Por Carlos Fong
El decreto 21 del 31 de enero de 2014, que crea los
bachilleratos para la educación de jóvenes y adultos, ha empezado a preocupar a
algunos en el sector. El dirigente educador, Juan Ramón Herrera, en una nota publicada
el viernes 7 de febrero de 2014 por el diario La Estrella de Panamá, titulada:
Meduca
le dice adiós al bachillerato en Letras, ha dicho: "con los cambios desaparecen asignaturas como
Educación Física, Francés, Historia y Hogar…”. Si lo que declara el docente es
cierto, aunque el Decreto no habla por ninguna parte de eliminar si no de
“modificar el currículo” de bachillerato, sería una gran ofensiva a las
humanidades, contradiciendo, incluso, el "bachillerato en humanidades" que suponemos sustituye al de Letras.
El Decreto en su Artículo 3 señala que “Los programas de estudios serán adecuados de acuerdo a las necesidades
de jóvenes y adultos, mediante módulos autoinstrucionales y guías de estudio
como estrategia de enseñanza del docente y estrategia de orientación y
aprendizaje para el estudiante”. Se entiende que el Decreto se refiere a la
educación androgógica, sin embargo, cuando hablamos de adecuar “de acuerdo a la
necesidad”, hay que estar atentos del
trato de las humanidades dentro del modelo curricular y hasta dónde llega esta
adecuación, pedagógicamente hablando. Creemos que es una buena oportunidad para reflexionar sobre el papel de las humanidades en la formación de todos.
No cabe la menor duda de que
hoy día hay que especializarse y actualizarse de manera que los nuevos
profesionales puedan desempeñarse de manera optima en carreras técnicas relacionadas
con las nuevas tecnologías que exigen profesionalismo. Sin embargo, hasta las
carreras técnicas necesitan cierta dosis de formación humanística que debe estar
presente en todos los bachilleres.
Desde el inicio de la formación de los alumnos las
humanidades empiezan a hacer su trabajo. Sin embargo, hay muchas personas, entre
ellos padres de familia, incluso docentes, que piensan que algunas materias como
la historia, la agricultura, la educación para el hogar, la educación física o
la música, entre otras, son hoy día un estorbo. Afirman: “Mi hijo no va a ser
un campesino, ni un profesor de música”, por ejemplo. Es un grave error. Veamos algunos ejemplos.
En primaria la materia de agricultura, que ahora se llama
Agropecuaria, es importante porque ayuda a construir la relación del hombre con la naturaleza que se ha ido perdiendo; no se dicta con el propósito de que seamos
campesinos, sino para sensibilizarnos con los los atributos y maravillas
que nos regala la tierra. La educación física brinda
la posibilidad de que los jóvenes se preocupen por su salud; pero además
permite discutir sentidos sobre las diversas dimensiones y condiciones dramáticas del cuerpo al desplazarse en la escolarización. La música no se enseña para
crear profesores de música o artistas (lo que no descarta que podamos descubrir
un talento), es importante para tener un criterio estético del arte. La noción de belleza ayuda a apreciar mejor lo que tenemos y es importante.
La Educación para el Hogar, ahora Familia y Desarrollo
Comunitario, ayuda a repensar el papel de los roles en la familia; hombre y
mujer son importantes en la familia. No es sólo para que los niños aprendan a
cocer, cocinar o poner un pañal; va más allá. Ayuda a fortalecer los valores en
la familia y su ausencia afectaría las relaciones entre géneros. La Historia y la Lengua: tienen que ver con
los elementos de la cultura. La cultura
eleva nuestra autoestima. Panamá es un país con graves problemas de pertenencia
y de identidad; la memoria y el estudio de las lenguas fortalecen la identidad.
Un estudiante de bachiller en refrigeración, electricidad,
construcción, informática o agropecuaria, por ejemplo, no necesitará comprender
un poema o saber qué pasó el 9 de enero de 1964 para reparar un artefacto o pegar
bloques, pero sin duda será más sensible con una percepción del mundo menos
superficial y con más posibilidades de pensar a la hora de tomar decisiones; un
ciudadano difícil de manipular y capaz de reflexionar a la hora de defenderse
de los abusos y las injusticias. Por lo menos la literatura, debería estar
presente en todos los bachilleres, porque la lectura nos aleja de las
distracciones triviales y nos acerca al pensamiento crítico y fortalece la
ética de un profesional en cualquier especialidad.
Pese a los nuevos desafíos que la posmodernidad y la
globalización han traído consigo, la educación no debe sólo ocuparse de
entrenar personas técnicamente. Las
letras, el arte, la historia, la cultura son importantes para los seres
humanos. La realidad se configura de una manera que estamos educando para crear
una nueva especie industrial con una biología y una ecología humana para la producción
y el consumo. Hay que tener cuidado, de lo contrario, de las aulas no saldrán personas pensantes, sino criaturas automatizadas
y deshumanizadas.
5 comentarios:
La única necesidad que entienden nuestros gobiernos es económica, la propia. La alimentación solo se entiende en el aspecto físico no espiritual, se necesita comer para producir, la máquina no puede perder el tiempo soñando.
Al adecuar, modificar en el terreno ÁULICO ,HAY QUE TENER PRESENTE DOS COSAS:
PRIMERAMENTE Quiénes y cuantos participaron si fue producto del consenso entre Gremios y el rector de la educación . ( y QUE AMBAS PARTES TENGAN VOZ Y VOTO )
En segundo plano, Si al transformar ( MEDIANTE EL Decreto )se MANTUVO LA ESENCIA de tal manera que en la RENOVACIÓN de la tan mencionada REFORMA NO SE HAYA TRASTOCADO LO INICIAL, pues adecuando ,modificando BIFURCA en INSENSIBILIZACIÓN
Estoy totalmente de acuerdo.
El mencionado decreto no hay duda que constituye un rudo golpe a la educación de miles de jóvenes cuyos talentos seran truncados, pero el principal problema es la forma como se imponen nuevos aspectos de la educación nacional sin consultar a los sectores que realmente si conocen de educación. Los aduladores que rodean a la Ministra sólo saben bajar la cerviz a cada antojo de la Ministra en su planificado enfoque de producir autómatas sin conciencia ciudadana y sin conocimiento de la historia uniersal, y mucho menos de su pais.
Me parece muy bien explicada su postura, con la que ademá concuerdo plenamente. El panameño requiere elevar su cultura general. Es muy triste ver que nuestros muchachos ni siquiera son capaces de experesar una opinión la mayor parte de las veces que se les pregunta sobre un tema cualquiera y eso se debe a que no están documentados o no tienen confianza en sí mismos para emitir juicios propios. Se limitan a repetir lo que les han dicho o simplemente callan... Preguntémonos qué clase de futuros dirigentes de la nación estamos formando.
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