miércoles, 18 de febrero de 2015

Para entender la Revolución de los Gunasdulemar


Con este esclarecedor texto histórico del poeta guna Arysteides Turpana, que provoca la reflexión y el pensamiento crítico, queremos en Mirada de nuchu también celebrar los 90 años de la revolución guna.  La nación dule es un ejemplo de un pueblo  luchador y en busca de su autodeterminación. Hoy, cuando otros pueblos originarios como los Ngäbe Bugle, que son amenazados por los ambiciosos proyectos mineros, los 90 años de esta revolución deben servir para que meditemos y seamos solidarios con nuestros indígenas. El texto de Turpana lo tomamos del blog de Gubiler y fue publicado en el 2011, pero tiene una vigencia por su lucidez, fortalecido con citas históricas que nos hacen reflexionar sobre la actual circunstancia existencial en un país poco tolerante y lleno de prejuicios raciales.

CF





LA REVOLUCIÓN DE LOS GUNASDULEMAR (*) DE 1925

Por Arysteides Turpana

Arysteides Turpana

El nacimiento de la república de Panamá, hecho acaecido el 3 de noviembre de 1903, seccionó Dule Nega (la patria de lo Gunasdulemar, apodados “Kunas o Cunas”) y produjo  como corolario histórico a los hoy  “dule colombianos” y “dule panameños” ya que  una porción de Dule Nega quedó en posesión de Colombia y la otra porción, Kuna Yala,  es tierra del Estado Nacional de Panamá.

Así como la invasión española de 1492 impulsó a los americanos raizales  a mantener una guerra permanente, esta independencia, la de Panamá, trajo consigo también sus propias provocaciones. El colonialismo interno o la política indigenista panameña no escatimó esfuerzos en tratar de “civilizar y cristianizar a los“bárbaros Gunasdulemar. Esta mentalidad racista, proclive a florecer en el alma del etnoladinopanameño, la  podemos ilustrar con las palabras de   Ramón Valdés, un preclaro hombre de la época: “La Asamblea Nacional, en la ley 59 de 1908, estableció con bastante acierto el plan que se ha de realizar para reducir a la vida civilizada las tribus salvajes de indígenas que existen en el país. Las más numerosas de esas tribus son las de la raza cuna que habitan en las costas llamadas de San Blas…”.  

A fin de cumplir con su programa indigenista el gobierno etnoladinopanameño creó la Policía Colonial, que posteriormente fue reforzada con un grupo de jóvenes Gunasdulemar, educados e instruidos en la metrópoli. Uno de esos jóvenes fue Claudio Iglesias. Había culminado sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios, con el flamante título de ebanista. Habiendo sido nombrado en el Cuerpo de la Policía Colonial empezó a atacar con más  furor su cultura materna. El colonialismo interno empezó a mostrar sus primero frutos y, sus primeros frutos habían sido creados a imagen y semejanza de los etnoladinopanameños. Esta fue una de las épocas  en que la cultura Dule  sintió con más violencia el azote y la persecución por parte del colonialismo interno y de sus representantes: los Naggar Sidsigan (La Policía Colonial).

En 1921, se fundó en la isla de Yanndup la Sociedad de Jóvenes Indígenas, cuyo primer presidente fue Claudio Iglesias, y Estanislao López, su secretario. Los integrantes de esta sociedad de Yanndup se caracterizaron por su mórbida patriotería ladinopanameña. En realidad, estos jóvenes  habían sido desnaturalizados y envenenados, de tal forma que resultaron ser más “civilizados” que los“civilizados”: odiaban y detestaban  su cultura materna y la cultura de sus ancestros. Ellos eran: Máscara ladina y piel de cobre.

El 2 de abril de 1921, André Mojica, un etnoladinopanameño,  gobernador de San Blas –hoy Kuna Yala- emitió una nota al Dr. Belisario Porras, presidente de la República, en la que le decía textualmente: “Grato me es informar a usted que, de acuerdo con la labor incesante de civilización y progreso que se incita en esta región, se ha llevado a efecto del modo más armonioso  y correcto la extirpación total del uso de los alzamuros (narigueras) y guines ( chaquiras) en el sexo femenino de las tribus de Narganá y Corazón de Jesús, conforme a los deseos  de Usted.(…) El desuso de esta costumbre constituye ya en dichas tribus un verdadero paso de adelanto que da  la civilización de indígenas en esta región y nos hace creer que así como abandonaron estas costumbres, acogerán las nuestras en no lejanos días y cambiarán de modo de vivir por completo. Firmado: Andrés Mojica, Intendente de San Blas.

Estando en Yanndup, una señora originaria de Uwargandup fue víctima de una estas actividades “civilizatorias”. Sin embargo, la señora logró escapar y volver a su pueblo natal. En la noche, una tropa de la Policía Colonial integrada por Miguel Gordon H, Benigno Ospina, Agustín González, Domingo Sanguillén y Claudio Iglesias, zarpó hacia aquel pueblo con la intención de apresar a la señora y reducirla a la “civilización”, pero antes, el cuerpo represivo encerró en la cárcel de Yanndup a su hija, a su yerno y a su hijo. Era costumbre de la Policía Colonial Panameña apresar a las mujeres para violarlas en la cárcel, sin pudor alguno frente a sus esposos  y  padres.

Los  Uwargandupenses se aprestaron para la lucha contra la gendarmería, quienes, en efecto, llegaron a dicha islilla, cual vulpejas, al amparo de la noche, el 20 de abril de 1921. En la refriega murió Claudio Iglesias. A partir de ese encontronazo, la situación en el País Dule  se hizo más insegura, tensa y hostil.

Después del incidente de Uwargandup, el colonialismo interno atacó con más violencia y la inseguridad fue mayor. Mucha gente de Akwa Nusadup, Yanndup y de Uwargandup, empezaron a salir de allí y se fueron a vivir a las costas, lejos de los ruidos marciales. De esta forma, fueron ocupadas las tierras de Aidirgandii, Ukubba, Irgandii, Mayungandii… Cuando ello empezó a ocurrir, el señor Ramón Garrido, Jefe del primer Destacamento, el 11 de mayo de 1921, le escribió la siguiente nota al Intendente: “Informo a usted que la mayor parte de los habitantes del pueblo de Corazón de Jesús ( Akwa Nusadup)  se han mudado para un lugar de la costa en tierra firme, denomido (sic) Mayugandi. Espero que Usted me ordene que (sic) debo hacer al respecto”. Andrés Mojica le respondió: “Sírvase llamar a Charles Robinson (un kuna y colaborador del Estado Nacional de Panamá) a su Despacho, y manifestarle que debe procurar impedir que los habitantes del pueblo de Corazón de Jesús continúen saliendo de  la población, y que haga causa común con el gobierno de ser eficaz y efectiva”.

Los abusos de los Naggar Sidsigan cada vez eran más insolentes. Así fue cómo aparecieron las cárceles y los clubes. Los discos y las victrolas  llenaron con sus ecos el cielo silencioso del País Dule. En las noches, las caracolas de la Policía Colonial anunciaban que había llegado la hora del baile y, los milicos iban de casa en casa, a sacar a las mujeres para llevárselas  al Club. A las  que  se oponían, se las encarcelaba, se les multaba y eran violadas, por oponerse a la “civilización”. Por otra parte, a los varones que se  resistían igualmente a que sus parientes de sexo femenino fuesen al Club, eran maltratados a toletazos, encarcelados, multados y obligados a realizar trabajos forzados: había que bailar el fox-trot, el Charleston, el Onestep. El asunto estaba tan grave que hasta el sagla Inatoyginya, que era otro colaborador ,  también fue  víctima del colonialismo interno: “ El Ságuila Inatoiquiña, de Tupile, se ha presentado a este Despacho a quejarse de la conducta irregular que con respecto a él y a los indios que están bajo su mando, observa el Jefe del Destacamento de la Policía Colonial en ese lugar, señor Miguel Gordon, quien, según el mencionado Ságuila, maltrata a los indios, los arresta sin motivo justificativo, y hasta ha llegado a amenazar de muerte a Inatoiquiña , según aseveración de los indígenas Adolfo y Olo Gailipe ”.


He aquí otra nota del mismo tenor fechada el 22 de enero de 1923 y dirigida al señor Ubaldo Barría, Secretario Encargado de la Intendencia y firmada por Miguel Gordon, Encargado del 3er. Destacamento: “Bajo custodia de el Agente Ismael Mojica, remito a usted en calidad de detenidos para que cumplan la pena de (29) veintinueve días de arresto en trabajos forzados los indígenas Cusdoro y Paloviquiña. Estos indígenas son dos viejos reacios a todo lo que es civilización, (…) Revisando el libro de filiaciones  o “Cuadro de Calificación” que se lleva en esta Oficina, he visto que estos indios siempre han figurado como cabeza de los motines armados de escopetas y contra las autoridades. Espero que Usted le dé un buen castigo y como son buenos hacheros los utilice en los trabajos de la ESTRELLA DE COTO. Con mi mayor consideración soy de usted su atento servidor y subalterno Miguel Gordon H, Encargado del Destacamento.

Rosa Luxemburgo dijo que a la violencia reaccionaria había que responderle con la violencia revolucionaria, y así fue cómo el 21 de febrero de 1925, el País Dule declaró su independencia. Sin embargo, los historiadores etnoladinopanameños, muchos de ellos catedráticos universitarios,  han querido consagrar una mentira y han dicho que este estallido fue una intervención yanqui. Escuchemos a uno de ellos, que desviadamente afirma: “A juicio de algunos autores panameños, el levantamiento de los indios kuna de San Blas, guiados por el norteamericano Richard O. Marsh, intentando crear una “república” bajo el protectorado de los Estados Unidos, fue otra de las formas intervencionistas en nuestro país, ocurrida en febrero de 1925. Tal fue la llamada República de Tule, cuyo creador e instigador escapó a la justicia panameña amparado por el barco de guerra de los Estados Unidos” (Chong: 1980)

Como vamos viendo, la Policía Colonial Panameña practicaba todo tipo de desmanes. Llegaba la Policía y cometía toda clase de desafueros. Las escopetas de cacería  eran requisadas y a las autoridades tradicionales se les quitaba  el mando de los poblados. La gente estaba obligada a trabajar sin remuneración en la construcción de los clubes y de las cárceles. Sin embargo, fueron los mismos construcctores sus primeros “huéspedes”. Allí no había derecho a la protesta. Las multas resultaban ser onerosas, por esos a los presidiaros con harta frecuencia se les incautaba sus bienes. Amén de ello, se le prohibió a la gente a visitar a sus amigos y parientes de otros pueblos sin el consentimiento de la Policía Colonial, tal como se confirma en la carta de 11 de mayo de 1921.

Cuando a Gaygirgordup se le bautizó con el nombre de El Porvenir y se le declaró capital de Kuna Yala, llegó el gobernador etnoladinopanameño e impuso nuevos sistemas de impuestos. Todos los pescadores de tortuga tuvieron que pagar un gravamen. El gobernador creó una cadena de tiendas de  ultramarinos donde se vendía licor. Al mismo tiempo, se le obligó a la gente a vender sus cocos y los caparazones de  tortugas  a las autoridades coloniales, que pagaban un precio menor en comparación con los que liquidaban otros comerciantes.

El gobierno panameño vendió también las tierras de los Dules a los estadounidense, quienes introdujeron como mano operaria  a los presos y  los criminales etnoladinos. Los cultivos de los Gunasdulemar  fueron arrasados en pro de los extranjeros a manos de los etnoladinopanameños. Los asaltos y las violaciones crecieron.

Por el Este, aparecieron unos caucheros. Robaban los cayucos y saqueaban las siembras y derribaban los árboles frutales. Estos caucheros le pagaban un tributo al gobernador etnoladino panameño.

Este escenario histórico le sirvió de marco de crecimiento a la figura magnánima de Nele Kantule, sagla de Usdup. El 12 de febrero de 1925, el Congreso de los Dulemar firmó la Declaración de independencia y Derechos Humanos del Pueblo Tule de San Blas y de Darién; sin embargo, no fue sino hasta el 22 de febrero, cuando se dio el golpe. Era un Domingo de Carnaval, según el calendario occidental.

Cuando los revolucionarios fueron a la guerra, iban instruidos en dos aspectos fundamentales.

1: Ejecutar a todos los etnoladinos, civiles y militares.
2: Apresar a los policías indígenas y colaboradores y respetar sus vidas.

Los Gunasdulemar esperaron la fiesta báquica de los etnoladinos, los Carnavales, para dar el golpe de una forma certera e inteligente. El Estado Nacional de Panamá tenía avasallada una gran parte del País Dule. Sus dominios se extendían desde Gaygirgordup hasta Dad Naggwe Dupbir. Los destacamentos de la Policía Colonial estaban ubicados en Gaygirgordup, Yanndup y Dupbir. Sin embargo, existían pequeños cuarteles  en Mammardup, Uwargandup, Akua Nusadup, Digir, Niadup y Ukub Seni.

El 22 de febrero de 1925, se dio el golpe. En la isla de Digir, al entrar uno de los policías al Club fue apresado por los revolucionarios y luego ahorcado. El policía nativo fue golpeado. Después de este hecho, las mujeres volvieron a usar de nuevo la vestimenta tradicional tal como lo hacen hoy en dicha población, en tanto que en Niadup, el policía etnoladinopanameño  había escuchado ciertos rumores acerca de la Revolución, por eso, en la tarde cuando vio un cayuco acercarse, se retiró a una de las islas vecinas en compañía de dos policías Gunasdulemar. Desde su guarida dispararon contra el cayuco, el cual se vio obligado a retornar a Digir: era un grupo de civiles oriundo de allí mismo, de Niadup, que había presenciado el acontecimiento de Digir. Cuando los Naggar Sidsigan  regresaron a Niadup, encontraron que los revolucionarios se habían apoderado  del cuartel. Los insurrectos les quitaron la vida. En otra zona de la Comarca, en  Ailigandii, de madrugada, zarparon cien cayucos con  el propósito de invadir Dad Naggwe Dupbir. Ello no se logró. Entonces, los revolucionarios se enrumbaron a Ukub Seni. Aquí apresaron a dos agentes. En horas de la mañana, Miguel H. Gordon, Jefe del Tercer Destacamento, desde Dupbir despachó una comitiva para saber cómo se desarrolla el Carnaval de Ukub Seni. La comitiva estaba formada por dos etnoladinos y un latino: un comerciante español. Al irse acercando el navío, los libertarios dispararon sobre los tres extraños, quienes murieron en el acto. Entre tanto en Yanndup, una persona pasó todo el día buscando solidaridad en el pueblo. No consiguió adeptos. Sin embargo, cuando se supo que la Revolución había estallado, los progobiernistas salieron en estampida.

El 24 de febrero era Martes de Carnaval. En la mañana, Miguel H.Gordon llegó a Ukub Seni. Se le capturó y su vida se extinguió. Entre tanto en Dad  Naggue Dupbir, tan pronto como se supo el destino de Gordon y del resto de la gendarmería, los nacionalistas  procedieron a enviar al cielo a todos los policías.  A la medianoche llegaron los cien cayucos con treinta (30) prisioneros nativos, que llegaban en calidad de traidores a la patria y a la raza.

En Yanndup, mientras tanto, Charles Robinson, el único indio progobiernista que no había podido huir ya que se había escondido en un anaquel, de noche salió de su encierro y huyó a Santa Isabel, en la provincia de Colón. En tanto, los policías de Mammardup,  al enterarse de la Revolución,  se evaporaron enseguida. Los activistas detuvieron a cuatros civiles etnoladinopanameños, tres de los cuales encontraron la muerte y el cuarto se libró del peligro. En la madrugada de ese día, Estanislao López llegó a Gaygirgordup y contó lo que estaba ocurriendo en todo el País Dule. Acto seguido se dirigió a la ciudad capital.

El 25 de febrero, Miércoles de Ceniza. En Yanndup, en  la alborada, los últimos comerciantes españoles huyeron hacia Santa Isabel. Al mediodía, los partisanos tomaron Yanndup e instalaron un Gobierno Revolucionario. Ese mismo día, en Uwargandup, cuando un etnoladinopanameño era acribillado, Estaneslao López llegaba a la ciudad de Panamá con las primeras  luces. Hizo entrega de una nota al Intendente, que se encontraba en la ciudad. Por esa misiva, Carlos López, Secretario de la Gobernación, (hoy Ministerio de Gobierno y Justicia) se enteró del suceso. A últimas horas, los diarios divulgaron la noticia.

Al día siguiente, el 26 de febrero, en la ciudad de Panamá se improvisó un ejército de cien  (100) etnoladinos, al mando de tres (3) capitanes.

El 27  de febrero, de madrugada llegó a Ukubba una comisión revolucionaria para detener  al sagla colaborador del Estado Nacional lo mismo que a su hijo, quienes entregaron su alma al creador, cuando uno de los libertarios los acribilló. En horas de la tarde, el barco Isla levó anclas desde Colón para reprimir la “rebelión de los indios”. Su guía era Estanislao López.

El 28 de febrero a las 8:00 a.m., el barco Isla, llegó al Golfo de San Blas, donde el destructor estadounidense Cleveland, alquilado por el gobierno revolucionario del País Dule a los estadounidenses, le obstruyó el paso.

Durante toda la noche, hasta el 1 de marzo, hubo negociaciones entre los representes del gobierno panameño y los revolucionarios.

Finalmente, el 4 de marzo, de aquel mismo año, se firmó un Convenio de Paz entre el País Dule-hoy Kuna Yala- y el estado nacional de Panamá.


(*) Cuna o Kuna es el apodo que se le da al pueblo de los  DULE (singular) y DULEMAR (plural), palabra cuya traducción corresponde a persona, gente, individuo. En cuanto a la palabra “Cuna” o“Kuna” ,mal escrita y peor pronunciada, procede de NEG GUNA O NEG GUNAS o sencillamente GUNA O GUNAS, cuyo significado es “la superficie terrestre”, por lo tanto, Neg Gunas Dule o Gunas Dule (singular) y Neg Gunas Dulemar o Gunas Dulemar (pluralno es ni más ni menos que “el hijo de la mamá tierra” o “los hijos de mamá tierra” o bien “la persona que vive sobre la tierra” o su plural  o sus traducciones equivalentes; por lo tanto, Kuna  o Cuna, corre pareja para decir: “la diera” y no la tierra.
  
N.B: Un policía colonial etnoladinopanameño llamado Rafael Morales, de una forma  curiosa, unos días antes del estallido de la Revolución, presentó  su renuncia ante el gobierno nacional de Panamá. Este dato puede ser consultado en la Gaceta Oficial, número 4582. Del 27 de febrero de 1925. ¿Estaba él al tanto de la Revolución? En cuanto a Marsh, a quien los historiadores etnoladinopanameños (Moisés Chong, Ricaurte Soler, Alfredo Castillero Calvo y Cía.) señalan como el “agitador” de la Revolución libertaria de los Dules , la Gaceta Oficial número 4595, de 17 de marzo de 1925 , en un lenguaje completamente alambicada dice: “Hay motivos también para presumir que fue el mismo Marsh quien instigó a los referidos indígenas  a sublevarse contra las autoridades panameñas y a ejecutar los actos de barbarie que cometieron en personas indefensas y Agentes de la Policía Colonial destacados en las islas que forman la Circunscripción en referencia”(…) “la investigación llevada a cabo en la región sublevada no ha podido comprobar legalmente que R:O:Marsh sea responsable de algún delito común…” Intelligenti pauca.


BIBLIOGRAFÍA

Araúz, Reina Torres de: “Etnohistoria Cuna”, in Aproximación a la obra de Reina Torres de Araúz INAC, 1983.

Castillero R, Ernesto “Historia de la extraña República de Tule”, en Biblioteca selecta 1:10 (1946), págs. 17-36.

Castillo, Angélica y Micaela Méndez: La Revolución de Tule ,1925. Tesis de Licenciatura. Universidad de Panamá, 1962.

Chardkoff, Richard: “The Cuna Revolt”, en Américas 22 (1970), págs. 14-21.

Chong M. Moisés: Historia de Panamá, (Vo. Bachillerato. Según el programa oficial). 2ª., ed., Bogotá: Editorial Editextos Ltda., 1980.

Falla, Ricardo: Historia kuna, historia rebelde: la articulación del archipiélago kuna a la nación panameña. Panamá: Ediciones Centro de Capacitación Social, 1978.

Herrera, Francisco: La revolución Tule: antecedentes y nuevos aportes. Tesis de licenciatura, Universidad de Panamá, 1984.

-------“La revolución de Tule y el papel de la Legación Norteamericana”, en Revista Panameña de Antropología 3 (1987), págs. 40-56.

Howe, James: Un pueblo que no se arrodillaba, (Panamá, los Estados Unidos y los kunas de San Blas). Guatemala: Irma, 2004.

Iguaniginape Kungiler: Olonigdibipilele, caminante y guerrero de 1925. Panamá: Colectivo de Editores Kunas, Instituto Cooperativo Interamericano, 1994.


Kam Ríos, Jorge: “La Revolución Tule de 1925. La República de los hombres”, (En  Revista Lotería, -Órgano de la Lotería Nacional de Beneficencia de Panamá-  No. 424, mayo-junio de 199, págs.37-44)

martes, 10 de febrero de 2015

Voces de nuestra literatura

Vida que olvida

Escribir una novela o un cuento es una aventura que el escritor panameño Justo Arroyo conoce muy bien. El genio de Justo Arroyo, su poder de fabulación, la forma como teje y desteje sus historias, la estética de un lenguaje elegido con cuidado,  el discurso narrativo que construye posibilidades,  sus personajes tan cercanos a la realidad y tan lejanos de ella, toda su invención, nos coloca en un momento sublime ante el arte crear ficciones. Justo Arroyo es literatura pura. Leerlo es leer nuestros propios reflejos existenciales. Para saber más de este autor, aquí: 

En esta ocasión Mirada de Nuchu publica un comentario del escritor español,  José María Merino, quien nos regala un profundo comentario de la novela Vida que olvida de nuestro Justo. Con esta iniciativa, Mirada de Nuchu inicia una nueva propuesta para todos los autores nacionales que pensamos deben leerse y releerse.  Queremos publicar reseñas de no más de una cuartilla que nos acerquen a la obra de los escritores nacionales. 

Para los autores, críticos y reseñadores que tengan comentarios con esta extensión (puede ser el fragmento de un estudio) de su obra de parte de otros autores, este blog tambie´es un espacio promover la buena literatura. Nos pueden enviar los textos, portada del libro y una foto al correo: carlosfong27@gmail.com Mirada de Nuchu se reservará el derecho de publicar o no las reseñas.

CF



Vida que olvida, de Justo Arroyo

Justo Arroyo, novelista y
cuentista panameño.
Una novela admirable por su tono, por la voz narrativa, por la concisión expresiva que le da mucha tensión al relato,  por la progresión dramática,  estructurada en breves capítulos, en una división en dos partes que enriquece y potencia el  sentido del conjunto. La evolución personal de Pedro Regalado, su profunda frustración política y de identidad,  la relación con su mundo familiar y la composición de este, todo está magníficamente descrito. Algunos capítulos son memorables, como la llegada de la menstruación a Aminta o la búsqueda de Rosendo por parte de Pedro Regalado para  matarlo, por citar un par de ellos... La segunda parte nos permite, además, conocer una singular relación, con el desvarío de Aminta. Aminta compone con Nicolasa y Martina un trío lleno de  fuerza novelesca, que ofrece sin embargo una resonancia arquetípica. Mas no hay personaje que no tenga interés, porque no se puede olvidar a la fiel y discreta Antonia... La atmósfera, en fin,  está muy bien lograda, mostrando la evolución de Panamá desde finales del siglo XIX hasta los inicios de la Segunda Guerra Mundial. 

José María Merino

Miembro de la Real Academia Española

domingo, 1 de febrero de 2015

Releer lo que importa

Hay textos que no pierden vigencia y permanecen en el tiempo mientras tanto persista el problema. Es el caso de este texto que publiqué en La Prensa en el año 2000. Lo publico ahora en Mirada de Nuchu porque creo que aporta una reflexión en la actual coyuntura política que vive el país, además de que aclara ideas y provoca una discusión. Mi valoración de Federico Nietzche también es otra ahora, pero el concepto del poder arbitrario no ha cambiado.

      La cita de José Martí al final: Conocer es resolver, que me ayudó a pensar en la ecuación: conocerdefender y resistir, propone también un ejercicio colectivo en el que los intelectuales tienen un rol en el contexto y las prácticas ciudadanas. Me hubiera gustado ahora añadir algo al articulo, pero debo respetar la publicación original; y es que la nociones de democracia, patria y justicia, no serán las mismas si al final triunfa la corrupción. Los panameños, sencillamente, ya no volveremos a ser los mismos. CF



De cultos y esperanzas

Por: Carlos Fong
                                                                      

El poder debe fundarse en el derecho para no ser arbitrario. Cuando el poder se torna arbitrario se violan los derechos del ciudadano. Si el poder no respeta el derecho propicia la corrupción. Existe un estado de corrupción permanente tanto en el ámbito público como privado, producto del uso arbitrario del poder que viene operando desde tiempos pretéritos; cercenando y liquidando los valores más nobles del ser humano.

      Se falta a la verdad si se ubica la raíz del mal en el ejercicio del poder político en la etapa de los militares. Basta con revisar los estudios de Alfredo Figueroa Navarro sobre las sucesivas actas  de independencia de 1821, 1830, 1831 y 1840 para comprobar el "continuismo" del poder despótico desde los albores del período republicano, cuando la oligarquía urbana, la misma clase política, las mismas familias, monopolizaban la economía y la política acaparando la cosa pública.

 La corrupción tiene muchos rostros: la institucionalización  del nepotismo, el monopolio efectivo de los cargos públicos, el poder hegemónico  sobre la economía, la cohesión familiar, la usurpación de los bienes públicos, la manipulación de la administración burocrática, etc. Esto ha tenido consecuencias históricas, culturales y sociales para el proceso representativo de la democracia: no se ha representado los motivos y necesidades reales del pueblo y el tiempo ha cultivado la corrupción como un virus en la mayoría de los sectores de la sociedad panameña.

 Durante las primeras décadas del siglo XX, las élites oligárquicas dividieron políticamente al país, hasta que se dio el primer golpe de Estado en 1931 por la llamada Generación del 31; compuesta por distinguidos activistas impulsados por "puros sentimientos de patriotismo". Pero esto no cambió nada. Los gobiernos de la década del 30 dividieron también al país y se olvidaron, como la élite colonial lo había hecho antes, de los derechos de los pobres, tal como escribe el historiador Thomas L. Pearcy.

¿Cuáles fueron las graves consecuencias de todo esto? Las fuerzas políticas que se disputaban la hegemonía establecieron el precedente para que la policía nacional se convirtiera en una institución con control político. Organizaron grupos de paramilitares dentro de sus partidos para hacerle frente a sus enemigos. Con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos, la policía nacional se constituyó en la fuerza decisiva dentro de la política del istmo: nacía la dictadura militar.

El resto de la historia en las décadas siguientes es más conocida. Los militares ejercieron el continuismo del poder arbitrario. Luego vino la Operación Causa (In)Justa en 1989 para terminar de liquidar los pocos valores e ideales que nos quedaban, sembrando nuevas semillas de corrupción. La filosofía de la voluntad de poder de Federico Nietzche es un culto que se practica sin ninguna impunidad. Es un culto en el que la ofrenda la reciben los grandes dioses de un reino donde no hay espacio para los pobres.

¿Qué podemos hacer ante esta oscura realidad? Tengo una ecuación que puede ayudar: conocer, defender y resistir. José Martí decía que "Conocer es resolver". Es necesario estudiar y conocer los "factores reales del país". La nación no se ha gobernado "conforme al conocimiento" de sus elementos verdaderos, sus necesidades patentes. Debemos de promover una campaña de afirmación de la verdad histórica; esto nos ayudaría a tener una perspectiva de los problemas del presente. Se debe apelar a la verdad y a las necesidades reales para no violar el derecho del pueblo.

Defender la "continuidad" de las cosas que realmente tienen valor y son importantes (la creatividad, el genio, la sensibilidad, la intuición, la cultura, etc.), para frenar el "continuismo" de la corrupción. Defendernos, aunque signifique un riesgo, de los individuos, los partidos, los grupos, las organizaciones, que conspiran contra la libertad personal, sobre todo la libertad de expresión y el culto a la verdad.  Y, finalmente, resistir. Resistir a pesar de todo, a la ciega voluntad del poder, a la tecnocratización y la burocratización del espíritu, para que no se corrompa nuestro ideal de esperanza.


Publicado originalmente en La Prensa /Domingo 20 de Febrero de 2000.

Rogelio Guerra Ávila: modelo para narrar la identidad

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