El jueves 9 de julio de 2009 se llevó a cabo en la ciudad de Panamá, específicamente en la Biblioteca Nacioanal, el Foro “CULTURA Y DESARROLLO NACIONAL”, convocado por
Gestores y artistas como, Rodrigo Noriega, Danilo Pérez, José Luis Rodríguez Pittí, Olga Sinclair, Mario García Hudson, Alexandra Schjelderup y la nueva directora del Instituto Nacional de Cultura, María Eugenia Herrera de Victoria, tuvieron la oportunidad de dialogar en un espacio que se quedó pequeño porque la asistenciia del público fue masiva.
Hubo muchas ideas, tanto de los panelistas como de algunos mediadores del sector cultura que lograron hacerse escuchar. Lo importante quedó bien marcado: la cultura está en un estado de emergencia y es vital que el gobierno panameño empiece a tratarla como un asunto de importancia de Estado. Justamente como los organizadores venimos insistiendo: un factor relevante y necesario para el desarrollo sostenido de la nación, y no más como un simple adorno o fuente de diversión pasajera.
Más que un balance de este evento, donde quedó claro que hay que rescatar y fortalecer la institucionalidad de la cultura, nosotros queremos centrarnos en un tema que manejó uno de los miembros de la mesa: la cultura ambiental. El Doctor Rodrigo Noriega no solo tocó un tema que tiene que ver con el medio ambiente y la cultura. Es un tema que tiene que ver mucho con la participación ciudadana y el desarrollo sostenible y comunitario; algo que perseguía este Foro desde sus inicios: demostrar la importancia del desarrollo cultural y cómo éste puede ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas. Es urgente que el Estado defina políticas públicas sociales donde la cultura sea un factor decisivo en la sustentabilidad y sostenimiento de los proyectos sociales. Hay que pensar la cultura más allá de los escenarios y las tarimas. Hay que pensarla desde el desarrollo cultural; como un proyecto de vida.
Nunca podremos identificar y comprender los componentes simbólicos y constituyentes que forman parte de la dinámica de las comunidades locales sino ahondamos en las epistemologías temáticas sustanciales que hacen que las personas se comporten de una forma que no sólo hace daño a su espacio vital, sino que aniquila su autoestima e identidad. Mirada de Nuchu reproduce un resumen de las palabras de Rodrigo Noriega, que nos ayudan a demostrar que se puede erradicar la violencia, no solo contra el medio ambiente, sino contra la misma persona, si logramos crear programas destinados a prevenir; programas a largo plazo que tendrán resultados si desde ya se empieza. Pero para eso la cultura debe ser tomada en cuenta y no ser vista como un accesorio, como un adorno, como una postal que atrae al turista. Si queremos que la institucionalidad brille y se luzca, hay que estudiar, investigar y diagnosticar para poder tomar decisiones reales y no ser una impostura estética. Este mismo discurso lo manejamos hace 5 años al inicio de una Patria Nueva; donde "sí se podía", pero no hubo apuesta por la cultura, sino por un desarrollo de concreto y acero. El reloj inicia de nuevo y otro prometido "verdadero cambio" sólo se logrará desde la educación y la cultura; así no tendremos que castigar al hombre. La ciudad de la furia crece hacia arriba, mientras abajo, en la periferias y en los suburbios, corren ríos de sangre y destrucción.
C.F.
9 de julio de 2009.
Por: Doctor Rodrigo Noriega
En 1999, el primer Diagnostico del Estado del Ambiente de Panamá (Geo Panamá 1999) indicaba que el principal problema ambiental que enfrentaba el país era el de la cultura ambiental prevaleciente, ya que la misma no favorece el desarrollo humano sostenible.
Por otra parte, en el año 2008 el Informe Nacional de Desarrollo Humano elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (INDH 2008) señalaba que las instituciones políticas panameñas eran las principales responsables de que el país no tuviese un alto grado de desarrollo humano considerando los enormes recursos de los que disponía, y concluía la necesidad de reformar la cultura política del país como tarea fundamental para mejorar el nivel de bienestar de la población.
En un esfuerzo reciente en el proceso de elaboración de la propuesta de Propuesta de Elaboración de la Cultura Ambiental (PNCA 2009) se efectúo un diagnóstico de la cultura panameña y se destacó que la misma era:
· Machista, al igual que la mayoría de las culturas dominantes de América Latina y el Caribe;
· Transitista, debido a que la forma en que el territorio y la economía panameña se insertaron en la economía mundial desde hace 4 siglos ha sido el tránsito de bienes y servicio y que este transitismo ha generado una profunda sicología de la dependencia y una consiguiente baja autoestima en la población.
La PNCA propuso como tarea central para la reconstrucción de la cultura ambiental del país, la de promover una nueva ciudadanía ambiental. Considero que igualmente todas las áreas de la cultura necesitan promover el ejercicio de ciudadanía, que este ejercicio es un conjunto de actividades emocionales, intelectuales, espirituales y físicas. Para el desarrollo y construcción de una nueva ciudadanía se necesita recuperar los espacios físicos tales como aceras, parques, áreas verdes y otros similares.
La Ciudad de Panamá tiene un crisis de espacios físicos públicos, lo que no permite ni fomenta la interacción ciudadana, a la vez que sus grandes espacios verdes, tales como el cerro Ancón, el Parque Natural Metropolitano, el Parque Summit, la Ciudad del Saber, el Parque Camino de Cruces, requieren principalmente de acceso por vía de automóvil y quedan marginados aquellos ciudadanos sin acceso al transporte. Incluso el Parque Omar, la más accesible de todas las áreas verdes de la Ciudad, carece de aceras en su vía principal obligando a los visitantes a caminar en la calle.
Otra tarea pendiente de la cultura panameña tiene que ver con que la edad promedio de los panameños encarcelados es de 24 años, y de acuerdo con la Contraloría General de la República la edad media de los panameños es de casi 22 años. En 1991 se cometía en Panamá aproximadamente un homicidio por semana y para el 2009 nos estamos aproximando a 2 homicidios por día, es decir: en una generación nos hemos hecho una sociedad 14 veces violenta. Es 1994 había 5 pandillas delincuenciales, y el 2009 se identificado 215 pandillas. Esta es la forma en que los jóvenes han aprendido a expresarse, a través de la violencia. El país necesita de un gran ejercicio nacional de terapia psicosocial, sanando y reconciliando las heridas y las divisiones provocadas por la dictadura militar panameña y la invasión militar estadounidense que la terminó. La única forma de hacer esa catarsis nacional es a través de las manifestaciones artísticas y las expresiones culturales. Esa tarea del diálogo cultural y la catarsis nacional son las grandes tareas pendientes para la institucionalidad pública y la ciudadanía.
El autor es Doctor en Derecho Internacional Ambiental de la Universidad de Yale, Abogado y Consultor en temas de Estrategia de Desarrollo y trabaja con diversos organismos de la sociedad civil. (Foto cortesía de Rolando De Sedas).
2 comentarios:
siempre fui admiradora de rodrigo noriega. un tipo brillante y con mucho angel. gracias por este post!
Me gusto mucho la conceptualización del Sr. Raúl Leis “de cómo la cultura era fuego y motor de cambio, alma de la nación y como tal no puede estar supeditada y amarrada para su vivencia”. También como todas las políticas culturales apuntan a políticas participativas, desde el momento cero y con la comunidad para lograr cultura de paz entre todos, y en conjunto dialogar y construir todos una mejor definición y plataforma cultural, nueva e inédita en el país. A participar!
Publicar un comentario