Este año, el 21 de marzo cae en Viernes Santo, por lo que el Instituto Nacional de Cultura de Panamá volvió a convocar y propuso esta vez adelantar la fecha para el día miércoles 12 de marzo para que no dejar pasar inadvertida la fecha.
Veladas y coloquios con estudiantes de escuelas y universidades de la localidad.
Recitales en cafés y bares de la ciudad.
Los 15 minutos de poesía en las escuelas.
Lectura de poesía en cárceles, hospitales, policía, iglesias, etc.
Lo que más ha llamado la atención de nosotros es la participación de las personas que no necesariamente tienen un vínculo estrecho con la creación poética; es decir, son personas común y corrientes que han acudido a la convocatoria para leer poesía. También hemos tenido la participación de importantes poetas del patio. A continuación, Mirada de Nucho dedica este núemero a la poesía publicando un ensayo de nuestra autoría que se publicó en el suplemente cultural Día D del Panamá América el 9 de marzo. También un artículo del pintor panameño Rubén Contreras que nos hiciera llegar. Y algunas fotos de las lecturas callejeras y públicas.
¡Desventurado el que alberga desiertos!
Federico Nietzsche
“...la poesía es la forma fantástica de la realidad”.
Cesare Pavese, Dos Poéticas.
A la memoria de
Elsie Alvarado de Ricord
Si vemos el lado positivo de esta concepción: la historia como voluntad para rectificar los proyectos de vida, entonces Ricoeur tiene razón en otro pensamiento: las utopías no han muerto. Su potencial sigue vivo, latente, como el débil latido del corazón de un recién nacido. Y es en la historia de la cultura de los pueblos donde están sumergidos esos proyectos. ¿Cuáles han sido estas utopías en el marco de la nacionalidad panameña?, ¿cómo han sido expresados en nuestra literatura?, ¿a partir de qué momento se plantea la panameñidad como un proyecto en nuestra literatura?, ¿qué puntos de referencias encierra nuestra literatura nacional? Son interrogantes que sin duda esperan respuestas y que deben ser reflexionadas en estos tiempos en que un oscuro nihilismo parece reinar en la sociedad y donde los más jóvenes parecen los más vulnerables.
Carlos Fong y la poetisa Lil María Herrera con obreros de la construcción en el Convento de Santo Domingo, mejor conocido como el Arco Chato.
Debemos agregar otro pensamiento que parece oponerse a la idea de la historia de Nietzsch y Ricoeur, para aproximarnos a una teoría que queremos sustentar. Richard Rorty, considerado como uno de los pensadores contemporáneos más importantes del pragmatismo estadounidense, en un ensayo titulado Sin sueños no hay esperanza, arremete contra la arrogancia de todos los intelectuales que han seguido los pensamientos de Federico Nietzsche. Para Rorty, que defiende una política social-democrática, con base a una verdadera igualdad para todos, sostiene que sin esperanza no hay futuro, que es necesario tener ideales y sueños que motiven acciones políticas. Agrega que la única manera de superar una catástrofe de gran magnitud es conservando la esperanza. Como vemos, esta concepción no se opone a la de Paul Ricoeur: La efectividad de la memoria histórica como posibilidad de generar proyectos de vida; la esperanza, como voluntad para construir utopías. Es aquí donde la literatura de cada país juega un papel principal, donde se fusiona con las circunstancias históricas-sociales de la vida nacional y se transforma en valores humanos: La literatura panameña no solo como expresión de creación, sino como posibilidad de generar proyectos de vida, utopías realizables; sobre todo entre las nuevas generaciones.
Para fortalecer mis ideas voy a necesitar la ayuda de Julián Marías, de quien tomo prestado una líneas de su ensayo El punto de partida: “Algunos autores recientes, ya muertos, han donado sus bibliotecas, sus obras de arte, a academias u otras instituciones; han sido hombres esforzados, de vida dura y dificultosa, de escasos recursos. Es asombroso lo que tenían visto y leído, de los que habían nutrido unas vidas y unas obras que apenas se pueden creer... Imagínese lo que sería que todo eso fuese poseído, utilizado, prolongado, por las generaciones que van a dominar el siglo XXI. Que todo eso fuese el punto de partida a que se agregaría su obra de esplendor, que permitiría ver con esperanza el porvenir”.
Estas palabras, aunque no sean las de un panameño, se pueden aplicar a nuestra realidad, al mismo tiempo, son compatibles con otras que sí son de un panameño: “¿Qué se hacen los libros panameños? ¿Por qué ocultos recodos se hurtan a nuestra avidez? ¿Cuál extraño destino les envuelve, que les priva de longevidad y les borra del catálogo de las cosas asequibles? Porque es evidente que una como fatalidad se cierne con ímpetu exterminador sobre los libros escritos por los hijos de esta tierra”. Con esta interrogante y su fatal respuesta, inició Rodrigo Miró uno de sus memorables artículos periodísticos donde comentaba los dos tomos de poesía de la “Colección Aguirre” publicados respectivamente en 1889 y 1890, que constituyen la primera antología de poesía castellana publicada en Panamá y que celosamente custodia don Alberto Calvo.
Para Miró y Marías lo que realmente importa es esa herencia literaria que en manos de los jóvenes puede ser utilizada como conocimiento. Pero no un simple conocimiento abstracto, sino un conocimiento que permita percibir la posibilidad de crear proyectos de vida. Pondré como ejemplo a la poesía. Porque para nosotros la poesía no es solo imagen, sino posibilidad. Veamos algunos registros.
La poesía como imagen y posibilidad. La hipótesis de la imagen es la posibilidad, dice José Lezama Lima. Su fuerza operante es la posibilidad. Y nos recuerda el maravilloso capítulo de la Odisea, donde Ulises desciende a los abismos para contemplar a su madre muerta. Pero la sombra del ser querido lo esquiva y le dice: hijo, no permanezcan más en este sombrío valle, asciende pronto hacia la luz. El ascender hacia la luz es el acierto de la posibilidad. Posibilidad de recrear la realidad que fundamenta la identidad. El hecho mítico entonces es posibilidad de creación. En los espíritus jóvenes es fuente de creación e imaginación.
La poesía es una forma de violencia. El poeta irlandés, Seamus Heaney, citando a Wallace Stevens, afirma que “la nobleza de la poesía consiste en ser una forma de violencia procedente de nuestro interior que nos protege de la violencia procedente del exterior; se trata de la imaginación que lucha contra la presión de la realidad”. Se violenta lo real que no puede pasar. Se busca lo que se escapa, lo que está escondido. “Ya todo está, sólo nos falta verlo”, ha escrito Jorge Luis Borges. Inventar y descubrir son sinónimos. La violencia de la creación, su agresividad nos hace resistir las manchas que afean la realidad. Hagamos una extensión de esta idea citando otro registro ahora del escritor Noé Jitrik:
La poesía es un conjunto de ausencias. Algo que le da sentido a la poesía es su permanente búsqueda. Cuando escribimos estamos buscando lo que no existe y si no, lo inventamos. Jitrik se refiere a la capacidad de la lengua (de la poesía) para hacer de la palabra el poder para vencer la inercia:“Ya no vendrás”, dice un tango de Angel Vargas; pero yo iré de todas formas a buscarte.“El coronel no tiene quien le escriba”; sin embargo voy a buscar la carta. Estos registros de Jitrik nos obligan a reflexionar sobre esta capacidad de la poesía para forzar la realidad y buscar en ella lo imposible. Se trata de buscar “lo que se va lo que se aleja”, sentenció Ricardo Miró. Otro poeta se une a esta idea, Octavio Paz. Escribió el poeta mexicano: “El testimonio poético nos revela otro mundo dentro de este mundo, el mundo otro que es este mundo”. Ese mundo necesita ser comprendido y nuestro cuarto registro nos dice cómo.
Si no se comprende, no se puede ver nada. Dentro de la tradición de la cultura Dule se piensa que para poder ir al otro y volver del otro será imposible si lo hacemos de manera intelectual: es un problema del corazón no de la razón. Comprender es algo distinto, dice el indígena Abadio Green. “Se podrá ir a muchos mundos, pero si no se tiene el corazón preparado, no veremos nada”. Esta concepción del mundo es primordial a la hora de tener un encuentro con la poesía. Octavio Paz nos ilumina nuevamente: “aquello que nos muestra el poema no lo vemos con nuestros ojos de carne sino con los ojos del espíritu”. Es la disposición permanente del poeta. Una disposición hacia el otro: si no comprendo al otro no puedo escribir de él.
Intentemos con una pregunta y una respuesta: ¿Qué cosas le hacen falta a la juventud panameña que puede encontrar en la literatura? Respuesta: operar en un mundo y una realidad rica en posibilidades; alejarse de la violencia externa y cambiarla por la violencia del espíritu creativo; forzar la realidad y sacar de ella proyectos creativos; y, finalmente, disposición de comprender al otro. Somos una cultura híbrida y el abrazo de los opuestos es necesario.
Pienso en dos palabras: posibilidad y esperanza, y de inmediato pienso en los ideales y sueños que impulsaron a los románticos, a los modernistas, a la generación republicana, a los vanguardistas y a la actual generación contemporánea. ¿Cuáles han sido los ideales que encendieron los motores de cada una de estas generaciones? Todos se han movido dentro de un marco de utopías realizables, de proyectos de vida, de acciones concretas para mejorar la calidad de vida espiritual del ser panameño de su época.
“Si me fuera posible vivir / esa vida no vivida / que son todos los sueños / que me falta”, grabó con la palabra Gustavo Batista Cedeño. Lo más fascinante de estos versos es la capacidad que tiene la poesía de expresar el respeto por la vida. El relato invisible del mito que intenta rescatar un valor particular puede estar escondido en un unos cuantos versos. Los valores que no se encuentran en el discurso oficial y que se requieren hoy más que nunca, pueden estar en un poema.
Funcionarios del INAC leen poesía a personas en el parque Santa Ana.
Día Internacional de la Poesía
dcontreras1958@yahoo.com.mx
Personas que relizaban una protesta contra la construcción de una hidroeléctrica en las cercanías de la Presidencia, también aprovecharon para leer poesía.
Éste es un género literario en el que se recurre a las cualidades estéticas del lenguaje, más que su contenido. Es una de las manifestaciones artísticas más antiguas. Es una forma de expresar emociones, sentimientos, ideas y construcciones de la imaginación que nos da vida para seguir en nosotros. La palabra pierde su representación estricta para adquirir otra más profunda rodeada de un aura luminosa de la imaginación que debe elevar al lector del plano habitual y envolverlo en una encantada situación. La poesía, además de su significación gramatical tiene un concepto mágico que rompe con la norma convencional, el acto de la poesía es un elemento que tenemos los seres humanos para encontrarnos a nosotros mismos en la armonía con el cosmos, a la vida y a los sentimientos.
Además de la poesía tradicional hay nuevas escuelas no convencionales de la poesía, entre ellas: poesía visual experimental, poesía sonora y la poesía del new Art, las cuales también tiene un grupo de intelectuales como seguidores que replantean la función de la poesía actual. En Panamá esta fecha no ha pasado sin importancia para los poetas; este año fue celebrado el 12 de marzo, se adelantó porque coincidía con la Semana Santa y así se le dió su importancia.
En nuestro país, por primera vez, se realizó el año pasado; el mismo resultó, gracias a la unión de todos los trabajadores de la cultura, que contribuyeron con su imaginación y creatividad, al éxito más allá de las expectativas. El Instituto Nacional de Cultura con su director, Anel Omar Rodríguez Barrera, este año ha organizado a través de distintas organizaciones y artistas de las letras: lecturas , presentaciones , ventas de libros , recitales , conversatorios en diferentes medios de comunicación, escuelas, bibliotecas, centros culturales para que no dejemos pasar inadvertida la fecha tan importante para los poetas. Este medio de comunicación desea felicitar a todos los poetas y las poetisas panameños y del mundo en el Día Internacional de la Poesía.
2 comentarios:
Aprovecharé la pausa primaveral-pascual para escribir mis experiencias en el MICI, Catedral y ELS.
Bravo Carlos, Felicito tu espíritu y compromiso por la literatura y la poesía en PANAMÁ
Carlos, mil gracias por todas las gestiones. Fue bueno poder llevar algo de poesía a nuestros jóvenes. Gracias también a David Robinson por toda su ayuda y gentileza.
Saludos,
L.
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