El 17 de marzo empecé a escribir una columna semanal en La Prensa. Hasta el momento no había pensado en publicar mis artículos sobre cultura por alguna extraña razón desconocida, pero recientes eventos que han sacudido al sector cultura, en especial el de los escritores, me han
hecho reflexionar que a lo mejor sí es importante un registro de mis artículos. Quisiera empezar con este decálogo ético del escritor. No es precisamente un artículo, pero tiene una intención pedagógica y cívica. Solo espero que sirva de algo.CF
"No pido milagros y visiones, Señor, pido la
fuerza para la vida diaria. Enséñame el arte de los pequeños pasos. Hazme hábil
y creativo para notar a tiempo, en la multiplicidad y variedad de lo cotidiano,
los conocimientos y experiencias que me atañen personalmente".
Antoine de
Saint-Exupéry.
1. No codiciarás el talento de tu
prójimo bajo ningún precio. La honestidad no se negocia. Si aspiras a ser un
escritor genuino, sé honesto con lo que escribes.
2. Un escritor no es una celebridad
de cine ni un rock star. No permitas que la fama nuble tu personalidad. Rehúye
a ser un escritor de cartelera.
3. Cuando escribes haces una
declaración de conocimiento. Procura que tus ideas, aunque sean producto de la
imaginación, tengan valor para la humanidad.
4. Parafrasea a Kafka: un
escritor no tiene intereses literarios; solo le interesa descubrir y revelar la
terriblemente hermosa condición humana.
5. Esfuérzate por ser sincero cuando
escribas. El mundo es sincero contigo día a día, aunque su imagen sea muchas
veces brutal. Sé pertinente con tus palabras porque estarán a disposición del
otro y las usará contra ti.
6. La inteligencia es propiedad
privada; pero no olvides que también es un correlato del mundo que implica al
otro. Sé inteligente para ser fuerte, porque los otros no tendrán clemencia y
serán crueles.
7. Blíndate contra la mediocridad del mundo. La
ciega voluntad de buscar el reconocimiento alimenta la mediocridad. El mediocre
hace ruido para llamar la atención.
8. Parafrasea a Kundera: la moral
de un escritor radica en el descubrimiento de una parte esencial desconocida de
la existencia. La única moral de una obra es el conocimiento.
9. El arte de escribir es un
contrato con el lenguaje. El que escribe
hace un pacto tácito con el lenguaje, pero también hay un acuerdo implícito con
el lector. Nunca violes ese acuerdo.
10. No te empeñes en buscar el reconocimiento. Si
tu obra pasa invisible sin lograr la aprobación, es porque no ha sido
comprendida en este tiempo o, simplemente, nunca fue una obra.
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