viernes, 13 de octubre de 2023

Rogelio Guerra Ávila: modelo para narrar la identidad

 

Rogelio Guerra Ávila

La XLVI Semana de la Literatura Panameña, Rodrigo Miró Grimaldo, que organiza el Departamento y Escuela de Español de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Panamá, dedicó un espacio al estudio de la obra del escritor Rogelio Guerra Ávila. Desde nuestra mirada, este autor es el más representativo de su generación que ha trabajado la novela de corte histórico.


La obra de Rogelio Guerra Ávila tiene rasgos que representan la realidad de una panameñidad que a su vez redefine la identidad cultural, además de que se enmarca dentro de un nuevo modelo de la novela histórica que se ha venido escribiendo en Centroamérica y que a la vez se inscribe en una tendencia de la novela hispanoamericana.

Su narrativa se caracteriza por una serie de elementos decisivos que enfatizan puntualmente las tensiones y las crisis de la vida social y cultural de momentos históricos de la vida cotidiana; además de que intenta reconstruir y reivindicar desde lo novelesco las relaciones del ser panameño con la naturaleza y la cultura.

 Este significado antropológico es lo que Milán Kundera ha llamado una situación histórica existencial reveladora; donde la historia es comprendida a través de circunstancias existenciales que le devuelven al sujeto-lector la dimensión moral de la historia.

Rogelio Guerra Ávila nació el 21 de septiembre de 1963. Es sin duda el escritor más premiado en el género prosa de su generación. Basta con revisar su bibliografía. Ha publicado cuentos en las revistas Maga y Umbral. Tiene dos libros de cuentos: Lo que me dijo el silencio y El suicidio de las rosas. Tiene siete novelas, todas premiadas: Cuando perecen las ruinas, su primera novela (1991), El largo camino de regreso (2003), La puerta de arriba (2017), Una corona con cantáridas (2018), La muerte sin pensar en ella (2018), Reina de todos los santos (2018) y La miscelánea (2023).

La novela Cuando perecen las ruinas (1991) expone de forma representativa el desalojo del área del río Chagres y es un aporte histórico desde la literatura que busca reflejar el drama humano frente a la naturaleza.

Una corona con cantáridas (2018) está enmarcada en el escenario histórico de la invasión norteamericana a Panamá en 1989. La historia recrea el drama familiar con un manejo de los tiempos, que es la cualidad de los recursos utilizados por Rogelio.

vela Reina de todos los santos (2018), nuevamente Rogelio logra crear un relato con escenarios creíbles con contenido histórico interesante con una prosa brillante y expresiva. En ella se mezclan elementos contemporáneos y antiguos que permiten introducir el contexto histórico y geográfico de Panamá y Colombia. La intriga episódica, el drama rural y los elementos étnicos favorecen el relato y el tema de la novela.

En La muerte sin pensar en ella (2018), otra vez el autor logra introducir un marco histórico que explora la realidad geográfica del país de forma novedosa. Una mujer, Madolia Cundumí, supuestamente ha muerto y sus funerales se celebran en el marco de la guerra a finales del siglo XIX. La novela nos introduce desde un momento casi místico y mágico, pasajes de nuestra historia inmediata de forma estratégica. En La puerta de arriba, el novelista introduce los temas paranomales como un medio para jugar con el tiempo y los espacios. Lo fantástico y lo sobrenatural se relacionan con una misteriosa puerta en una vieja casa y señorial.

La miscelánea es una mirada imaginaria de Rufina Alfaro, un personaje insigne de la gesta de la independencia. El autor recrea una invención de la historia del personaje y la revista, La miscelánea, es solo una propuesta de cómo pudo ser su vida.

El largo camino de regreso, su mejor novela para nosotros, la virtud especial es la estrategia textual utilizada por el autor. De lo primero que se vale es del uso de la periodización del tiempo: la obra empieza temporalmente en 1987, luego se traslada a 1920, en seguida a 1921 y después a 1991, y finalmente termina en 1989. 

En la novela también encontramos circunstancias existenciales históricas a través de los códigos de los personajes: qué es la esperanza, el arte, el yo, el otro, la fiesta, el sueño, el miedo, el sexo, el humor, el destino... Asistimos a una novela donde la realidad histórica es representada desde una complejidad y problemática de sentido, de esclarecimiento a través de la nostalgia. 

En la obra se aborda el tema de la identidad que se sintetiza en una problemática y las preocupaciones de un ser panameño ambivalente y contradictorio. La parodia, la ironía, la trasgresión y la sátira son recursos para distorsionar la realidad histórica sin oscurecer, lo que tampoco significa aceptarla. Rogelio Guerra Ávila es un artista de la palabra, un creador de ficciones y un modelo para narrar la identidad.

La Prensa, 14 de octubre del 2023

lunes, 2 de octubre de 2023

A los 20 años de Redplanes


La Red Iberoamericana de Responsables de Políticas y Planes de Lectura - Redplanes, cumplió 20 años. Redplanes es una red conformada por los responsables del diseño y la ejecución de políticas y planes nacionales de lectura de los países miembros del Cerlalc (Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe).


La Red ha sido creada para potenciar los esfuerzos que cada país adelanta por posicionar la lectura como una política de Estado, por fomentar el desarrollo y la sostenibilidad de políticas y planes de lectura en Iberoamérica, facilitar el encuentro e intercambio de saberes y experiencias, compartir buenas prácticas y promover la integración regional alrededor del tema.

Para celebrar estos 20 años, la reunión de los responsables de políticas de lectura de Redplanes se llevó a cabo del 25 al 26 de septiembre en Bogotá con la participación de especialistas y profesionales en temas de lectura, escritura y oralidad, con una agenda de trabajo importante.

Todas las conferencias, los paneles de discusión y las mesas de trabajo fueron de sumo interés para la construcción; pero, sin duda alguna, la conferencia inaugural dictada por Joaquín Rodríguez, escritor y profesor de la Universidad Camilo José Cela de España, titulada:  Cómo (no) crear lectores. Evidencias científicas para el fomento de la equidad lectora, fue acertada porque nos presentó un panorama global de la problemática de la lectura de nuestros países.

Joaquín empezó observando cómo la pobreza persistente afecta el desarrollo cognitivo en los niños: "Un niño de una familia con estrés económico que a los 7 años tuviera todavía, contra todo pronóstico, un rendimiento cognitivo alto, a los 18 ya lo tendría más bajo que un niño de una familia más favorecida que partiera con un índice medio. La genética se ve sobrepasada por un ambiente social desfavorable".

Nuestras realidades sociales y culturales tienen dos narrativas. Un relato nos cuenta los desafíos y obstáculos que impiden la creación de lectores y el otro nos narra el por qué y el para qué fomentar la lectura y la necesidad de crear los mecanismos políticos que posicionen la lectura como un tema de Estado.

De un lado están los problemas que persisten en nuestros países que no permiten que los planes de lectura avancen, como la falta de gobernanza e institucionalidad, el divorcio entre instituciones claves para trabajar en conjunto, la carencia de recursos y de voluntad política, los vaivenes de la política partidista, la falta de seguimiento, evaluación y sostenibilidad de los planes y programas de lectura y, tal vez el más problemático, la desigualdad social que provoca brechas que son la causa principal de la desigualdad lectora.

El otro relato nos deja claro que la lectura, la escritura y la oralidad son una herramienta para alcanzar prioridades globales que pueden mejorar la calidad de vida de las personas; que leer y escribir aportan al desarrollo sostenible y nos ayudan a construir significados en medio de los contextos de la diversidad, lo que permite, a la vez, hacer conexiones cívicas para crear ciudadanos pensantes.

Vuelvo a la conferencia de Joaquín Rodríguez porque debo remitirme a su investigación que plantea una serie de propuestas que se deben tomar en cuenta a la hora de la construcción de políticas públicas relacionadas a los derechos culturales. El derecho a leer es uno de ellos. Primero hay que tener algo muy importante en cuenta: los derechos culturales son irreversibles. Es decir, todo lo que hemos sufrido y por lo que la humanidad ha luchado hasta este momento, no se puede revertir y por eso los desafíos por eliminar las brechas que provocan desigualdad, deben ser superados.

Dice Joaquín: "Para crear lectores es necesario planificar una intervención global que atienda a las condiciones desiguales de partida: tanto la mentorización familiar como los programas de ayuda social demuestran su utilidad". Las familias necesitan vivir en entornos más seguros y saludables para tener también posibilidades de supervivencia en una realidad que cada día es más compleja. La lectura nunca será objeto de deseo mientras allá desigual.

La reunión de RedPlanes ha sido la mejor en 20 años. Una reunión donde se han planteado de manera puntual los problemas de la cultura y de la lectura. Una reunión dónde nunca antes se había tenido tanta seguridad sobre la importancia de los planes de lectura en estos tiempos. En un mundo acosado por la guerra, la crisis ambiental y las tensiones sociales de todo tipo, la lectura sigue siendo un instrumento para ayudar a sanar.

Carlos Fong

La Prensa, Panamá, 30 de septiembre de 2023

sábado, 16 de septiembre de 2023

Vuelve la patria defendida (parte 2)


Carlos Fong

La Prensa 16 de septiembre de 2023

 

Castro, en El agua entre los mares, un libro que es referente imprescindible para comprender la historia ambiental, además de una propuesta para una estrategia de modelo de desarrollo sostenible, en el primer capítulo con el título “Sostenible por lo humano”, en el primer artículo “Gerencia, historia y poesía.

Las humanidades en la gestión del desarrollo sostenible”, sostiene que una de las misiones de la poesía es promover a un ser humano capaz de ser “sosteniblemente humano”, es decir, capaz de gestionar nuevas relaciones de convivencia con la naturaleza y con el semejante.

La metáfora, nos explica el maestro Castro, como figura poética, posee una especial capacidad para aludir con “especial capacidad comunicativa a aquellos factores de incertidumbre que nutren las situaciones de malestar en la cultura”. Es decir, el lenguaje poético desempeña un importante papel en la gestión del conocimiento. La poesía facilita el camino de la comprensión de los procesos y transiciones de los cambios culturales de la naturaleza.

El lenguaje metafórico forma parte de la historia de la naturaleza del país que somos y tiene su referente inmediato en la poesía. El lenguaje de la poesía permite visualizar las modificaciones y evolución del paisaje natural. Por eso, Guillermo Castro cita a Antonio Gramsci: “...el lenguaje es una cosa viva y al mismo tiempo un museo de fósiles de una vida pasada”.

¿Puede enseñarnos la poesía cómo esclarecer la relación que existe entre la naturaleza y los graves problemas que la afectan? La poesía es una forma de conocimiento que sirve para organizar y gestionar los problemas que plantea el desarrollo sostenible, porque ayuda a comprender la importancia de la historia ambiental de nuestro país. En el marco de la discusión del tema de la minería, la poesía tiene un papel relevante en la comprensión del problema ambiental.

Desde el lenguaje literario podemos intuir señales para una ética ecológica. Una ética y una política ecológica que nos ayude a detener el deterioro ambiental y a construir un verdadero desarrollo sostenible. Dice Guillermo Castro que “los problemas ambientales que padece hoy nuestra especie no son de origen natural, sino cultural”. Lo que probablemente significa que es en la cultura donde también están las respuestas a este desastre.

La historia del paisaje queda registrada en la literatura. Pensemos en el tema del agua. La devoción por el agua es una constante en la poesía panameña que podría ser el intento de un relato hídrico de nuestra memoria. Pienso así, porque es muy difícil, en estos momentos, pese a los avances de la biotecnología y la infotecnología, saber el futuro que le espera a la humanidad si seguimos dañando los recursos hídricos, pero podemos tener un registro de cómo era nuestra naturaleza en el pasado.

A qué hacen referencia estos versos de Enrique Geenzier: “Eres bella cuando ruges, /eres bella cuando saltas, / eres bella cuando lloras/ y eres bella cuando cantas”. O cuando Ester María Oses escribe: “¡De tus sueños nací, cristal despierto!” O cuando Homero Icaza Sánchez dice: “Yo grabé tu figura/en una gota de agua”. El agua, como la patria, es bella, pero sin contaminación.

La patria es la naturaleza, la biodiversidad, el paisaje, la tierra, el ecosistema. Como el vientre de la madre, la vida solo germina en un territorio sin contaminación. La poesía nos exhorta a construir un ambiente saludable y vivir en una sociedad con el líquido amniótico sano.

José Franco nos habla del destino de un río vigoroso: “Allí junto al barranco murió el río / como camino viejo abandonado”. Hercilia Ramos de Argote se pregunta con mirada de niño: “¿Por qué tan contento corres, / de dónde vienes buen río / con tus aguas cristalinas / y tu plácido albedrío?” Mientras que Sonia Ehlers, advierte la posibilidad de otro destino del agua porque la patria sangra: “Patria herida/ quiero ver el resplandor de tu verde / bajo una corriente de cristales / deslizarse hacia el mar…”

Esta misma actitud hacia el agua, esa poesía que retrata los elementos sanos de la naturaleza, la vamos a encontrar en toda la poesía que tiene ese vínculo con el medio ambiente. Cuando María Olimpia De Obaldía dice: “donde la brisa es fresca... / donde la calle es de hierba/ que cruje cuando pisamos...” O exclama: “en el campo todo ríe”, es porque existe una relación estrecha con la naturaleza porque allí: “retoza la vida”, pero también puede reposar la muerte.

La disyuntiva que podemos encontrar en la literatura, en la data de los relatos y poemas de la cultura, puede contener los componentes necesarios para construir un nuevo diálogo con la naturaleza y plantear un nuevo sistema de una sociedad más amigable con el ambiente.

Nos puede ayudar a entender que le hemos fallado a la naturaleza. Si trabajamos en tomar mejores decisiones, lejos de la codicia y la destrucción, tal vez podamos decir como Stella Sierra: “Exhala el campo místicos olores…” O, por el contrario, lamentarnos como Julio Yao: “Bello vergel que hoy añoro”.

 

sábado, 9 de septiembre de 2023

Vuelve la patria defendida (parte 1)

Carlos Fong

La Prensa, 09 de septiembre de 2023

 

Víctor Fernández Cañizales, en su libro La Patria en la lírica istmeña (1971), cita el libro de Gil Blas Tejeira, Campiña interiorana (1956), donde el autor hace una descripción del paisaje coclesano con admirables pinceladas. Además, se hace alusión a un soldado español que, embelesado por la naturaleza coclesana, escribe, tal vez en alguna crónica que se pierde en el tiempo, sobre los extensos llanos, donde la tierra es “... muy sana e muy talentosa e fresca, así en invierno como en verano...” Un paisaje, dice en su estudio Víctor Cañizales, que “invita al sosiego y a la meditación; mientras que las aguas cristalinas de los ríos generosos hacen apropiada la atmósfera para dar a sus habitantes un temperamento contemplativo y amable”.

Es seguro que estas descripciones de los “llanos sanos y frescos” de “aguas cristalinas de los ríos” de Coclé, si volvieran a ser tema de la mirada de los poetas, no imprimirían con el mismo aire entusiasta la descripción de la realidad actual.

La literatura, su poesía y su prosa, no se presenta ni nace del espíritu aislado y lejos de la realidad. La literatura no es producto de la imaginación que solo evoca ilusiones y fantasías. La literatura es un viaje y un largo camino de manifestaciones existenciales centradas en la realidad. Desde la expresión poética, el arte es también una propuesta que ayuda a entender la realidad y a pensarla desde su problemática histórica y social.

Cañizales también nos recuerda que Elsie Alvarado de Ricord apuntó en su ensayo El sentimiento patriótico en la poesía panameña (1961), que la auténtica verdad de la literatura se nutre de las circunstancias históricas. En la actualidad, la literatura nacional vuelve a cumplir su misión de orientar los elementos que condicionan a las personas como sujetos de derechos y de libertad. Parece que la palabra patria vuelve a ser la musa que levanta orgullosa el pabellón. 

Cuando la mayoría de los panameños piensa que el tema patriótico estaba agotado al despedirse la última bota yanqui con la reversión del Canal, nos damos cuenta de que los versos sellados por Jerónimo de la Ossa en nuestro himno: “Es preciso cubrir con un velo/ el pasado, el calvario y la cruz”, versos que significan confianza en el porvenir, que evocan progreso y bienestar, no aseguran del todo la confianza en el futuro y que el porvenir siempre estará amenazado por otras formas de colonización.

Este tipo de literatura ha quedado resguardada en numerosos estudios como el de Víctor Fernández Cañizales y el de Elsie Alvarado de Ricord que he citado al inicio, pero también estudiosos de la literatura nacional como Rodrigo Miró, Octavio Méndez Pereira, Isaías García, Ismael García, Carlos Manuel Gasteazoro, Alfredo Figueroa Navarro, Margarita Vásquez, Damaris Serrano y Melquíades Villarreal, entre muchos otros, han aportado con sus reflexiones a la realidad. Desde la literatura, autores como Ricardo Miró, Gil Colunje, Demetrio Herrera Sevillano, Carlos Francisco Changmarín, José Franco, Pedro Rivera, Dimas Lidio Pitti, Mario Augusto Rodríguez, Diana Morán y Moravia Ochoa, por citar solo un racimo de ellos; el parnaso literario panameño es amplio. 

Desde las ciencias sociales como la sociología, la historia, los estudios jurídicos y la antropología, también muchos autores como Diógenes De la Rosa, Ricardo J. Alfaro, Justo Arosemena, Ernesto Castillero Reyes, Omar Jaén Suarez, Octavio Tapia, Alberto Osorio, Richard Cooke y Olmedo Beluche, entre muchos más, se ha contribuido de manera sistemática a construir una visión de país desde sus distintas problemáticas nacionales.

La actual polémica sobre la minería en Panamá nos remite, nuevamente, a una literatura que defiende a la tierra de nuevos opresores. Ya no es la presencia yanqui (que aún vaga en sombras con otras presencias), sino la explotación directa de la naturaleza. En el caso de la poesía, es una literatura que nos evoca versos como este de Gil Colunje: “Aún me parece que te miro esclava, / aherrojada entre grillos y cadenas”. O como Pedro Rivera alude en estos versos: “…y he visto la tierra mía / abrir su pétalo herido”. Es una tierra que no termina de sangrar.

Recientemente, leímos un poema de Changmarín publicado en 2010: “Nos quieren robar el cobre, / la tierra y la serranía, / el cielo y la casa mía / y todo lo que nos sobre. / Y solo por ser tan pobre/ el rico nos recrimina / y quiere el agua, la mina,/ el sol, la luz y la luna. /Pero no tendrá ninguna / pues nuestro pueblo camina”. Ya en 1975, el poeta santiagueño escribía una décima aún más puntual y con poder visionario: “Ojo al recurso minero: / al cobre, el oro, la plata.../ Que no se meta la pata /en asunto tan primero. / La garra del extranjero / de manejo colonial, / no sólo mira el Canal; / ve también la minería / y en esto, de noche y día / hay que ser un buen fiscal”.

No demorarán demasiado otros poetas y narradores para renacer y crear una literatura que, como acordes musicales, se compone con laureles de sangre y valentía para defender un país que parece no librarse del todo de sus cautiverios. El amor a la patria se defiende desde el campo y las calles y con sus versos.

viernes, 21 de julio de 2023

Balada para un jefe triste

El siguiente poemario mereció el primer premio en la categoría poesía del XLIII Concurso Nacional Premios IPEL que organiza el  Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral, desde el Instituto Panameño de Estudios Laborales, uno de los torneos literarios más importantes del país creado en 1977.  Este año el premio tenía como tema la cultura laboralBalada para un jefe triste, con el seudónimo El obrero distraído, es un canto dedicado a los/as trabajadores/as que dedican sus horas y sus días para ganarse la vida en medio de condiciones de abuso y violación a sus derechos elementales que no permiten que haya una verdadera cultura laboral que genere ambientes de trabajo saludables.

C.F.

 

 

Jefe


usté está aburrido

nadie lo sabe nadie.

  

Pero ahora que está solo

ahora que no ven Ellos

desahóguese

grite

discuta

diga mierda

dé golpes en la mesa

vuélvase insoportable

por favor

diga no

diga no muchas veces

hasta quedarse ronco.

 

No cuesta nada

jefe

haga la prueba

 

Mario Benedetti
Poemas de la oficina


 

 

 

 

 

 

Para todos mis compañeros

camaradas de días fatigados


 


Poema de la tardanza

 

¿Y si no miraras las horas

en que llegamos tarde,

sino la intención de

cuerpos cansados que

aún caminan para llegar?

¿Y si no miraras las horas

restantes sino los días ofrendados

para seguir trabajando por un

país que duele en su olvido?

No mires el reloj que nos acecha,

mira las manos que aún

se afanan por laborar.

Aquí estamos de

hojas y tronco entero

con las raíces

aún abrazadas

a la

Tierra.

 


 

Ambiente laboral

 

Siempre es igual a esta hora.

La tiranía de normas cotidianas,

rutinas taciturnas, obligadas.

El café puntual,

sin pronóstico sin coloquios.

Las recompensas inoportunas

y el ritual de los lunes:

juntas incurables, lacerantes.

Los cuerpos desdoblados

en el ascensor, callados

y las miradas apuñaladas por la monotonía.

Por eso nos reconocemos en nuestras

propias oquedades.

Acostumbrados a alinear valores

para un itinerario sin destino

imaginamos el porvenir

fingiendo felicidad

en espacios confinados 

hacinados por el vacío

consumidos y cansados

donde los cuerpos se desgastan

en la terquedad de la usanza cruel

mientras llega la hora pico.

 

 

Costo de producción


 

Afrontan corporalmente

la necesidad inaplazable,

gestionan su talento

friccionan la figura que se

dilata en la llaga,

sacrifican su tiempo

privilegian los gastos fijos

indirectos en la serpentina

fluidez que se escapa.

Verifican las variables

para asumir con nobleza

el Costo Total:

Oculta la belleza de sus ilusiones

en algún lugar matizan la esperanza

el evidente resplandor silenciado.

 

 

 


Reglamento interno

 


Fuimos leales

seguimos las instrucciones

al pie de la letra como

ovejas en una plaza blanca.

Fuimos puntuales

madrugamos como devotos misarios

en la albina noche sagrada

surcando la oscuridad helada sin miedo.

Fuimos resignados

veneramos cada precepto

con la regular asistencia.

Fuimos sumisos

acatamos la norma y su destino

con el carnet colgado en el pecho

que nos deletrea

y nos recuerda

que tenemos nombre.


 

Felicidad laboral


 Aquí todo es correcto y por eso

somos felices.

Cada labor es calculada desde el amanecer.

Son correcta la lluvia, el sol y los árboles

que extrañamos desde la ventana.

Son correctas la forma de vestir y de caminar.

Es correcta la sonrisa del amigo secreto y

la despedida del año viejo.

Son correctas las palabras

de cada comunicado redactado.

¿Nuestros cuerpos? Son correctos.

Vestidos y planchados con el logo a la vista

y el carnet desgastado.

Somos felizmente correctos con lo que hacemos

y para quien lo hacemos.

Es correcta la labor que eligieron nuestras manos

y es correcta la llamada de atención.

Primera llamada

Segunda llamada

Al final…solo el silencio que

también es correcto.

 

 

 

 

 

Trabajo en equipo

 


Y después de tantos años

seguimos afrontando los días,

gestionamos el inconsolable tiempo 

compartimos las amonestaciones,

la energía laboral.

Reconocidos y valorados

por las sombras de las horas

organizamos la suma de valores

vamos empoderando esperanzas

horarios taciturnos.

Solidarios en la madrugada

viajamos silenciosos en trenes

plateados y buses rojos para

cumplir con la jornada.

 

 

 


 

Salud laboral

 

Hay cosas que nos van dejando solos

como la noche que devora el rostro

de los hijos en la madrugada

mientras cabalgan para seguir soñando

en otros hogares.

 

Hay cosas que nos ausentan

y nos desdibujan como el frío

de la madrugada que ha congelado

los sueños hasta olvidar las sonrisas

de las madres porque no queda

tiempo para reír juntos.

 

Hay cosas que fatigan la rutina

como las palabras vacías y mecánicas

que solo se dicen para dar órdenes

y amonestar, aunque se cumplan

al pie de la letra muerta.

 

Hay días en que no se rinde

demasiado, aunque la recompensa

sea generosa porque

las relaciones se han marchitado.

 

 

 

El Tedio

 


Con el tedio las horas son tan largas y

se corrompen los sentidos,

y se desconocen las emociones

que se habían cosechado

en el bregar cotidiano.

 

Con el tedio la motivación

se pierde entre los pasillos vacíos

donde una vez saludamos llenos

de entusiasmo y alegría

para sabernos jornaleros de días tristes.

 

Con el tedio las palabras mutan

en cuestionarios y mandatos

vacíos y no hay tiempo para decir:

"hola compañero";

 camarada de días fatigados.

 

Con el tedio la música se nubla

como un surtidor de amenazas

sin melodías y la cálida estrella

en la frente desaparece

para darle paso borrascoso a la rutina.

Con el tedio todos somos nadie.

 

 

 

Sistema inmune

 

A veces ocurren cosas.

 

Cosas como llorar para evadir

el conflicto y el vértigo del horario.

 

Cosas como reponerse de las dificultades

de un día sin elogios sin aplausos.

 

Cosas como afrontar los problemas

con la paciencia que motiva las ilusiones.

 

Cosas como herir al prójimo

que trabaja a tu lado y asume la sentencia callado.

 

Cosas como firmar un traslado en abril

que nos obliga a reafirmar la aprisionada hondura.

 

Cosas como el silencio de la camaradería

que no encuentra la voz para liberarse de su cautiverio.


 


Salario emocional


 

Un racimo de horas sin pagar

una felicitación tardía

ninguna motivación

la oportunidad desvanecida

la semilla sin regar.

Aislados y opacados en una

atmósfera pesada sin sentido.

Sueñan con el balance de vida prometido

dispuestos a arriesgarse

convencidos de que cada día se riega

como un pequeño tallo de hierba.

A veces no son tan productivos

cuando el aire pesa sobre los hombros.

Y, sin embargo, miran con ojos

casi desgastados la disponibilidad

de despertar otro día

para seguir

desgajando

una

a

una

las

horas.

 

 

 

 

Balada para un jefe triste

 

El jefe no está triste.


Solo olvidó priorizar los atardeceres,

delegar esperanzas.

 

El jefe no está triste.

Solo no recuerda las ilusiones infantiles

de los días idos y memorias felices.

 

El jefe no está triste.

Solo está cautivo en su nicho de cristal

donde el frío esculpe el silencio en su rostro.

 

El jefe no está triste.

Solo está ausente en su presencia que

no confía en la llama de la rosa fusilada.

 

El jefe no está triste.

Solo está distraído en jerarquías de cascabeles

que le oprimen la felicidad que aún no ha alcanzado.

 

El jefe no está triste.

Solo mitificó el legendario y diminuto Dios

que habita en su corazón.


 

Carácter obligatorio

 


Es de carácter obligatorio y prohibido

reconocernos entre los pasillos y las terrazas,

escuchar la verde música en la ensenada

que vigila al mediodía el almuerzo apurado.

Quedan prohibido los susurros y las miradas,                                   

andar en parejas que, en solidaria amistad, presumen

la oleada de su apego que rodea sus cuerpos.

Es de carácter obligatorio llegar temprano y marcar

en la hora que golpea la piedra y ahonda la herida,

queda prohibido rearmar las ilusiones quebrantadas,

reír en horas laborables y decir con entusiasmo la palabra “compañero”.

Es de carácter obligatorio cumplir con el reglamento interno

y anhelar que vendrán mejores días.


 

Declaración de huelga

 

Declaremos una huelga

No de hambre ni de brazos caídos

Sino de sueños y esperanzas

Convoquemos una huelga,

no de buques ni aeronaves,

Ni de trenes, ni de taxis ni de buses,

Sino de manos solidarias

Que se unen en la vigilia

Para despertar a aquellos que tienen

manos y no caminan.

A los que laboran con miedo,

a esos, les ofrendamos el coraje de la jornada,

porque se les ha negado su presencia.

Oscuras oquedades se balancean en los rostros

Convoquemos una huelga de caricias

de madres madrugadoras que dejan a sus hijos

en parvularios de ciudades escandalosas.

Convoquemos a una huelga

No de servicios de gas, ni de energía eléctrica,

hagamos una huelga para que el

sol brille en las frentes

de los que trabajan afanadamente y

desconocen si es de día o de noche.

 

Rogelio Guerra Ávila: modelo para narrar la identidad

  Rogelio Guerra Ávila La XLVI Semana de la Literatura Panameña, Rodrigo Miró Grimaldo, que organiza el Departamento y Escuela de Español de...