En el mes de septiembre
del presente se realizó la Primera Feria
del Libro de Boquete. Fuimos invitados a dar una conferencia sobre el tema
de la lectura y su aporte a la construcción de ciudadanía. Los últimos estudios
de los mejores especialistas en temas de lectura demuestran que para construir
democracias justas y más participativas, para que los ciudadanos tengan sentido
de pertenencia, de identidad y valoren su memoria, la lectura es una
herramienta imprescindible. Y fue así que nuestro recorrido por la Biblioteca de Boquete nos llevó a
conocer la Sala de Investigaciones Dr.
Stanley Heckadon Moreno y para nuestra buena suerte estaba allí el
reconocido investigador.
Hablamos con él por un
buen rato. Nos relató cómo ha ido donando su biblioteca personal a esta sala
que funciona como un espacio de investigación para los jóvenes que él ha
becado. Conocimos a Verónica Quiel, una de las jóvenes afortunadas que hace una
pasantía investigando y rescatando la memoria de Boquete. Le pedimos que nos
contara cómo es su trabajo y cuáles han sido sus descubrimientos. Mirada de Nuchu dedica esta entrada a un
importante proyecto que habla de quiénes fuimos.
CF
Protegida por
centenares de libros y documentos, vidrieras que guardan huacas y recuerdos,
una joven de piel canela y ojos aventureros, se siente caminar por el pasado mientras
lee con entusiasmo y emoción viejos registros en la Sala de Investigaciones Dr. Stanley Heckadon de la Biblioteca de
Boquete. Verónica Quiel es alumna
becada y ahora saca tiempo, varios días a la semana, para encerrarse en la
Biblioteca y rescatar la historia de Boquete.
“Un día mientras escuchaba el programa Culturama en Radio Chiriquí;
emisora muy escuchada en Chiriquí, entrevistaron el famosísimo Dr. Stanley Heckadon
Moreno; Investigador Científico del Instituto
de Investigaciones Tropicales Smithsonian, donde comentaba acerca de los
documentos que se encentran en la Biblioteca
de Boquete; que estaba interesado en que estudiantes se acercaran a la
Biblioteca, para rescatar los mismos, los cuales narran historias de nuestra
provincia y los cuales son originales”.
Son más de 4 mil volúmenes los que ha donado el Dr. Stanley Heckadon a la sala. |
Ahora Verónica hace
algo que en nuestro país es tan importante como cuidar los manglares, los bosques
o el agua; ella rescata nuestro pasado. “Digitalizar
estos documentos es un cuento envolvente que hace que nuestras mentes viajen a
épocas remotas donde solo existían nuestros antepasados, mi mundo se transformó
y cada vez que leía, más me emocionaba; en el libro se narraban historias de
reconocimientos de hijos y otros de poder especiales y en algunos casos estos eran
poderes desde el extranjero.”
Mientras Verónica se
sumerge en las historias del pasado de su pueblo, ella va haciendo los
registros y rinde informes detallados de los avances de la investigación. “… todas las semanas le envió un informe al
Dr. Stanley y él me amplia la información de cada uno de los casos, aclara
dudas, además me orienta…” La felicidad que se obtiene con el conocimiento
del pasado es muy gratificante y ella solo tiene palabras para agradecer: “…estoy muy agradecida con Dr. Stanley por la
oportunidad”.
Stanley Heckadon |
Verónica fue becada con
una pasantía del Dr. Robert Stiminig, con la cual logra pagar sus viáticos. Es estudiante
de la Maestría en Manejo y Conservación
de los Recursos Naturales y Ambiente y ha descubierto en la biblioteca cómo en el
pasado los habitantes cuidaban los recursos lo que permite tener referentes
importantes para el presente: “…los
documentos leídos fueron de provecho también para mi especialidad ya que los
mismos explican que las personas utilizaban el recurso agua como son los ríos
para punto de o delimitación de una finca, referencia; otros casos como lo es
un cultivo de caña para la explotación comercial de este recurso y otros casos habla
de que está compuesta una finca si era rastrojo o pasto para el ganado”.
Verónica Quiel |
Verónica se emociona en
su relato y es como si viajara en una máquina del tiempo: “La experiencia ha sido única he aprendido mucho y en algunos casos me
gustaría estar en esas épocas y en otros me da mucho dolor porque las
condiciones y medicamentos para prevenir y curar enfermedades no existían; muchas
veces las personas morían y dejan huérfanos a sus hijos”.
La joven nos muestra un
cuaderno. Es antiguo y parece sacado de un sarcófago. Es un libro lleno de
historias: “El documento que estoy pasando
es el Libro Segundo del Tomo Primero
de 1910, en el cual durante 5 años se reconocieron hijos, se extendieron
poderes. Algunos de los casos más importantes para mí fueron los siguientes: El
Señor Antonio Torres que reconoce a sus hijos por medio de la Ley 1887 en los
artículos 54,55 y 56. Hace reconocimientos de sus hijos naturales; Félix de
seis años y medios, Felipa de cuatro años y cinco meses, Nicolás de dos años y
un mes con seis días y José Primitivo de un mes y medio; tenidos con la Señora
Felipa Valdez (difunta). Fecha del reconocimiento; David, enero de 1906”.
Los descubrimientos de
Verónica en la biblioteca nos dejan con la boca abierta en términos
comparativos, cuando pensamos cuánto cuesta un lote hoy día: “Otro caso fue: El del Señor Santiago Sagel,
varón y dijo que confiere poder amplio y especial al Sr. Gabriel Arauz, le da
en venta real y enajenación perpetua, para que otorgue y firme esa escritura al
Sr. Agapito Vanegas, vecino del Barrio de Dolega “Los Potrerillos”, una finca
de lote de terreno en rastrojo de 80 hectáreas en “Potrerillo” en la Suma de
B/.600.00. Fecha de la inscripción: David, 10 de octubre de 1907. Y como estos
2 casos existían muchos más”.
La Sala de Investigaciones Dr. Stanley Heckaton es un insumo muy valioso dentro de la Biblioteca de Boquete. |
No nos resta más que felicitar a Verónica Quiel y, sobre todo, al Dr. Stanley Heckadon Moreno, por haber donado gran parte de su biblioteca personal a la Biblioteca de Boquete y por su apoyo a los jóvenes investigadores de nuestro país. También felicitamos a los directivos de la Biblioteca por su interés en crear una sala para la investigación y los estudios culturales que tanta falta nos hacen.
La estudiante Verónica Quiel y su maestro
el Dr. Stanley Heckaton Moreno.