Eduardo Soto, periodista y escritor, para la presentación de la obra.
CF
Aviones dentro de la casa: la cicatriz de Carlos Fong
Por Eduardo Soto P.
Por
algún lado leí que las cicatrices son la prueba de que el pasado sí existió; que
no fue una ilusión…
Aviones dentro de la Casa
es una cicatriz de Carlos Fong…, de esas cicatrices que se llevan en el alma y
que son tan difíciles de distinguir… Pero que cuando afloran como con esta
obra, hacen que las nuestras se abran y nos ardan.
Los
panameños hemos hecho del olvido un narcótico, y la novela de Carlos viene a
ser algo así como un antagonista de los soporíferos en esta sociedad que tiende
al aturdimiento para huir de los compromisos.
Aviones dentro de la Casa
es un rayo de luz en medio de la noche en la que pretendemos vivir. Nos quita
los antifaces, las orejeras y los bozales.
Pero
el rayo de Carlos Fong iluminó mi noche. Fue una epifanía. Durante el
conversatorio que tuvimos los jurados, lo de Fong fue quitando las costras de
mis prejuicios.
Por
otro lado -para mí
el mejor de todos los lados-
es
que pude comprender que la cuestión de nuestros muertos en la invasión y los
argumentos que tuvimos y tenemos como país no son un capítulo, sino una novela
que todavía tenemos que contar entera. Aviones
dentro de la Casa es un punto de vista -inusitado, puro, estructurado con
transparencia y cruda humanidad, sí—, pero es eso, una versión de lo vivido,
contada con buen talente. (Es ese tipo de novela histórica con el ingrediente
necesario de testimonio que la hace deleitable). Pero a la invasión hace falta
contarla TODA —desde la literatura, sin panfletos ni conclusiones apresuradas—.
Gracias a Aviones dentro de la Casa
entiendo que no puedo como escritor, y menos como panameño, pretender no formar
parte del esfuerzo, ya sea como lector, como investigador… o como narrador.
Robert
Louis Stevenson dijo que no hay que juzgar cada día por lo que cosechas, sino
por las semillas que siembras. Carlos Fong sembró la luz en mí. Ese es mi
testimonio. ¡Gracias, Carlos!
Pero
mi querido Carlos es demasiado hondo y sagaz como para quedarse en los
episodios, o en un tema fijo del calvario republicano. Dije un poco antes que
la considero de alguna manera una novela testimonial. Lo interesante es que el
autor tiene la versatilidad para contar lo vivido desde diferentes ángulos y con
diversas voces, y el testimonio se convierte entonces en un quejido coral.
El
valor universal —a
mi juicio— es que en sus indagaciones, Carlos Fong consigue responder desde su cosmos
particular a las preguntas universales de la novelística: ¿Qué es el hombre? ¿Qué
es la vida? ¿Y la muerte? ¿Qué es el miedo?
En
esta novela Carlos nos dice que el miedo es el escalofrío que entra se te mete hasta los huesos cuando no sabes qué va a pasar con
tu familia si a ti te matan. La invasión a Panamá de 1989 estuvo plagada de
esos miedos.
La sala Bejuco-Chocoe estuvo llena el 16 de agosto de 2016. |
Aviones dentro de la Casa, además
de ricos amarres oníricos, torrentes de monólogos interiores y por momentos
acción sicológica trepidante,
también tiene un capítulo 20 que les invito a leer por su bella carga poética.
Si hoy mismo a algunos de los presentes nos dicen que vamos a morir, y que solo
tenemos unos cuantos minutos para leer lo que queramos, recomiendo que sea el capítulo 20 de Aviones dentro de la Casa.
Es una pieza que a mí —poeta frustrado— me dejó babeando. Es una bocanada de
aire fresco, a la vez que eslabón
precioso justo en la mitad del libro, que encadena todo
el conjunto de la obra y la encamina
hacia el desenlace, tanto en la ficción, como en la vida real.
Cierro
con la cuestión inicial, sobre invasión estadounidense de 1989 a Panamá. Sabemos
que no se ha cerrado el círculo en lo político, lo económico y menos en lo social
de este acontecimiento conmovedor. Esto nos tiene huérfanos de respuestas
vitales. Los
literatos panameños (y perdonen que
me incluya en ese selecto grupo) seguimos mirando para
otro lado, ignorando la montaña que está en medio del camino, y que es una
deuda que tenemos con un mundo en ascuas, que sigue esperando por nosotros. Si
no emprendemos la tarea de irnos alma adentro en nuestro ser ciudadano para
hacer los hallazgos pertinentes y contarlos a la aldea global —desde una literatura madura, bien pensada y de alta calidad—,
terminaremos diciendo lo que Ricardo le dice a Paolo en Aviones dentro de la
Casa…:
Nosotros caeremos Paolo, caeremos como
árboles sin fruto.
*Trabajo leído en la XII Feria Internacional del Libro en el Centro de Convenciones Atlapa, Salón Bejuco-Chocoe, el 16 agosto 2016.