martes, 26 de noviembre de 2019

Un congreso internacional de lectura y escritura en Panamá


Del 18 al 20 de noviembre se llevó a cabo en la ciudad de Panamá el Congreso Internacional Lectura y Escritura: intervenciones, evaluación e investigación, organizado por el Ministerio de Educación (Meduca) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La reunión tuvo como objetivos conocer el arte en la enseñanza, evaluación e investigación de la lectura y la escritura; conocer intervenciones basadas en evidencia y de probada efectividad en la enseñanza de la lectura y la escritura en la etapa inicial; fortalecer equipos regionales a través de intervenciones basadas en evidencia, y generar espacios para el diálogo y colaboración.

En el congreso participaron docentes del Meduca, supervisores, directores, coordinadores regionales y especialistas en educación de distintas instituciones como la Universidad de Panamá, entre otros mediadores, autoridades y gestores profesionales del sector educación.

Algunos de los temas tratados: el aprendizaje de la lectoescritura y la comprensión lectora en la región; la lectura y la escritura desde la educación inicial hasta la secundaria; la educación intercultural bilingüe; el modelo de respuesta a la intervención; intervenciones efectivas para la educación inicial y preescolar; el uso de la tecnología para la enseñanza-aprendizaje de la lectoescritura,y la evaluación, la formación docente y la investigación.

Básicamente, la importancia del evento radicaba en la actualización en torno a las intervenciones exitosas, investigaciones con evidencia científica y en paradigmas de evaluación que pueden ayudarnos como referente regional para entender la lectura y la escritura desde una mirada que reconozca la esencia de nuestra problemática nacional.

Fueron muchas las dificultades encontradas que sirvieron para elaborar una ruta con una agenda articulada que al final los organizadores pusieron en común en mesas de trabajo y colaboración. Desde nuestro punto de vista uno de los aportes más valiosos de la reunión fue lograr una articulación del discurso: no hay una cultura de tomar decisiones basada en evidencias y estudios de la lectura. Fue uno de los mejores logros del congreso: ponernos de acuerdo y unificar criterios.

Estos acuerdos iban desde los componentes esenciales en la etapa de la literalidad inicial, pasando por las dificultades de la educación desde la lengua materna, los contextos de interculturalidad, la intervención temprana y la remediación, las evidencias basadas en estudios, los modelos de evaluación y, sobre todo, que tenemos serios problemas en la formación de nuestros docentes que necesitan desde marcos teóricos hasta los materiales de lectura con los que van a trabajar.

En este sentido el Meduca empezará este verano con una nueva estrategia de formación para los docentes que les permitirá estar acordes con el nuevo plan de lectura escolar que ha diseñado la institución. Algo nuevo para nosotros fue el hallazgo de los materiales “Aprendamos todos a leer”, textos para el aprendizaje de la lectura y la escritura con los que estarán trabajando a partir del 2020 todos los docentes del país.

Estos libros se distancian del método global que es el que tanto daño le ha hecho a nuestra educación. Se retoma de esta forma el proceso de conciencia fonológica y las relaciones desde lo oral a lo escrito. La importancia de los cuentos y la oralidad desde la primera infancia. La transición logográfica-simbólica, fonológica y alfabética por la que debe todo infante transitar. Y todas las habilidades que la ruta léxica requiere para que los niños aprendan a leer y escribir.

Creemos que uno de los mejores logros del Congreso fue la agenda efectiva de colaboración que se trabajó al final. Nos tocó participar en la mesa sobre formación docente donde estuvieron autoridades del Meduca y de la Universidad de Panamá. Nosotros aportamos desde el Ministerio de Cultura y quedó explícita la importancia de la ecuación instrucción=promoción. Sin embargo, serán más efectivas las acciones de promoción de lectura si primero le enseñamos a leer y a escribir a nuestros niños.

Es un momento histórico donde las oportunidades de hacer las cosas bien se presentan en un marco de tensiones que son todo un desafío. Pero si hay voluntad política de parte de los responsables de la formulación de políticas culturales y educativas se puede llegar muy lejos. Ya el Meduca ha dado un paso importante que esperamos tenga el apoyo de muchas otras organizaciones que tienen que ver con la educación. Nuestros docentes no deben luchar solos.



Carlos Fong
La Prensa, 23 nov 2019 - 12:00

sábado, 16 de noviembre de 2019

Breves notas sobre la lectura



 “La democracia, esa forma de gobierno a la cual todos apostamos, demanda, requiere, exige individuos alfabetizados. El ejercicio pleno de la democracia es incompatible con el analfabetismo de los ciudadanos. La democracia plena es imposible sin niveles de alfabetización por encima del mínimo del deletreo y la firma. No es posible seguir apostando a la democracia sin hacer los esfuerzos necesarios para aumentar el número de lectores [lectores plenos, no descifradores]”.

Ilustración de
 Miguel Tanco
Quise abrir este artículo citando a la doctora Emilia Ferreiro, una de mis investigadoras favoritas en temas de lecto-escritura, y de la cual me voy a ayudar en estas notas. Hace poco Meduca anunció los resultados de las Pruebas Crecer, las cuales sacaron a la luz que los niños panameños llegan al tercer grado sin saber leer ni escribir.

Esto no es algo nuevo ni una sorpresa para nosotros, pero es bueno e interesante que las actuales autoridades muestren preocupación por el tema. Ya en el verano de 2017 un grupo de profesionales contratados por Meduca dictó un seminario como parte del programa “Aprende al Máximo”, y en ese taller se tocó el problema de la lectura, aunque no existía una evaluación censal que permitiera tomar decisiones. Ahora existe.

Quiero reflexionar sobre la lectura desde algunas observaciones generales. Hay tres grandes problemas:

1) El modo de apropiación de la lectura y la escritura desde la primera infancia. No podemos seguir aislando al niño para evaluarlo como sujeto del aprendizaje sin revisar el método de enseñanza.

2) El entorno empobrecido y desigual de los niños (sobre todo en las comarcas) es hostil culturalmente. El niño, aunque aprenda a decodificar, no tiene acceso a materiales de lectura en la escuela ni tiene bibliotecas en esas comunidades.

3) No se tiene conciencia del valor sociocultural de la lectura institucionalmente. Esto es consecuencia del segundo problema.

Un plan nacional de lectura debe partir desde la primera infancia como clave de un proceso donde el niño tenga contacto con un lector y una experiencia lectora. Cito a Emilia Ferreiro: “si el niño ha estado en contacto con lectores antes de entrar a la escuela aprenderá más fácilmente a escribir y leer que aquellos niños que no han tenido contacto con lectores”. De allí la importancia de la lectura oral en el aula. Los cuentos, la rimas, la poesía, la oralidad son importantes para hacer conexiones.

Por ejemplo, la taxonomía del cuento. Un niño de tercer grado no será capaz de tener destrezas como la literalidad, secuencia, retención, inferencia, organización, interpretación, causas y efectos, reordenamiento, comparaciones; ni siquiera será capaz de organizar los elementos y las relaciones esenciales en un texto, porque ese niño creció sin una relación estrecha con la lectura oral que lo marcó. Urge crear guías de lectura y oralidad.

Todo lo que sabemos sobre la conciencia fonológica, el principio alfabético, la conciencia del texto impreso, la comprensión de texto, la ruta léxica, la escritura y la creatividad no servirá de nada si los niños no tienen una experiencia previa con la literatura y la lectura. Por eso es preciso una estrategia de lectura comprensiva que haga conexión con un currículu coherente, porque nuestra escuela pública no es coherente.

Hay que tomar conciencia de que estar alfabetizado es un hecho complejo e histórico para poder evaluar nuestra propia realidad histórica y no solo al niño como víctima de esa realidad.
Cierro con Emilia Ferreiro: “Hay niños que ingresan a la lengua escrita a través de la magia [una magia cognitivamente desafiante] y niños que entran a la lengua escrita a través de un entrenamiento consistente en [habilidades básicas]. En general, los primeros se convierten en lectores; los otros tienen un destino incierto”.

Carlos Fong |  La Prensa, 16 nov 2019 - 00:00h.


lunes, 4 de noviembre de 2019

Lectura y bibliotecas para el desarrollo sostenible


Carlos Fong

Los días 17 y 18 de octubre de 2019, en la ciudad de Bogotá, Colombia, las autoridades de la cultura de los países Iberoamericanos se reunieron en la XX Conferencia Iberoamericana de Ministros de Cultura, como parte de la XXVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, a celebrarse en Andorra en 2020. La cumbre resaltó el compromiso de los países Iberoamericanos con la Agenda 2030. Es menester recordar que dicha agenda plantea 17 objetivos con 169 metas de carácter integrado e indivisible que abarcan las esferas económica, social y ambiental.

Las autoridades iniciaron reconociendo que para el cumplimiento de la Agenda 2030 y la consecución de sus metas, es importante desarrollar políticas de fomento para industrias culturales y la economía creativa en Iberoamérica, impulsando la innovación y la creatividad al servicio de la cultura y la competitividad para mejorar la calidad de vida de los habitantes de la región.

El documento reconoce necesidades, retos y esfuerzos e identifica el papel de diversos componentes en términos de cultura que van desde las industrias culturales, la diversidad cultural, la protección y salvaguardia del patrimonio cultural material e inmaterial, la educación en artes, las iniciativas de cooperación cultural, los sistemas de información cultural, los mecanismos de participación ciudadana incluyentes, el fomento del libro y la lectura en la región, entre muchos más. El pliego contiene también 31 acuerdos.

Todas estas acciones y estrategias desde el sector cultura son significativas para el cumplimiento de las metas y objetivos de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, pero quisiéramos enfocarnos sobre el tema de la lectura y las bibliotecas para hacer una breve reflexión crítica, ya que son una categoría importante en las construcciones de políticas públicas de desarrollo cultural.

Los ministros concertaron en que el año 2021 sea designado el Año Iberoamericano de las Bibliotecas. Esto significa que los ministros y autoridades de cultura de nuestros países reconocen el papel de las bibliotecas. También debemos destacar que muchos de nuestros países tienen buenos planes de lectura dignos de emular. Infortunadamente, en muchos otros, sobre todo en Centro América y el Caribe, no se ha atendido con pertinencia el tema de la lectura como parte de una política pública.

El caso de Panamá es verdaderamente lamentable. No se ha comprendido el valor que tienen las bibliotecas como equipamientos culturales y la lectura como instrumento de cambio. No se ha entendido el valor de las bibliotecas en la creación, la expresión y la convivencia; que son espacios donde se puede gestionar e imaginar el país que necesitamos, la libertad que valoramos y la democracia que precisamos; que son espacios de construcción ciudadana y cohesión social, de independencia y de encuentros con los otros.

Tenemos esperanza de que el nuevo gobierno visualice el tema de la lectura y las bibliotecas para que en el 2021 podamos sentirnos orgullosos de celebrar el Año Iberoamericano de las Bibliotecas. El trabajo no es fácil, porque se ha descuidado mucho el tema. Nos atrevemos a recomendar algunas propuestas.

La mirada articulada del Plan Nacional de Lectura (existe el documento), un plan que atienda a todos los sectores, no solo la educación; gestionar la Ley del Libro, la Lectura y las Bibliotecas (que existe); la revitalización del Consejo Nacional del Libro y la Lectura; la activación del Foro Nacional del Libro y la Lectura (estás dos últimas entidades que sean realmente funcionales) y, después de rescatar las anteriores: la creación de un Observatorio de la Lectura que permita hacer estudios y diagnósticos sobre el comportamiento lector.

El lema de la Cumbre “Innovación para el Desarrollo Sostenible: Objetivo 2030” destaca la innovación como motor de transformación de la sociedad e impulsor de la sostenibilidad. Sin embargo, los ODS y un verdadero desarrollo sostenible serán inalcanzables si uno de los principales derechos de las personas es ignorado: el derecho a leer y a tener bibliotecas dignas.

La Prensa, 02 nov 2019, Panamá.

Educación y pobreza*


Esta semana trabajamos desde el Ministerio de Cultura en la comarca Ngäbe Buglé en una asesoría pedagógica para docentes. Fuimos invitados por Fe y Alegría, una organización que trabaja educación popular integral y promoción social. Reconfirmamos algo que no es una novedad y que pasa todos los días: niños que caminan hasta tres horas para llegar a la escuela, muchos sin el desayuno.

En nuestro artículo pasado apelamos a la necesidad de políticas públicas de educación que se centren en un sistema de enseñanza basado en la ciencia y las humanidades y no sólo en la técnica con el propósito de que más niños puedan desarrollar sus capacidades cognitivas.

Sin embargo, los contextos de pobreza son un freno en la educación en comunidades que parecieran ser invisibles y olvidadas. Nos resultaba ridículo saber de escuelas a las que se les ha dotado con computadoras, pero no hay electricidad. Esto es un ejemplo de no tener una política coherente de desarrollo educacional.

Quiero citar una anécdota que me contó una amiga cuando ella era estudiante; ahora es una doctora. Ella estudió en una escuela privada de prestigio para señoritas gracias a una beca. La profesora de historia, que también enseñaba por la tarde en una escuela pública, hizo una suerte de experimento. Puso un examen sorpresa a los grupos de ambas escuelas; la misma prueba. Las calificaciones fueron diferentes: los de la escuela pública sacaron bajas notas.

Una estudiante de la escuela privada explicó a la profesora: “Nosotras llegamos a nuestras casas y encontramos comida, una buena cama, un lugar de estudio adecuado...”

Tal vez el laboratorio que hizo la profesora hace más de 50 años (mi amiga es una doctora jubilada) arrojó un indicador que viene operando desde hace muchos años: no se puede aprender con hambre. No importa cuántas horas dediquemos a la formación integral, a la lectura, a la ciencia y otros aprendizajes.

El experimento de la profesora no es una prueba de valor, ni un estudio científico, pero sirve para ilustrar que los niños de comunidades pobres siempre estarán en desventaja de los demás mientras su barriga esté rugiendo de hambre.

Carlos Fong, La Prensa, 26 de octubre de 2019.

* Más artículos en: Carlos Fong


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