Berna Pérez de Burrel. |
María Elena Mena, actriz; César Villalobos, locutor y
bolerista; Ermolaos Antoniadis, odontólogo y artista plástico; Belén Barrera Fuentes de Torrero, docente
destacada, Carlos Russell, líder social
del movimiento afropanameño y de la diáspora; Bwerna Pérez de Burrel*, profesora
y escritora; Guillermo Trujillo, pintor
reconocido de su época; Guillermo Ross-Zanet, médico y escritor; todos se
fueron para siempre. Se nos adelantaron para cruzar la laguna Estigia.
Este racimo de dignidad panameña dejó una huella dentro
de la nacionalidad y la identidad panameña. Comprometidos con el arte o la
palabra, con causas reivindicatorias y luchas sociales, con la educación y la
comunicación, todos panameños con un profundo amor por la patria.
En medio de una encrucijada nacional donde las
tensiones sociales libran una batalla con la descarada corrupción política, la
falsa tolerancia conservadora y el nihilismo individualista, ellos se despiden
para navegar por las aguas errantes de la eternidad. Se diría que estaban cansados
o que les dolió demasiado el país, la patria sufrida, se fueron luchando contra
la indiferencia y la mediocridad.
José Guillermo Ross-Zanet |
Si Caronte les pidiese una moneda para cruzar el
Aqueronte, ellos no la tendrían, porque su única riqueza fue la dignidad y la
nobleza que tensaron como el arco para herir de muerte al fenicio. Como
espartanos cada uno libró una lucha desde trincheras diferentes con el arte
como escudo y la inteligencia como espada. Sus manos de artesanos tejieron
consignas y memorias para que los espíritus más jóvenes las heredaran como un
himno que ha de ser cantado con la frente erguida y empapada en sangre.
Los que sobrevivimos y aún seguimos en el frente, los
que creemos que todavía hay luz en este valle de oscuridad, los que somos
creyentes como el cristiano que ama la cruz,
los que nos sacrificamos por una idea noble de la humanidad, beberemos
de la fuente que dejaron sus obras, la forma de su imagen ilustre, el saber de
su presencia. Porque ellos fueron figura bella de mármol y reflejo de esperanza
en un país donde la cultura se sufre cuando se es auténtico.
*Nota aclaratoria: Por un error imperdonable, en el artículo que salió en La Prensa: Cómo figuras de mármol, no mencioné a la profesora Berna de Burrel. Ofrezco disculpa a sus amigos y familiares por el escollo. Espero que la mirada del nuchu la eternice.
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