domingo, 7 de mayo de 2017

La seducción de las palabras


Taller para el desarrollo del pensamiento creativo
desde el poder de las palabras

Descripción
Un taller para estimular la creatividad y entender el lenguaje literario. Para descubrir el placer de la lectura y perder el miedo de escribir. Una aproximación  a la experiencia con la creatividad a partir de los poderes de la palabra.


Contenido
Qué es la creatividad
Las palabras y su subjetividad.
La escritura automática con la palabra.
Multiplicación de las posibilidades de la realidad.
La literatura y los sentidos.
La comparación como recurso creativo.
La imagen como proceso creativo.
Lenguaje poético y lenguaje prosaico.
Lo prodigioso en la poesía.
Percepción objetiva y subjetiva de la realidad.
Las metáforas muertas, las greguerías, el oxímoron, los kenningar.
De la imagen a la idea y de la idea al texto.
Cómo nace un cuento: desde el principio o el fin; encontrar el centro.
Pregunto y luego cuento: preguntas para empezar.

Objetivos generales
  • Estimular en los participantes la creatividad literaria.
  • Descubrir el placer de la escritura como expresión y comunicación para perder el miedo a la palabra.

Objetivos específicos
  • Acercar a los participantes a una experiencia de creatividad a partir de ejercicios lúdicos y creativos.
  • Afinar la visión de los participantes sobre la diferencia entre percepción subjetiva y percepción objetiva a través de sus propias emociones y sentimientos.

Metodología
  • Confrontación de textos literarios.
  • Disparadores y consignas creativas.
  • Lecturas dirigidas.
  • Diálogos interactivos.
  • Ejercicios de creatividad y expresión.
  • Ejercicios individuales y grupales.     

Recursos didácticos
  • Fragmentos de textos literarios de autores varios.
  • Tablero, grabadora,  pinturas y música.
  • Presentaciones.
  • Vídeos.

Materiales:
  • Una libreta y bolígrafo.
Participantes:

  • Personas con habilidades en la escritura y con deseos de adquirir recursos para escribir mejor de forma creativa.
Información: carlosfong1967@gmail.com
                                 6403-2517

Carlos Fong (Panamá, 1967).

Escritor, investigador, ensayista, animador sociocultural  y narrador oral panameño. Nació en la Ciudad de Panamá en 1967. Actualmente es el encargado del Plan Nacional de Lectura en el Instituto Nacional de Cultura de Panamá y fundador de la Red Panameña de Narradores de Historias. Tiene dos libros  de cuentos: Desde el otro lado (2003) y Fragmentos de un naufragio (2005),  una novela, Aviones dentro de la casa (2016) y  un libro de estudios literarios: Para narrar la identidad (2006). Junto con Daniel Domínguez publicó Presencia del Libro (2006). Ha sido incluido en importantes antologías sobre el cuento como: Antología del humor panameño de Angel Revilla, en Hasta el sol de mañana: 50 Cuentistas panameños nacidos a partir de 1949; en Sueño Compartido (Compilación histórica  de cuentistas panameños: 1892-2004); y en Tiempo al tiempo (Nuevos Cuentistas de Panamá: 1990-2012), exhaustivas compilaciones históricas hechas por  Enrique Jaramillo Levi. Sergio Ramírez lo escogió como uno de los autores panameños representativos para el libro Puertos abiertos, antología de cuento centroamericano publicado bajo el prestigioso sello editorial del FCE.  Premio “Sagitario Ediciones” de Novela Corta.  Desde el 2010 se ha dedicado a la investigación de la lectura desde la animación sociocultural como práctica sociocultural en el trabajo con jóvenes de sectores marginados y vulnerables, cárceles y localidades indígenas y campesinas. Como animador sociocultural se especializa en construir ciudadanía desde la lectura con herramientas de animación para trabajar con identidades juveniles, adultos y docentes en educación para el pensamiento crítico, comunicación oral, cohesión social, normas de convivencia, trabajo en equipo y liderazgo  creativo.

domingo, 30 de abril de 2017

Acercamientos a la poesía panameña.

Universidad Tecnológica de Panamá 
IV Congreso Nacional de Literatura Panameña.

Acercamientos a la poesía panameña:
Voces para un nuevo milenio.
Lunes 8 a miércoles 10 de mayo de 2017.
Vestíbulo del Teatro; Edificio de Postgrado.
Campus "Víctor Levi Sasso".

PROGRAMA

Lunes, 8 de mayo
Mañana
10:00-12:00   Acto inaugural.
Palabras del Dr. Óscar Ramírez, rector de la UTP.
Palabras de Enrique Jaramillo Levi, coordinador del evento.
Conferencia magistral: La poesía, ese misterio luminoso por Salvador Medina Barahona. 
Intermedio musical: Alessandra Monterrey Santiago le canta a la poesía.
Recital poético colectivo.
Moderador: Moisés Pascual.
Magdalena Camargo Lemieszek, Porfirio Salazar, Moisés Pascual y Javier Alvarado.
UTP Brass.
Giovanna Benedetti

12:15 Refrigerio.

Tarde
2:00 – 3:30 Mesa redonda.

Moderador: Enrique Jaramillo Levi.
Danae Brugiati Boussounis, La diáfana y escueta poesía de Augusto Fábrega; Carlos Fong, Reflexiones sobre Música para las fieras de Giovanna Benedetti;  Mariafeli Domínguez, Seis poetas panameñas de la última generación (Sofía Santim, Mar Alzamora, Corina Rueda, Julia Aguilera, Zakira Pineda y Rita Arosemena); Javier Alvarado, Sinfonía jubilosa en doce sonetos: Acechanzas a los sonetos de Stella Sierra.

3:30-3:45 Receso.

3:45-5:15 Recital poético colectivo.
Moderador: Héctor M. Collado.
Álvaro Menéndez Franco,  Sydia Candanedo de Zúñiga,  Héctor M. Collado y  Albalyra Franco de Linares.

Elsie Alvarado de Ricord
Martes, 9 de mayo
Mañana
10:00 – 11:30 Mesa redonda.
Moderador: Rodolfo de Gracia.
Irina Nemtchénok de Ardila, Algunos aspectos de la poesía de Tristán Solarte; Rafael Ruiloba, Magdalena Camargo Lemieszek o la siempre niña; Rodolfo de Gracia Reynaldo, Lirismo y amor acendrado en la obra poética de Elsie Alvarado de Ricord.

11:30-11:45 Receso.

11:45 –1.15  Recital poético colectivo.
Moderadora: Mariafeli Domínguez.
Ariel Romero Hernández, Sonia Ehlers, Gorka Lasa, A. Morales Cruz,  Mariafeli Domínguez,  Débora Yael Wizel y Arturo Wong Sagel.

Tarde
2:00 – 3:30 Mesa redonda.
Moderadora: Ela Urriola.
Melquiades Villarreal Castillo, Recorrido por la poesía de Salvador Medina Barahona;  Ela Urriola, Imagen y palabra: ecfrasis en la poesía panameña; Gonzalo Menéndez González, La poesía salvaje y tentadora de Magdalena Camargo Lemieszek.

3:30-3:45  Receso.

3:45 – 5:15 Recital poético colectivo.
Moderador: Salvador Medina Barahona.
Alex Mariscal, Mar Alzamora Rivera, Benjamín Ramón,  Samuel Robles Areas y Salvador Medina Barahona.

Miércole, 10 de mayo
Mañana
Manuel Orestes Nieto
9:30 -10:45 Mesa redonda.
Moderador: Joel Bracho Ghersi.
Joel Bracho Ghersi, Equívoco poético, equívoco amoroso: La nieve sobre la arena, de Ela Urriola;  Yolanda Hackshaw, La juventud palpita en la obra poética de Elsie Alvarado de Ricord; Enrique Jaramillo Levi, Constantes y variantes en la poesía de Manuel Orestes Nieto.

10:45 – 11:00 Receso.
11:00- 1:00 Recital poético colectivo.
Moderador: Jhavier Romero.
Martín Testa Garibaldo, Indira Moreno, Rafael Ruiloba, Sofía Santim, Jhavier Romero y  Alessandra Monterrey Santiago.

Tarde

2:00 – 3:00   Mesa redonda.
Moderadora: Margarita Vásquez.
David C. Róbinson O., Jarl Ricardo Babot o el poeta que dialoga desde la Calle Gorki; Margarita Vásquez, Laberintos de espacios cambiantes en diez poemarios premiados en el Concurso Ricardo Miró (2000-2010);  Fredy Villarreal Vergara, La cosmovisión poética en la obra de Porfirio Salazar.
Arysteides Turpana

3:00-3:15 Receso.
3:15- 4:45  Recital poético colectivo.
Moderador:  David C. Róbinson O.
Ela Urriola, David C. Róbinson O., Arysteides Turpana, Genaro Villalaz García, Victoria Mendoza y Enrique Jaramillo Levi.

4:45 Acto de clausura.
Presentación del Conjunto de Proyecciones Folclóricas de la UTP.


Refrigerio.

sábado, 22 de abril de 2017

Presencia del libro*

Por Carlos Fong


A la memoria de 
Amador Fraguela


“Y miré, y he aquí una mano extendida 
hacia mí, y en ella había un rollo de libro”. 
Ezequiel 2.9 


I UNA HISTORIA DE AMIGOS Y ENEMIGOS

La historia del libro es una historia de fuerzas contradictorias. De mitos y realidades que se bifurcan y friccionan a través del tiempo. Es la historia de amigos y enemigos. Desde sus primeros antecedentes, que fueron evolucionando de la piedra a los papiros y pergaminos, de los códices a la imprenta, el libro ha estado involucrado en el ritmo de los acontecimientos humanos. Es, sobre todo, una historia de lucha por la libertad, porque no siempre tuvo la palabra escrita una libre circulación como la tiene hoy.

El libro tuvo sus oponentes, que lo consideraban, en su momento, como un adversario de la palabra oral. Según nos refiere Jorge Luis Borges, Platón los veía como estatuas: parecían seres vivos, pero no se podía discutir con ellos; por eso inventó el diálogo platónico. Sócrates consideraba la escritura como “un monólogo desconsiderado”. Pitágoras no dejó una línea escrita. Es probable que “no quería atarse a un texto” y que pretendiera que “su pensamiento siguiera viviendo y ramificándose”, nos revela Borges.
Un monje copiando un libro.

Tenemos a Shin Huang Ti, el emperador que edificó la Gran Muralla China y que hizo quemar todos los libros anteriores a él con el propósito de que la historia empezara a partir de su reino. En la Edad Media, los monjes censuraron la lectura y el conocimiento y los limitaron a los monasterios. Los gobiernos tiranos han tratado siempre de frenar la libertad destruyendo y censurando los libros: en 1610 se constituyó el Tribunal de Cartagena de Indias que se encargó de controlar todo lo que se leía en el Nuevo Mundo. En 1536, el humanista William Tyndale fue estrangulado y luego quemado por haber traducido la Biblia en inglés a sus compatriotas de Inglaterra. Y Sir William Berkeley, gobernador de la colonia británica de Virginia en 1671, agradecía a Dios por no tener escuelas gratis ni imprentas, por considerarlas una forma de herejías que propagaban la desobediencia. 

Pero los libros tienen más amigos que enemigos. Belisario Betancur (a quien agradecemos algunos datos que se encuentran en este texto), que participó en la reunión de Ministros de Cultura de España e Iberoamérica en junio del año 1997, que buscaba un esfuerzo común para la libre circulación del libro, citó, en su intervención, el libro: Una historia de lectura, de Alberto Maguel. En el libro de Maguel se pueden encontrar algunos de estos amigos de la palabra impresa. Veamos algunos. 

El amigo más antiguo del libro es Dios. El Señor conoce el poder de la palabra y por eso utiliza a los profetas para que escriban sus principios: en el año 593 A.C, el profeta Ezequiel tiene una visión en la cual se le ordena abrir la boca para comerse un rollo de libro y así adquirir su conocimiento. En el año 100 de la era cristiana, el Gran Visir de Persia, Abdul Kassem, para no separarse de sus libros, los hacía llevar por una caravana de 300 camellos entrenados para moverse en orden alfabético. En 1990, el mundo del libro se conmovió cuando las autoridades encontraron en la casa de Stephen Blumberg, en Ottawa, Iowa, 11,000 mil libros raros robados de 327 bibliotecas de distintas regiones de los Estados Unidos. No los había robado para comerciarlos, sino para estar solo con ellos. Francesco Petrarca, el inaugurador del Renacimiento en Italia y creador del soneto, fue un gran admirador de los textos griegos y romanos. Cuenta la historia que su padre quería que fuera abogado, por lo que quiso quemar los libros del niño. Fue necesario rescatarlos del fuego, pues el Petrarca niño empezó a dar gritos. 

II EL LIBRO Y LA MÁQUINA

En 1440, un orfebre de Magucia llamado Gensfleisch (pero que todos llaman Juan Gutenberg), ideó los caracteres movibles e inventó una máquina que luego fue llevada hacia el Sur de Europa, donde la letra impresa revolucionó culturalmente el mundo medieval que parió dos grandes movimientos espirituales y culturales: el Renacimiento y el Humanismo. Hasta entonces el comercio de libros era muy difícil por el costo del pergamino y por el trabajo lento de los copistas. Con la introducción del papel por los árabes, quienes aprendieron a elaborarlo gracias a los chinos, y la invención de Gutenberg, apareció, en 1455, el primer libro producido en una imprenta: una Biblia. 

Un modelo de la
 Imprenta de Gutenbert.
Ya desde 1453, cuando cae Constantinopla, los sabios griegos, que abandonaron la península Balcánica para irse a vivir a Florencia y Venecia, que eran parte integral, junto con Milán y Génova, de la ruta comercial entre Europa y Asia, tenían conciencia de lo que querían: restaurar el espíritu de Atenas. Para 1469 la imprenta había llegado a Venecia. La imprenta y el libro fueron fundamentales para esa empresa. Así como más tarde también influyeron en los proyectos de las revoluciones de independencia en América. 

En 1539 Juan Pablo levanta la primera imprenta en el Nuevo Mundo, cuyo destino sería la ciudad de México. En el Istmo Centroamericano, la tardía introducción de la máquina en 1660 provocó la publicación de libros que, de una u otra forma, trajeron avances culturales que contribuyeron al desarrollo de la vida intelectual desde la época de la colonia y, sobre todo, a concebir la libertad de nuestros países. El primer libro publicado en Centroamérica fue la Explicatio apologetica (1663), de Fray Payo Enríquez de Rivera, Obispo de Guatemala, precisamente quien mandó traer desde Puebla a José de Pineda Ibarra, con su taller que instaló en la ciudad de Santiago. Suponemos que los primeros poetas de la época de la colonia en Centro América, como Juan de Mestanza y Baltasar de Orena, ambos naturales de España, pero que vivieron y escribieron en Guatemala en el siglo XVI, se beneficiaron con la imprenta; porque ambos fueron leídos por Cervantes, quien los menciona en el Canto de Calíope de La Galatea (1595) y en el Viaje al Parnaso (1614). ¿De qué otra forma supo Cervantes de la obra de estos poetas, que dicho sea de paso aprobó, si no a través de algún libro? 

En nuestro país la imprenta llegó todavía más tarde y nada menos que para marzo de 1821, justo en vísperas del final de la colonia española en el Istmo. Los primeros libros escritos por panameños, sin embargo, se publican en Bogotá, Buenos Aires, Chile... porque en Panamá resultaba más caro. Es por eso por lo que las primeras publicaciones son periódicos como La Miscelánea del Istmo de Panamá. Un ejemplo de cómo contribuyó la imprenta a forjar la libertad está en las mismas páginas de La Miscelánea, cuando utiliza como epígrafe un fragmento del artículo 371 de la Constitución: “Todos los españoles tienen libertad de escribir, imprimir y publicar sus ideas sin necesidad de licencia”. Justo Arosemena, Gil Colunje y Gaspar Octavio Hernández no dudarán de hacer uso de este importante recurso tecnológico para expresar sus pensamientos. 


III VERBA VOLANT, SCRIPTA MANENT.

(La locución latina que encabeza este párrafo se debe traducir así: Las palabras vuelan, pero lo escrito permanece). Toda esta historia no podría ser posible sin tres grandes amigos del libro que muchas veces pasan inadvertidos en la historia: El concepto de biblioteca y librería no nació de un escritor, sino de otros personajes: el editor, el librero y el traductor. Ellos, a lo largo de la historia, han vivido de los beneficios y ventajas del libro. Algunas veces los vemos como oportunistas o utilitaristas; pero yo creo que sin ellos no se hubiese podido concebir la idea de editar, catalogar, proteger y traducir los libros para que estuviesen a la mano de todos hoy. 

Con la ayuda de Karl Popper, el racionalista austriaco, podré sustentar una serie de ideas que sugieren que el concepto de libre circulación del libro no sólo es una empresa antigua, sino también necesaria para la democracia y que fue impulsada, tal vez inconscientemente, con la ayuda de los editores, los libreros y los traductores. Popper nos dice, por referencia de Platón y Eupolis, que fue Pisístrato quien se encargó de las obras de Homero, que antes, parece, existían en forma de tradición oral. Además de copiarlas, Pisístrato se encargó de que se distribuyeran: así apareció el concepto de libro comercial. Los libros eran dictados a un grupo de esclavos ilustrados, quienes los escribían sobre papiros que luego se juntaban en forma de rollos. 

Es con los textos homéricos que se impulsa el concepto de democracia en Atenas. Antes que las obras de Homero tuviesen forma escrita, ya había libros (aunque su forma física no era como la que conocemos ahora), pero éstos no se distribuían libremente en un mercado. Los libros eran una rareza y no se distribuían comercialmente, sino que se guardaban en un lugar sagrado bajo custodia de sacerdotes. Esto prueba otra cosa: la posibilidad de que muchos se sabían de memoria a Homero y otros lo habían leído. 

Algo más sobre Homero nos dice Popper. La obra de Homero no sólo se convirtió en la “biblion” de Atenas, sino también en el primer abecedario, el primer silabario, el primer poemario (La Ilíada y La Odisea son poemas, no novelas); y fue la primera obra publicada en Europa. Este acontecimiento no sólo convirtió a los atenienses en ilustrados, sino que despertó el amor por las letras en todo el Continente y estableció el valor y el sentido de la libertad: el concepto de democracia se fortaleció con la literatura. 

Durante la tercera centuria antes de Cristo, Ptolomeo I hizo construir la más celebre y admirable biblioteca que se haya conocido en los tiempos: la Biblioteca de Alejandría, en memoria a Alejandro Magno, quien fundó, en su paso por el Valle del Nilo, la ciudad de Alejandría. El poeta Calímaco confeccionó el primer catálogo de libros y es probable que haya sido el primer librero de la historia. Aristarco fue el director de la biblioteca de Alejandría y fue también el primer editor de los autores clásicos, y, junto a Aristófanes, quien inventó la puntuación, fueron los dos más notables editores de la época de Ptolomeo II. De no haber sido por ellos, quizá no conociéramos hoy el legado griego. La labor hecha por Pisístrato con la obra de Homero es un punto de referencia para el proyecto de la cultura de la libertad. 

Hago eco otra vez de la conferencia de Belisario Betancur, quien, con la asistencia del bibliófilo Michael Olmert y su libro Book of Books, nos dice que, hacia el año 1150, los escribanos, calígrafos y encuadernadores, que vienen a ser como los editores de hoy día, recorrían las calles ofreciendo sus servicios hasta que lograron quitarles este privilegio a los monjes, quienes, como ya se sabe, frenaban el conocimiento y lo limitaban a los monasterios. Esta actitud de los monasterios no era para nada democrática. El bagaje cultural que manejaban los ciudadanos determinaba su grado de libertad. Lo que hicieron los escribanos, a muchos de los cuales esto les costó la vida, fue democratizar la cultura. 

Algo similar (tengo la ligera sospecha), ha sucedido con un buen par de libros en la historia universal que fueron dados a conocer por amigos del libro -como los editores, libreros y traductores-, que sin saberlo (ni siquiera sospecharlo), darían a conocer obras que no sólo inspirarían a grandes personajes en sus ideales de libertad, como es el caso de Abraham Lincon, quien, cuando leyó La cabaña del tío Tom (1851) de Harriet Beecher Stowe, destinó todos sus esfuerzos para abolir la esclavitud en los Estados Unidos. Citaré algunos ejemplos más. 

El librero Francisco de Robles imprimió, en el taller de Juan de la Cuesta en Madrid, el libro más famoso después de La Biblia: el Quijote. Para entonces, Cervantes era conocido, pero no tenía tantos amigos como su rival, el gran Fénix de los Ingenios, Lope Félix de Vega Carpio, mejor archiconocido como Lope de Vega, quien era sumamente rico y tenía más facilidades que El Manco de Lepanto. Robles, que aceptó el manuscrito de mala gana, imprimió una edición pobre y descuidada, según nos informa José de Armas y Cárdenas; sin embargo, no sospechaba el editor que iba a pasar a la fama por este acontecimiento editorial: publicar la primera novela moderna. 

El Quijote de
Miguel de Cervantes Saavedra
Las investigaciones de nuestro memorable Rodrigo Miró, amparadas por Irving A. Leonard, nos dicen que, para 1606, llegaron a Portobelo, con la flota de galeones que mandaba el general Francisco del Corral y Toledo, los primeros ejemplares del Quijote que leerían con entusiasmo los incipientes lectores americanos en tiempos de la colonia. Panamá fue un importante canal de tránsito que sirvió para llevar la cultura literaria a toda América. El Quijote, que para muchos es una gran novela que se burla de los libros de caballería, fue el libro preferido de hombres que emanciparon a nuestra América, como es el caso de Simón Bolívar. Algo me dice que al Libertador lo mantuvo cabalgando (como “un hidalgo de los de lanza en astillero”), como una especie de alimento espiritual, por las cordilleras, montes y senderos de América, la lectura del Quijote. Es muy posible que Bolívar haya imitado algunas cualidades del Quijote. Ramón Zapata escribió un libro hermoso titulado Libros que leyó el Libertador Simón Bolívar, donde nos da algunas pistas para probar esta sospecha. Escribe el autor que el 6 de diciembre de 1830, pocos días antes de su muerte, en la Quinta de San Pedro Alejandrino, en una pequeña sala donde había un librero, el Libertador fue mirando algunos libros y conmovido dijo a Joaquín de Mier: “¡Cómo! ¡Si aquí tiene usted la historia de la humanidad!” Y va leyendo los títulos de los lomos de los libros: “Gil Blas, el hombre tal cual es; el Quijote, el hombre como debiera ser...” Poco después, nos ilustra Ramón Zapata, cuando Bolívar ya estaba al umbral de la muerte, le preguntó a su médico si sabía quiénes habían sido los tres más insignes majaderos del mundo; y se respondió él mismo: “¡Los tres grandísimos majaderos hemos sido Jesucristo, Don Quijote y...yo!”. 

Entre 1586 y 1601 entraron por los puertos del Istmo, con destino a Sudamérica, un estimado considerable de obras y autores que hoy son clásicos, como el Lazarillo de Tormes, Lope de Vega, Fray Luis, Ercilla, Esopo, Terencio, Virgilio, los Luises, Nebrija, Camoens, Garcilaso de la Vega, Santa Teresa, Guzmán de Alfarache; varios romances y muchas novelas de caballería, libros místicos y profanos, y mucha poesía del género épico. ¿Acaso este hecho no influyó en la mente de los próceres que más tarde liberarían a nuestros países? ¿Cómo saber cuántos libros más y cuántas personalidades, como Bolívar, ayudaron a edificar la libertad? 

La obra de la primera voz femenina de la poesía americana, La Musa Décima, la Fénix de América, doña Juana de Asbaje y Ramírez de Santillana, mejor conocida como Sor Juana Inés de la Cruz, fue dada a conocer en 1689 gracias al exvirrey Mancera con el título Inundación castálida de la única poetisa. Son conocidos los conflictos y contradicciones que tuvo la monja para escribir y publicar su obra. De no haber sido admirada por los que defendieron su obra y la protegieron, difícilmente hoy podríamos recitar: 

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:

si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?



En la época de Sor Juana era una osadía escribir así. Pero hoy contamos con uno de los manifiestos feministas más inteligentes que se han escrito hasta la fecha y uno de los discursos más sublimes sobre la condición humana. Todo esto gracias al interés de los editores. Es cierto, aunque no es necesario discutirlo aquí, que hoy día existe una propensión engañosa de la cultura de la globalización a ver el libro no sólo como una mercancía (de hecho, el libro siempre lo ha sido), sino como un producto efímero, de corta vida, de mero entretenimiento; lo que muchos editores y libreros apoyan. La fórmula, según Julián Marías, es: “Publíquese, venda y desaparezca”. Esto es una forma de decadencia, evitable desde luego, y que muchos editores afortunadamente comprenden, porque los libros tienen otra función que va más allá de la mera información y el entretenimiento. 

Había mencionado que mucha de la literatura que entró al Istmo fue del género épico o crónica rimada. Este género se consideraba como el más elevado y la forma literaria norma de todos los géneros. Debemos a muchos traductores la lectura en español de lo mejor de la épica de la antigüedad clásica y del modelo italiano, los cuales influenciaron, como ya se sabe, en los poetas épicos americanos. La Ilíada y La Odisea no se leyeron mucho traducidas al español, a decir de Pedro Piñero Ramírez. Sin embargo, en 1519 se difundió la obra de Homero con una traducción al romance de Juan de Mena. La Eneida, de Virgilio, se empezó a leer en español en el siglo XVI gracias al traductor Gregorio Hernández de Velasco. La farsalia, de Anneo Lucano, fue traducida hacia 1530 por Martín Lasso de Oropesa. En 1549 apareció en Amberes, traducido en romance castellano por Jerónimo Ximénez de Urrea, el poema Orlando furioso, de Ludovico Ariosto. En España se leyó en castellano, en 1587, la obra de Torcuato Tasso Jerusalén libertada, gracias a la traducción de Juan Sedeño. Todas esta obras fueron influencia capital en la obra de la épica americana como lo fue La araucana, de Alonso de Ercilla; el Arauco domado, de Pedro de Oña; La cristiada, de Diego de Hojeda; La Argentina, de Martín del Barco; las Elegías de varones ilustres de Indias, de Juan de Castellanos y la Grandeza mexicana, de Bernaldo de Balbuena; incluyendo a nuestros poemas Armas antárticas, de Juan Miramontes y más recientemente: Alteraciones del Dariel, de Juan Francisco Páramo y Cepeda. Obra de carácter épico que fue descubierta por el historiador panameño Carlos Manuel Gasteazoro (1922-1989) en la Biblioteca de Madrid y que la dio a conocer en su Introducción al estudio de la historia de Panamá, Tomo I: Fuentes de la época hispánica, publicada en 1956, cuya transcripción se publicó en 1995 y que le debemos al investigador colombiano Héctor Orjuela. 


IV PENSAR PARA ESCRIBIR, LEER PARA PENSAR

El poder de las palabras y de los libros ha estado eternamente involucrado en la vida del hombre. Desde Los diez mandamientos, escritos sobre una piedra, a los poemas de Homero y los manuscritos de El Libro de los muertos de los egipcios, a la Biblia políglota Complutense y la escritura Tipitaka budista; desde Copérnico, Galileo, Da Vinci y el Renacimiento, a la Reforma y el descubrimiento de América (el proyecto de Colón fue posible gracias a las lecturas que el Almirante hizo de Imago mundi, del cardenal Pedro de Ailly, de la Historia universal de Eneas Silvio Piccolomini, y de la relación de los viajes del veneciano Marco Polo conocida como Milboro) hasta nuestros días, los libros siempre fueron y serán decisivos en la toma de decisiones que influyen en el desarrollo de las civilizaciones. 

Este último ejemplo, el de las lecturas de Colón, es categórico para demostrar que la lectura ejerce una función estimulante en el pensamiento. Nos dice Enrique Bayerri y Bertomeu, en su obra Colón tal como fue, que Cristóbal Colón, según los documentos genoveses, fue un artesano cargador de lana o de seda y un traficante de vinos a quien no se le han podido probar sus estudios en la universidad de Pavía. Sin embargo, nadie puede dudar de que fue un gran lector, no sólo de los libros citados, sino también de la Biblia, de la obra de los Santos Padres, de los autores griegos y árabes. En sus Cartas Relatorias a los Reyes Católicos se pueden leer citas referentes a Aristóteles, Ptolomeo, Estrabón y Josefo; a los árabes Averroes y Alfagrán; a autores latinos como Julio César, Séneca, Plinio y Julio Capitolini; a San Isidro de Sevilla y San Beda el Venerable, y a Duns Scoto, entre otros. Además leyó la obra del calabrés Abad Joaquín, del matemático Sacrobasco, del franciscano Nicolás de Lira, de Alfonso el Sabio, de Gersón y Regiomontano. De otra forma no se podría explicar su erudición en el campo de las matemáticas, la geografía, la astronomía y la náutica; y quizá no hubiesen sido los españoles los que dieran con el continente americano. 

El 24 de agosto de 1456 se produjo la primera Biblia
 en una imprenta. La Biblia de 42 versos de Gutenberg 
es el primer trabajo a gran escala impreso
 en Europa usando el tipo móvil.
En el campo de la educación y la ideología el libro ha sido fundamental para el pensamiento. Las nuevas ideas que fraguarían las bases para las futuras revoluciones entrarán al Nuevo Mundo a través del libro en tiempos de la colonia. Los poderes de entonces, que eran los Consejos de Castilla y de Indias y el Tribunal de la Santa Inquisición sabían de los peligros que el libro podía influir en las ideas de las gentes, por eso se encargaban de controlar el tráfico de libros que entraba al nuevo continente. Entre las misiones de estas instituciones estaba la de censurar la lectura de libros prohibidos que pudieran influir en la educación y en el adoctrinamiento de los habitantes de las colonias. Muchos de estos libros entraron a través del contrabando que era muy común en la época. 

En el VI Congreso Centroamericano de Historia, realizado en Panamá a finales de julio del año 2002, el historiador Alfredo Castillero Calvo, en su conferencia magistral titulada Evidencias documentales de la cultura material en el Panamá hispano: metodología y hallazgos, nos ilustraba del tipo de mercancías que entraban a la región. No hay duda que entre esos utensilios debió haber libros prohibidos camuflados que luego eran dejados pasar por los oficiales de aduanas a cambio de alguna compensación, tal como nos informa Carmen María Panera Rico, investigadora de la universidad de Sevilla. En sus investigaciones que incluyen el estudio de los testamentos de mujeres de diferentes posiciones sociales, Panera Rico, ha logrado determinar, no sólo el tipo de pensamiento e ideología que dominaba la época, sino la disposición que tenían las mujeres de guardar libros que eran prohibidos y que ellas leían a escondidas. Recordemos que la educación para las mujeres era muy limitada y controlada en esos tiempos. La literatura que predominaba era de tema religioso, pero también son notables los libros de historia y la presencia de los clásicos: Julio César, Ovidio, Marcial, Cicerón, entre otros. Panera Rico sospecha que antes de hacer los inventarios de las bibliotecas personales de esas mujeres para el testamento, ya alguien había discretamente retirado los libros prohibidos, pues es un rasgo común en todos los testamentos. Esto demuestra el camino que encontró la libertad, a través de la cultura de la lectura, y en especial con la ayuda de la mujer, por encima de los convencionalismos y el poder. 

Recuerdo con felicidad un ensayo de Mario Vargas Llosa llamado La cultura de la libertad, donde nos revela el oscuro vaticinio de Sir Edmund Leach, para quien la cultura del alfabeto estaba destinada a desaparecer para ser sustituida por las máquinas. Ya Marschall McLuhan, quien acuñó el término de “aldea global”, había pronosticado la desaparición del libro para 1980. Para fortuna de todos nosotros, como escribió Vargas Llosa, el que desapareció fue él y los libros siguen con nosotros. 

Ambos vaticinios fracasaron. Esto debe servirnos para reflexionar en algo: ¿por qué no desapareció el libro como lo habían pronosticado dos grandes eminencias de la ciencia? Debió haber pasado. Si comparamos el libro con algún otro artefacto de la tecnología que brinde información, el libro parece algo obsoleto. Yo creo que el ciberespacio, el internet, las autopistas de información multimedia, la realidad virtual, el software más sofisticado, no han podido lograr algo que el libro posee desde siempre: su capacidad de generar en el pensamiento una experiencia real con la vida. Esto no lo puede hacer ningún software. Voy a dar un ejemplo, mitad infantil, mitad científico. 

Todos recordamos aquellos versos cantados en la escuela que dicen: 

De todos mis amigos
el libro es el mejor
porque me enseña cosas
que no sabía yo.


Aunque de pronto algunos quizás ahora canten: “De todos mis amigos, la computadora es la mejor...”, porque tiene la capacidad de enseñar a una velocidad impresionante. Yo creo que esta situación realmente no es así, que el verdadero amigo sigue siendo el libro. 

Los registros de estadísticas están demostrando que mucha gente que vive esclava del internet, por ejemplo, está subordinada a niveles de soledad terrible, tiene poca experiencia en las cosas de la vida, es incapaz de sobrellevar dificultades y, por lo regular, evade las responsabilidades cuando tropieza con verdaderos problemas. En cuanto a los atributos de la pasión humana, “la gente puede hacer muchas amistades en el ciberespacio, pero no están basadas en la interacción personal ni en la vida real”, dice Cheng Shyr-yan, psicólogo y escritor de Taipei, en un estudio realizado sobre la cultura de los jóvenes en ese país. Cuando las personas chatean, hay una comunicación impersonal: puede ser divertido, pero la gente se esconde detrás de apodos, y este anonimato representa uno de los grandes problemas del internet. Resulta preocupante hacia dónde nos está llevando este software cultural. Hacia 1995 Vicente Verdu escribía en las páginas de El País: 


“El ciberespacio permite la comunicación con alejados, pero no tanto para acercarlos sino para utilizarlos, y la complejidad del ser humano se disgrega en un contacto que rehúye el compromiso cara a cara. Un 30% de los norteamericanos viven solos y su número no deja de crecer. Un 80% de los que usan el internet van buscando contactos humanos de los que carecen en una vida donde la relación es breve y simplificada. (...) Los americanos rechazan la profundidad de un pensamiento, la complejidad de la historia, el intelectualismo. El pensamiento americano es simple, pragmático, eficaz, busca resultados visibles: la clase de comunicaciones que la red ofrece de manera sintética y veloz”. 


La vida es cada vez más compleja, al igual que la realidad y, por tanto, los problemas de la vida se hacen también más complejos. ¿Existe algún programa de computadora que pueda ayudarnos en la experiencia de la vida en general? El libro, al contrario de los programas, exige un esfuerzo del pensamiento que está profundamente relacionado con la experiencia de la vida, porque el escritor no está proyectando un juego, ni un programa, sino su propia experiencia con la vida (remito al lector a mi ensayo Para qué leer ficciones, publicado en la revista Lotería N°. 422 - Enero-Febrero-1999). 

Una tienda de libros.
Para Julián Marías, hay muchos otros atributos exclusivos del libro, como su capacidad para salvar la continuidad histórica, que están ligados a la facultad de pensar. La función de obligar a pensar en la criatura humana lo ayuda a “fijarse en las cosas, avanzar, parar y volver, en perspectivas nuevas, no aisladas sino que se suman, anticipan, recuerdan, entrelazan”. Además, es un pensamiento más sensible, capaz de entender la “imagen de la vida humana” que permanece íntegra en una novela, en un poema, en un cuento, y no fragmentada, reducida, sintetizada como suele aparecer en un CD–R. Lo que ocurre en la realidad o en palabras más concretas, la comprensión del mundo, será mejor entendido en el proceso de escribir, que es un proceso donde la inteligencia va más allá del pensamiento abstracto, más allá de la habilidad para reaccionar frente a situaciones nuevas y desconocidas; donde la lógica, la memoria, la elección de palabras, se suman a la intuición y los sentimientos como atributos exclusivos del pensamiento en el ser humano. 

Un libro es un objeto. Una cosa. Incapaz de pensar por sí solo. Pero aun así, la lectura ejerce fuertes influencias sobre el pensamiento, quizá porque el acto de escribir requiere del mismo proceso de pensar. Hacia 1947 el matemático Alan Turing había ideado la teoría de un computador digital capaz de pensar. La idea de la inteligencia artificial sigue elaborándose en los más prestigiosos laboratorios por las mentes más prestigiosas del mundo de la ciencia. El físico David Deutsch confía en que los principios de la mecánica cuántica, a largo plazo, terminarán construyendo una herramienta capaz de realizar tareas fuera del alcance de las máquinas actuales: se trata de la computadora cuántica. Este artefacto, en teoría, con inteligencia artificial, será capaz de manipular átomos y fotones, y explorar la habilidad de las partículas de existir simultáneamente en más de un estado. 

Otro científico, de los laboratorios Lucent Technologies de Bell, el físico Christopher Fuchs, considera que la mecánica cuántica no puede decirnos tanto acerca del mundo y la realidad como nos dice de nuestra interacción con él. Aunque la teoría de los mundos paralelos de Deutsch me parece fascinante, sobre todo porque es ideal para escribir ficciones, yo me inclino por los argumentos de Fuchs, porque nuestra ignorancia acerca del mundo y, sobre todo, de la verdadera realidad, esto es de la circunstancia existencial de los seres humanos, la sensibilidad que se necesita para descubrirla, está sometida al mundo de las pasiones humanas, aunque sus elementos y partículas se bifurquen en el tiempo y en el espacio. Deutsch sostiene que el objetivo primordial de la ciencia es entender cómo es el mundo, lo cual es cierto y válido, pero entender las acciones del hombre que habita ese mundo es un problema que hasta ahora sólo ha sido descubierto por el arte. El filósofo Emilio Lledó en un hermoso ensayo titulado Necesidad de la literatura, nos ilumina en este sentido: 

La lectura, los libros, son el más asombroso principio de libertad y fraternidad. Un horizonte de alegría, de luz reflejada y escudriñadora, nos deja presentir la salvación, la ilustración, frente al trivial espacio de lo ya sabido, de las aberraciones mentales a las que acoplamos el inmenso andamiaje de noticias siempre las mismas, porque es siempre el mismo nuestro apelmazado cerebro. (...) Uno de los prodigios más asombrosos de la vida humana, de la vida de la cultura, lo constituye esa posibilidad de vivir otros mundos, de sentir otros sentimientos, de pensar otros pensares que los reiterados esquemas que nuestra mente se ha ido haciendo en la inmediata compañía de la triturada experiencia social y sus, tantas veces, pobres y desrazonados saberes”. 


V LA BIBLIOTECA PERSONAL MÚLTIPLE

La Biblioteca Palafoxiana en Puebla, México.
Quiero terminar estas reflexiones retomando la teoría de la mecánica cuántica. El citado físico David Deutsch piensa que no vivimos en un universo único, sino en un vasto multiverso. Según el físico, las leyes de la mecánica cuántica prueban que los constituyentes básicos de la realidad como -protones, electrones y otras partículas subatómicas- son capaces de comportarse de tal manera que pueden moverse de un lugar a otro sin pasar a través del espacio, es decir que una partícula no sólo ocupa una posición, sino que existe aquí, allá y en muchos otros lugares al mismo tiempo. Si estas reglas cuánticas rigen en la realidad, deben también hacerlo en la vida en general. Existen variaciones múltiples de los eventos y la existencia de cada uno de nosotros. 
Como dije antes, resulta fascinante esta teoría, pero al mismo tiempo debo admitir que es un tanto abominable. Jorge Luis Borges ya había imaginado esta realidad: “Desde el fondo remoto del corredor, el espejo nos acechaba”. Esta frase, de uno de los mejores cuentos de la literatura fantástica escrito por Borges, Tlön, Ugbar, Orbis Tertius, deja manifiesto el terror que tenía el escritor de la idea de multiplicar el número del hombre. Los espejos corrompen la realidad, degradan el arquetipo, distorsionan la identidad. Borges tenía razón: la imagen que vemos ante un espejo no corresponde a nosotros, de alguna manera hay algo distinto en el espejo. Ese algo distinto que no sabemos es un hecho horrible. Quizá la copia del arquetipo que degrada la existencia. 

En el momento en que Carlos Fong está escribiendo un ensayo sobre el libro que titulará Presencia del libro, otros están escribiendo el mismo ensayo en otros universos paralelos ¿pero cuál de nosotros es el verdadero?, ¿cómo sé si yo soy el autor y no la copia?. De la misma forma, debemos suponer, ya que la fórmula cuántica debe regir a todos los niveles de la realidad, cada vez que abrimos un libro, ese libro se está leyendo, al mismo tiempo, en otras realidades. La idea de una biblioteca universal cuyos libros estamos leyendo millones a la vez es una idea fantástica y terrible. Nombro una palabra y esa palabra se nombra en un multiverso, como un eco infinito que se divulga en muchos universos infinitos. 

Los que humildemente hemos logrado reunir un grupo de libros para llamarlos modestamente Biblioteca Personal, deberíamos estar fascinados de horror al pensar que ese volumen del Quijote o ese otro de Hamlet, pueden ser copias (¡no me refiero a copias del sello editorial!) , que se multiplican al mismo tiempo en otros universos. Un solo libro puede ser una biblioteca múltiple. Repito que esta idea me fascina, pero confieso que si la teoría cuántica llegase en el futuro a ser insoslayable, no estaría muy seguro de saber quién soy. 

Hoy día, con tantos libros disponibles en todas las esferas del conocimiento, pienso que no es importante el afán de poseer tantos libros, sino el saber gozar los que se alcancen a leer, máxime en un universo que puede tener copias. Sor Juana Inés de la Cruz tenía alrededor de cuatro mil volúmenes de libros; en tiempos de la Nueva España, eso era un montón de libros. Ella tenía una de las bibliotecas más completas de la época. Y, si las leyes cuánticas son reales, es posible que existan múltiples bibliotecas de Sor Juana ahora. 

Góngora y Quevedo, que eran de un genio impresionante, eran de escasa librería. Esto lo sabemos por sus propios textos, como el soneto que sigue de Góngora y que, a lo mejor, existe y se recita en otros mundos paralelos: 
Retirado en la paz destos desiertos 
con pocos, pero doctos libros juntos...

Con pocos libros libres (libres, digo,
de expurgaciones), paso y me paseo,
ya que el tiempo me pasa como un higo.

(...)

No es erudito, que es sepulturero
quien solo entierra cuerpos noche y día;
bien se puede llamar libropesía

sed insaciable de pulmón librero.


Los siguientes versos de Quevedo los puede asumir el lector como un ejemplo de admiración y respeto al libro, pero no es posible saber cuál Quevedo, según la física cuántica, lo escribió realmente y en qué momento del espacio-tiempo fue posible crearlo: 

Retirado en la paz destos desiertos 
con pocos, pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los difuntos
y escucho con mis ojos a los muertos.



Todas estas ideas pueden ser otra ficción que estoy escribiendo. Pero sin duda debemos meditar con más cautela, ahora que estamos viviendo la III Revolución Industrial, que es la de la informática y el ciberespacio, sobre la importancia de seguir escribiendo y leyendo libros, y no angustiarnos la vida pensando en la competencia de las máquinas (el mismo temor lo tuvieron Platón, Sócrates y Pitágoras), que, al fin y al cabo, necesitan de programas que son elaborados a través de símbolos y palabras (incluyendo la computadora cuántica). 

Fue a través del libro como heredamos una civilización que nos regaló un poema que narra el secuestro de una doncella que desencadenó la guerra de Troya; fue a través de unos símbolos escritos en piedra como conocimos los mandamientos del Señor; y la primera Constitución para proteger la libertad de los hombres; y fue por medio del libro como aprendimos a emanciparnos; lo que prueba que la libertad nunca estará asegurada y que los libros, con su poder de crear e inventar, de imaginar y recrear la realidad con palabras, serán nuestros mejores aliados para defender a la libertad de sus amenazas.


*Este trabajo fue publicado por primera vez en la Revista Cultural Lotería, #444 septiembre-octubre de 2002. En el 2003, con motivo del Año Nacional de Promoción de la Lectura, la Procuraduría de la Nación hizo una modesta edición. En el 2006 el Instituto Nacional de Cultura, como parte de las acciones del Plan Nacional de Lectura, hizo otra publicación junto con un ensayo de Daniel Domínguez titulado: Razones para leer

 

domingo, 18 de diciembre de 2016

El tema de la invasión en la literatura panameña

Con  motivo de la conmemoración de los 30 años de la Invasión del ejército de los Estados Unidos a Panamá queremos traer un texto que escribimos hace 11 años para leerlo en una mesa de ponencias en la Feria Internacional del Libro en Cuba en el 2009. Solo hemos añadido un par de nombres de autores y obras. La literatura panameña con tema de la Invasión ha crecido desde entonces.

Al final, publicamos una extensa bibliografía sobre los libros de la invasión que la investigadora Ileana Gólcher publicó en un largo artículo llamado Los libros de la Invasión en el 2010. Aquí solo publicamos la bibliografía de aquel importante trabajo que pueden conocer haciendo clip en el título. Solo faltaría actualizarlo.

Con esta bibliografía de la profesora Gólcher y nuestro pequeño trabajo queremos hacer un aporte al tema de cómo la cultura del libro ha construido lo que se puede llamar la literatura de la invasión. Hace falta aún seguir registrando e incluso hacer un estudio de cómo la cultura desde todos sus sectores ha abordado el tema de la Invasión. Hay propuestas desde las artes visuales, la danza, las artes escénicas, el arte callejero, el muralismo, las artes alternativas, el performance, la pintura, entre otras áreas de la cultura. Es un trabajo que hay que rescatar y sistematizar. Mientras tanto, aquí está nuestro grano de arena desde la literatura.

CF

El tema de la invasión en la literatura panameña

Carlos Fong

La bibliografía existente sobre el tema de la invasión a Panamá por parte del ejército norteamericano el 19 de diciembre de 1989, mal llamada operación "Causa Justa", es extensa y valiosa. Podemos hablar de una literatura de la invasión con un discurso de resistencia, contestatario,  concientizador y de protesta. Pero también hay un discurso con elementos identitarios de rescate de la memoria.

Desde la literatura de creación y reflexión hay obras de autores panameños como Manuel Orestes Nieto, Roberto Luzcando, Ramón Oviero (1938-2008), Gloria Young, Pablo Menacho, Arístides Martínez Ortega, Arysteides Turpana, Xavier Collado, Consuelo Tomás, Bertalicia Peralta, Moisés Pascual, Indira Moreno, Eyra Harbar, Leoncio Obando, Lucy Chau, Alex Mariscal, Jilma Noriega de Jurado,  Enrique Chuez, Moravia Ochoa, Bertalicia Peralta, Mario Augusto Rodríguez, Indira Moreno, Pedro Luis Prados, Porfirio Salazar, Héctor Collado, Jhavier Romero, Dayra Miranda, David Robinson, Mario García Hudson, José Carr, Juan Gómez, Raúl Leis, Dimas Lidio Pitty, Tristán Solarte, Martín Testa Garibaldo, Chuchú Martínez, Víctor Manuel Rodríguez, Pedro Rivera, Carlos Francisco Changmarín, Juan David Morgan, Itzel Velázquez (qepd), Víctor Manuel Rodríguez, Rey Barría, Félix Armando Quirós, Carlos Jiménez Varela, José Franco, Lucy Chau, Octavio Tapia, Javier Stanziola, Giovanna Benedetti, Claudio de Castro, Julio Yau, Carlos Fong, Carlos Wynter Melo por mencionar algunos. Todos han escrito cuentos, teatro, ensayos, poemas y novelas sobre la Invasión.

Si hablamos de libros compiladores de ficciones sobre la invasión, hay dos pequeñas antologías literarias, pero esenciales: La voz aún no quemada (1990) y El humo y la ceniza (1993). La primera sólo es de poesía; la segunda, contiene testimonios, ensayos, cuentos y poemas. Ambas ediciones fueron casi clandestinas, sin ISBN y sin estudio o prólogo. Aun así deberían reeditarse sumando mucha más poesía. También de manera antológica hay que citar la edición especial de la Revista Cultural Lotería (1994) cuya curaduría estuvo a cargo del profesor Aristides Martínez Ortega. Otro libro que compila textos sobre el tema es Cuatro cuentos recientes sobre las relaciones de Panamá con los Estados Unidos (2016) que recoje cuentos de cuatro autores: Raúl Altamar, Pedro Crenes, Javier Medina Bernal y Berly Núñez Pitty. De los cuatro autores hay que destacar el cuento Silent Night, de Pedro Crenes, que relata los hechos previos a la invasión y los motivos creados por George Bush para invadir.

También sobre la invasión existe documentación audiovisual como el trabajo de Barbara Trent y David Kasper, Panama Deception que mereció un Premio Óscar y el corto Visión médico forense de la invasión a Panamá producido por el Sistema Estatal de Radio y Televisión, con guión de Emma Gómez. El documental Invasión de Abner Benaim, Ganadora a Mejor Documental de Festival de Cine de Panamá y Mejor Película del Festival de Cine de Panamá y el documental El último soldado de Luis Romero. En la película Hands of Stone sobre la vida de Roberto Mano de Piedra Durán, hay escenas de la invasión.

Existen otros trabajos que algunos medios nacionales han hecho desde la producción nacional para TV. El Centro de Estudios Latinoamericanos (CELA) fue la primera institución desde lo privado que publicó un libro sobre la invasión: La verdad sobre la invasión (1990), de Olmedo Beluche que ya tiene varias ediciones.

Desde la reflexión y los estudios, hay una amplia lista de trabajos que tocan el tema desde la historia, la sociología, la filosofía y el testimonio. Los trabajos más importantes son el de Olmedo Beluche, La verdad sobre la Invasión (1990); Ricaurte Soler, La invasión de Estados Unidos a Panamá (1991); José de Jesús (Chuchú) Martínez, La invasión de Panamá (1991), y el trabajo de Pedro Rivera con Fernando Martínez, El libro de la Invasión que recoge testimonios valiosos. Claudio De Castro tiene un libro llamado Operación Causa Justa. Itzel Velásquez publicó la crónica Fin de la tregua (1996);  Octavio Tapia hace una reflexión interesante en Para entender al panameño, una aproximación a su identidad, obra que mereció el premio Ricardo Miró en el 2008. Uno de los mejores ensayos que analiza varios trabajos literarios en su mayoría poesía, es el libro de Damaris Serrano Literatura panameña: historia, nación, sociedad: (Amor, cultura y conflicto en la segunda mitad del siglo XX) (ganador del Premio Ricardo Miró en ensayo en el 2005 y editado en el 2006). Damaris Serrano hace un acercamiento al nuevo corpus de la literatura nacional como proyecto de nación y logra descifrar las principales tensiones del discurso post moderno y sus estrategias textuales que forman un proyecto identitario de resistencia.

Hay cientos de documentos, informes, artículos, ensayos sobre este tema escritos por nacionales y extranjeros. Revistas como Tareas, Lotería y la Revista de Sociología de Universidad de Panamá han dedicado números especiales al tema. Incluso exmilitares como Roberto Díaz Herrera y Daniel Delgado Diamante han escrito sobre la invasión. Estrellas clandestinas (2009) de Díaz Herrera y La resistencia armada a la invasión. Razones de una derrota militar (1993) de Delgado Diamante, forman parte de esta biografía. Defensores de la invasión como Ricardo Arias Calderón y Guillermo Ford también han dedicado tinta al tema. Arias Calderón escribió: Democracia sin ejército. La experiencia de Panamá (2001) y Billy Ford ¡Valió la pena!, Panamá! (2004).  Escritores internacionales muy reconocidos como Noam Chomsky, Eduardo Galeano, Mario Benedetti, Octavio Paz y Carlos Fuentes han escrito sobre la invasión.

Y todavía hay mucho más.

En este breve artículo sólo nos interesa hablar un poco, aunque sea superficialmente, de algunos autores que, desde la ficción o la escritura creativa, han aportado al tema con valiosos textos que deberían estar sumados y compilados en una gran antología literaria sobre la Invasión de manera que sirva para el uso de los docentes en el aula de clase como una forma de conocer la historia a través de los cuentos, las novelas y la poesía. Obras que sirvan a los jóvenes para reflexionar y comprender su historia.

Sobre la discusión de si se puede hablar de una Literatura de Postinvasión o una Generación Postinvasión, el filósofo Mario García Hudson en su libro Conversaciones sobre literatura panameña (2002) describe las siguientes caracterizaciones del discurso postinvasión:

1. Orientar el tema patriótico como acto de reafirmar la identidad amenazada.
2. Una estética poética con una alta carga de elementos políticos, lenguaje irónico y existencial de acuerdo a los referentes, y a la formación literaria de cada escritor.
3. La espiritualidad de la conciencia urbana en la construcción de un cosmos literario vislumbrando la tragedia en función a alegatos testimoniales.

Para nuestro concepto, las obras que hemos elegido como muestra logran reunir estos elementos y son indispensables para ayudar a entender la invasión e indagar sobre cómo esta circunstancia histórica afectó la circunstancia existencial humana. Los cuentos son textos cortos y, desde las acciones de sus personajes, nos obligan a tener una visión de cómo la humanidad y la dignidad fueron afectadas en nombre de una falsa liberación que permite discutir nociones políticas y democráticas.

El cuento es un género que por su estructura y extensión permite tocar hechos concretos sin divagaciones y digresiones. Hay cinco libros clave: Juan Garzón se va a la guerra (1992), de Moravia Ochoa; Los ultrajados (1994), de Mario Augusto Rodríguez; Desde el otro lado del sueño (2002), de Pedro Luis Prados; Las huellas de mis pasos (1993), de Pedro Rivera; y, más reciente, Un milagro bastante raro (2008), de Víctor Manuel Rodríguez. Algunas de estas obras como la de Rivera, Prados y Rodríguez ganaron el Concurso Nacional de Literatura "Ricardo Miró" y abordan la condición humana desde los hechos de la invasión al tiempo que presentan una visión urbana desde el barrio El Chorrillo y San Felipe; el barrio como espacio donde lo cotidiano se fricciona con los poderes. Estas obras son imprescindibles para entender nuestra identidad y el daño que sufrió la sociedad con la invasión.

Enrique Chuez escribe la primera novela sobre la invasión: Operación Causa Justa (1991), cuyo escenario es el barrio del El Chorrillo; al igual que Pedro Rivera, Chuez hace que las acciones de sus personajes nos narren desde la cotidianidad de un barrio cómo la condición humana fue afectada. José Franco, con su novela Las luciérnagas de la muerte (1992), también nos brinda una visión de la invasión del ejército norteamericano con una historia donde el amor es el centro de todo. Mario Augusto Rodríguez escribe la novela Negra pesadilla roja (1993) y logra que sus personajes nos cuenten la historia casi como un testimonio. Juan David Morgan también hace su aporte al tema con su novela Cicatrices inútiles (1994).  Con la pluma indagadora que lo caracteriza, Juan David Morgan explora los hechos que llevaron a los yanquis a invadir y se pregunta si valió la pena.

En el año 2001 Jilma Noriega de Jurado gana el Premio Nacional de Literatura Ricardo Miró con la novela Y cayó sobre nosotros el estruendo de la muerte  (2002).  Es una novela epistolar con una porción de la naturalidad, de sencillez, de sinceridad y que incorpora reflexiones casi sociológicas y la crónica histórica como recurso narrativo. Tristán Solarte escribió La serpiente de cristal (2002).
 

Hombres enlodados de Javier Stanziola (2012) también habla de la invasión y sus efectos en las relaciones familiares y Aviones dentro de la casa de Carlos Fong, obra que ganó el Premio Sagitario de Novela Corta 2016, narra una historia desde la mirada de inocencia y cómo la mujer asumió la invasión; Una corona con cantáridas, de Rogelio Guerra Ávila, Premio Sagitario de Novela Corta 2018 y Carlos Wynter Melo escribe la novela Las impuras, también con el tema de la Invasión. 

El primer poema escrito y publicado sobre la invasión se le atribuye a Luis Carlos Jiménez Varela, Patria fusilada, pero existe la discusión de que Otra vez la muerte  de Dimas Lidio Pitti, con fecha del 22 de diciembre de 1989 en México, pudo ser primero. Los versos iniciales del de poema de Jiménez Varela se inauguran con unas líneas hirientes y con un color de esperanza: “Pretendieron hacer un funeral de la bandera y de / entre los escombros nacieron rosas y violetas”. Los de Dimas Lidio no dejan de ser igualmente pulsantes: “Nuevamente la muerte está en mi casa / Con fusiles y tanques / nuevamente / Con aviones y rockets / nuevamente…” Sin importar cuál de los dos poemas fue el primero en escribirse, lo importante es el valor histórico y existencial de los textos.

Desde lo institucional y lo oficial el primer poemario con tema de la invasión que gana el Premio Nacional de Literatura Ricardo Miró es En casa de la madre (1990),  de Héctor Collado y el primer libro de cuentos donde hay un texto sobre la invasión que gana el mismo concurso es Vienen de Panamá (1990), de Rafael Ruiloba. Otras obras y autores que han ganado el máximo premio de las letras panameñas, cuya obra toca el tema de la invasión son: La rosa contra el muro (1991), de José Carr; Inauguración de la fe (1994), de Consuelo Tomás; No reinarán las ruinas para siempre  (1998) y Ritos por la paz y otros rencores (1999), de Porfirio Salazar;  La casa rota (2008), de Lucy Cristina Chau; Condición humana, invasión y guerra infinita (2004), de Pedro Rivera; Y cayó sobre nosotros el estruendo de la muerte  (2002), de Jilma Noriega de Jurado; Literatura panameña: historia, nación, sociedad: (Amor, cultura y conflicto en la segunda mitad del siglo XX) (2005), de Damaris Serrano; Un milagro bastante raro (2008), de Víctor Manuel Rodríguez; Para entender al panameño, una aproximación a su identidad (2008) de Octavio Tapia; y Hombres enlodados (2012) de Javier Stanziola. Las fechas entre paréntesis son los años en que ganaron el premio, no la impresión.

La poetisa Moravia Ochoa escribe uno de los poemas más contestatarios y conmovedores: No perdono país, un hermoso texto que logra emocionar desde sus primeros versos: "No perdono, país, al que te afrenta, / al que te enfrenta no le doy prestado / ni me regalo ni me paro al lado / porque para llegar a ti me he levantado /del horror de tu cuerpo difamado / de la fosa común donde has estado". 

Héctor Collado escribe un hermoso poemario llamado Entre mártires y poetas (2000). Y el poeta Manuel Orestes Nieto publica el poemario Sangre vidriada (1991) que contiene 24 poemas dedicados a narrar la invasión. Y  Consuelo Tomás escribe también un poemario dedicado completamente, Motivos generales (1992). Indira Moreno ganó una mención honorífica del premo de poesía Gustavo Batista Cedeño (1999-2000) con el poemario Cantares de un silencio, totalmente dedicado a la invasión. Leoncio Obando publicó La voz de las tinieblas (1992), un poemario con un hablante lírico estremecedor. 

Otro poeta que dedica sus poemas al tema es Martín Testa Garibaldo, es tal vez el poeta de su generación que más ha escrito sobre la invasión. Su primer libro dedicado por completo a la invasión fue Parte y novedades (1995) y luego publica Estaciones ocupadas (1998). En Parte y novedades nos dice el hablante lírico estos versos: "Madrugada de cenizas / percepción infernal... Cada estruendo / nos muda el mapa".

En este breve artículo no hemos profundizado en los géneros teatro ni en el ensayo; géneros que también tienen sus aportes. Aunque podemos mencionar la obra "Mi Dios está vivo" escrita por Dagoberto Chung y Anselmo Cooper y que fue puesta en escena en el año 1990 en las calles de Colón. Esta obra de teatro casi no pudo montarse porque los soldados norteamericanos habían prohibido hacer cualquier tipo de manifestación que permitiera que la gente se reuniera. Aunque la obra era una actividad cultural, los gringos trataron de impedir que se realizara, pero la organización, con el pueblo de respaldo, montó la obra.  En el 2015 Alex Mariscal ganó el premio Ricardo Miró con la obra de teatro Desaparecidos que toca el tema de la masacre de Albrook el 3 de octubre de 1989. Jaime Neball escribió y montó una obra de teatro llamada Clamor de multitud, basada en textos de poetas como David Robinson, Moravia Ochoa, Consuelo Tomás, Moises Pascual y Héctor Collado. La obra se presentó en el 2016 en la ciudad de Panamá y Colón. En el 2016, Danitza Barrerra interpretó monólogos basados en personajes y textos de las novelas  Aviones dentro de la casa, de Carlos Fong y  Hombres enlodados, de Javier Stanziola y poemas de Amelia Denis de Icaza y Carlos Changmarín, en el Teatro La Estación.


El género del comic también ha abordado el tema de la Invasión. En 1990 sale Just Caos, aventuras del perro Buaysito en la invasión, de Heriberto Valdés, un relato satírico de los sucesos de la intervención militar yanqui. Recientemente, en el 2019, la Revista Concolón sacó Duelo, la primera novela gráfica de la Invasión cuyos autores son Sol Lauría y Meere Sachani. 

Nosotros creemos que los escritores han hecho su aporte al tema de la invasión. Han cumplido con su responsabilidad social y con su misión: contar su historia desde su perspectiva y su visión, independientemente de la ideología de cada uno. La literatura es una de las principales herramientas con las que cuenta un pueblo para conocer su historia, para recordarla y para reflexionar sobre los problemas y sus causas. La literatura es la memoria de un país. Si no ponemos en nuestros jóvenes estudiantes estos libros, estas formas de representaciones de la realidad, estamos ocultándoles su derecho a conocer la verdad y, sobre todo, a tener un juicio crítico sobre la historia.

Grafiti realizado por El Kolectivo en el 2011.
Técnica: Stencil.
 Los libros de la invasión 
                                      (Trabajo realizado por Ileana Golcher)                                        


BIBLIOGRAFÍA DE LA INVASIÓN

A continuación la lista de libros escritos sobre la invasión. Cualquier omisión es involuntaria. Está basada en lo disponible en los principales centros de información de Panamá. Se incluye a  los autores nacionales y extranjeros, en orden cronológico de aparición. Se omiten los artículos de opinión debido a la extensión ininterrumpida que el tema ha generado en la opinión pública.



BERBEY, Raúl. (1989). Cronología de una agresión. Panamá. La Palestra.

FUENTES, Carlos. (1989). La lucha de Panamá. Diario El País. México. ( Artículo periodístico).
PERIGAULT SÁNCHEZ, Bolívar. (1989) ¿Qué sabe usted de las intervenciones norteamericanas en Panamá? Panamá. Editorial Panamá. 

ADAMES, Enoch. (1990) Política social e invasión: las opciones del Estado panameño. Panamá. Colección Panamá 90. Instituto de Estudios nacionales. Universidad de Panamá. 

BENEDETTI, Mario. (1990). Soldados en Panamá. Crónica de la operación Causa Justa. Semanario Brecha. 12 de enero.

BERNAL, Miguel Antonio. The fax afainst Noriega. Estados Unidos.

Nota. Compendio de artículos en inglés sobre el tema de la invasión y la dictadura militar.

BOSQUEZ Everardo,  Marco Gandásegui, Luis Navas. (1990). Invasión, militarismo y democracia. Instituto de Estudios Nacionales. Universidad de Panamá.

BELUCHE, Olmedo. (1990).  La verdad sobre la invasión. Centro de Estudios Nacionales. Panamá.
   * Primer escrito que por medio de testimonios y fuentes de primera mano trata de echar por tierra la tesis de que la invasión constituyó  una "liberación". (A. Muñoz Pinzón. 1997: 48).

BELUCHE, Olmedo.  (1990). La verdad sobre la invasión. Panamá. Editorial Portobelo.

OVIERO, Ramón, Roberto López Moreno, Consuelo Tomas, Moisés Pascual, Gloria Young, Bertalicia Peralta y otros. (1990). La voz aún no quemada. Antología de la invasión. Panamá.

PAZ, Octavio. Panamá y otros palenques: Pequeñas crónicas de grandes días. (1990). Fondo de Cultura Económica. 

CENTRO DE ESTUDIOS Y ACCIÓN SOCIAL DE PANAMÁ. (1990). Invasión a Panamá. Recopilación de información periodística elaborado por el Servicio de información y documentación de CEASPA, durante los primeros nueve meses después de la invasión norteamericana a Panamá. (Vol 1, 2 y 3).

CENTRO DE ESTUDIOS LATINOAMERICANOS JUSTO AROSEMENA. Revista Tareas No. 74.  La invasión a Panamá. Artículos de Enriqueta Davis, Roberto N. Méndez, Guillermo Castro, Giancarlo Soler Torrijos, Lilia Bermúdez Torres, Carlos Fuentes, Xavier Gorostiaga, Alexander Cockburn, Luis Navas, Jaime J. Jované.

COMITÉ BOLIVIANO DE SOLIDARIDAD CON LOS PUEBLOS Y LOS MIEMBROS DE PANAMÁ DE LA COORDINADORA CONTINENTAL DE ORGANIZACIONES Y COMITÉS DE SOLIDARIDAD CON PANAMÁ. Frente a la invasión y la ocupación armada por los Estados Unidos contra Panamá. s/f. s.n., (19--).

Nota: Documento presentado ante la Organización de las Naciones Unidas mediante el Secretario General Javier Pérez de Cuéllar y remitido a la Organización de Estados Americanos como Memorial de demanda contra el Gobierno de los Estados Unidos de América por la invasión y ocupación de la República de Panamá.

COMISIÓN COORDINADORA DE LA JORNADA NACIONALISTA Y DEMOCRÁTICA. (1990).  Hacia la segunda Jornada democrática. Panamá.

CODEHUCA. (1990).  Esta es la causa justa. San José. Costa Rica. 
COLLADO, Héctor. (1990). En casa de la madre. Panamá. Instituto Nacional de Cultura. Colección Ricardo Miró. Premio poesía.

COORDINADORA POPULAR DE LOS DERECHOS HUMANOS. (1990). Testimonios. Panamá.
FRANCO, José. (1990). Las luciérnagas de la muerte. Panamá. Centro de Estudios Latinoamericanos. CELA.

GURDÍAN GUERRA,  Reymundo. (1990). La invasión militar y los desafíos de la política exterior panameña. Panamá.

INSTITUTO DE ESTUDIOS NACIONALES. UNIVERSIDAD DE PANAMÁ. (1990) El Chorrillo: situación y perspectivas. Panamá.

INSTITUTO DE ESTUDIOS NACIONALES. UNIVERSIDAD DE PANAMÁ (1990). Economía e invasión: las perspectivas de la economía.

JONES, Kenneth J. (1990). Tiempos de agonía: expulsando el dictador de Panamá. Colombia. Carvajal. 
Nota: único libro que contiene más de 329 fotografías a colores sobre la invasión.  

KOSTER, R.M. (1990). In the time of the Tyranist. Panamá 1969-1990. New York. W.W. Norton and Co.
* Libro en inglés escrita por el periodista y novelista estadounidense  y Guillermo Sánchez Borbón. Contiene una descripción y análisis de lo que significaron los 21 años del régimen militar en Panamá.

LÓPEZ TIRONE, Humberto. (1990). Cantos de libertad y soberanía. Quito.

NAVARRETE TALAVERA, Ela. (1990). Panamá: invasión o revolución. México. Editorial Planeta.
 
ORTEGO, Enrique. (1990).  Panamá: crónica de una agresión. San José Costa Rica. 

 ORTEGO, Enrique.  (1990). Rambo en Panamá.  Madrid. Tercera Prensa.

PERALTA, Bertalicia. (1990) Invasión USA. 1989: Crónicas de una memoria. Panamá. Ediciones Hamaca. 

SOLER, Ricaurte. (1989). Panamá historia de una crisis. México. Siglo XXI editores.

COMISIÓN DE RECONCILIACIÓN NACIONAL. (Agosto de 1990).  INFORME. S.E. Marcos G. Mc Grath. Panamá.  *Desplegable. Contiene antecedentes de la crisis de 1989 y recomendaciones.

DÍAZ de DEL VALLE, Mariela. (1990). El deber no se evade. Bogotá, Editorial Presencia Ltda. Bogotá.

ILDEA. (1990). Nacionalismo, soberanía e intervención. Panamá.

PORCELL, Néstor, Octavio Tapia. (1990). Genocidio en Panamá.  Panamá.

RITTER, Eduardo. (1990). Los secretos de la Nunciatura. Madrid. Editorial Planeta.

FERRER, Armando. (1990).Panamá: ¿Dónde están los derechos humanos? La Habana. Cuba. Editorial José Martí.

MORA, Dagoberto, Marvin Ramírez A. (1990).  Los Tratados canaleros y la invasión a Panamá. San José Costa Rica. Universidad de Costa Rica.  
KOSTER Richard M. (1990).  In the time of the tyranis. Panamá 1968-1990- 3th ed. New York. Norton I. Company.

LEWIS GALINDO. Samuel. 900 días.(1990). Colapso de una dictadura. Vicisitudes de una de tantas familias panameñas- Panamá. Copicentro.

AYALA, Yariana. (1991). The children from Chorrillo. Panamá. Evangelical Methodist Church of Panamá.

BELUCHE, Olmedo. (1991). La verdad sobre la invasión. Panamá. Centro de Estudios Latinoamericanos. 

MARTÍNEZ, José de Jesús. (1991). La invasión de Panamá. Bogotá.  Causadías Editores.

McCONNELL, Malcolm. Just Cause: The real story of America high-tech invasion of Panamá. New York. St. Martin¨s Presss.

CODEHUCA. (1991). Esta es la causa justaTestimonio de un pueblo ante una tragedia vigente. La invasión de Estados Unidos a Panamá. San José, Costa Rica. Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Centro América. 
Nota: Texto en español e inglés. Se han publicado tres ediciones.

COHEN- DE GOVIA, Guillermo. (1991). El trauma y las secuelas sicológicas de la invasión de Estados Unidos a Panamá. México.

RODRÍGUEZ, Mario Augusto. (1991). La Operación Just Cause: ensayo de reportaje periodístico sobre la invasión armada y la ocupación militar de Panamá a partir de 1989. Panamá. Fundación Omar Torrijos.  
Nota: Primer premio latinoamericano de Ensayo. Jurado: Gabriel García Márquez, Carmen A. Miró, Gregorio Selser. Según A. Muñoz Pinzón (1997: 49),  la obra contiene abundancia de detalles e informaciones- varias de fuentes no reveladas- y el uso de recursos literarios- muy parecidos a la realidad histórica-, el autor presenta de forma coherente, minuciosa, cruda y a veces hasta espeluznante  una visión de los hechos acaecidos los días 19 al 23, y 25 al 27 de diciembre de 1989; y el 4 de enero y 31 de mayo de 1990.

RICORD, Humberto E. (1991). Noriega y Panamá: orgía y aplastamiento de la narcodictadura. México. Editoria Eficiencia.
Nota. Emplea una extensa lista de fuentes periodísticas, abarca desde las elecciones de 1989 hasta la caída de la dictadura militar.

CHUEZ, Enrique. (1991). Operación Causa justa. Centro de Estudios Latinoamericanos. Panamá.

PONCE, Antonella. (1991). Las casas son para vivir. Que no vuelva la guerra. Panamá.  Centro de Estudios Latinoamericanos. CELA.

SOLER, Ricaurte. (1991). La invasión de  Estados Unidos a Panamá. Colombia. Editorial Siglo XXI.

* "Desde una postura ideológica examina la crisis panameña (junio 1987 a diciembre de 1989) a la vez califica de aciado suceso como una expresión de "neocolonialismo en la época posguerra fría" y concluye afirmando cáusticamente "que la invasión de Estados Unidos a Panamá liquidó abruptamente y por un período histórico indeterminable, la continuidad de un desarrollo histórico, contradictorio pero nacional".   (A. Muñoz Pinzón 1997: 49).

STERLING, Rolando.  (1991). La batalla de San Miguelito. Así se organizaron los Batallones de la dignidad.  Panamá. Centro de Estudios Latinoamericano. CELA.

HUERTA, Milagros, Muñoz Lina. (1991). Causas y efectos de la invasión. Trabajo de graduación. Panamá. Universidad de Panamá. Escuela de Sociología.

MÉNDEZ D´AVILA, Lionel. (1991). Invasión USA  a Panamá: modelo para no olvidar y cinco presagios estructurales. Panamá. Fundación Omar Torrijos.

WHEATON, Philip E. (1992). Panama invaded. New Jersey. The red sea Press.

WOODWARDS, Bob. (1991).  The Commanders. New York. Simon & Schuter.
  

MENDOZA RÍOS, Luis Carlos. Invasión y lucha de clases: las transnacionales en guerra contra los pueblos. s.l. s.f.
MORALES, Secundino. (1992). Un Obispo en el ojo del huracán. San José Costa Rica.  Comisión evangélica latinoamericana de educación cristiana. Comisión evangéllica latinoamericana de educación cristiana. CELADEC.

TOMÁS, Consuelo, Olmedo Beluche.  (1992).  Motivos generales. ¿Cuánto nos costó la invasión? Santo Domingo. Editorial Alas.

BEN- Yair, Eleazar. (1992). Sala 8: Panamá territorio por liberar. Panamá.

CARR, José Antonio. (1992).  La rosa contra el muro. Panamá. Editorial Mariano Arosemena.

COLLINS, Larry. (1992).  Aguilas negras. Black eagles. 3a. edic. España. Plaza Janés.

FERNÁNDEZ- MIRANDA, Víctor. (1992).  Esta es mi Patria. Album histórico de Panamá. Panamá. Dutigrafía.

Nota. Álbum fotográfico. Referencia a las Fuerzas de Defensa y al rol de los militares en la historia de Panamá.  El album lo publicó el diario La Prensa en el año 2000.

GONZÁLEZ, María Victoria. (1992).  La invasión a Panamá: un relato, un testimonio. Colombia. Carvajal.
Nota: Referencia a los hitos más relevantes de la historia de Panamá. Fuerzas de Defensa y la Cruzada Civilista. La invasión de 1989.
Prólogo de Ramón Jiménez Vélez. Abarca lo ocurrido desde el 19 de diciembre y los sucesos posteriores.

A juicio de los estudiosos de la materia es "uno de los pocos relatos que analiza ambas posiciones del por qué surgen los acontecimientos. No es una reconstrucción minuciosa ni recoge todos los testimonios, pero sí da a conocer algunos aspectos relevantes sobre la invasión".

MARTÍNEZ,  José de Jesús. (1992). La invasión de Panamá. Colombia. Causadías Editores.
La tesis central que presenta la obra es sustentar que los propósitos de la invasión  son perseguir al torrijismo y lograr así la permanencia de las bases militares  luego del año 2000. Llama al General Manuel Antonio Noriega "nacionalista" y casi heroico por su actuación frente al imperio.
Presenta un trabajo epistolar Sala B,  que permite reconstruir el testimonio de un médico interno del Hospital Santo Tomás en torno a los sucesos ocurridos en el Hospital Santo Tomás el 20 de diciembre de 1989 y sucesivos.
OCHOA, Moravia. (1992). Juan Garzón se va a la guerra. Panamá. Impretex.

SOLER, Ricaurte. (1992). La invasión de Estados Unidos a Panamá: neocolonialismo en la posguerra fría. Panamá. Centro de Estudios Latinoamericanos. Revista Tareas.

STERLING, Rolando, Marta iturralde, Juan Carlos Espinar. (1991). (1992).  La batalla de San Miguelito: así se organizaron los batallones de la dignidadPanamá. Centro de Estudios Latinoamericanos.

WHEATON Philiph E. (1992). Panamá invaded: imperial occupation vs.struggle for sovereignty. Compiled and edited. New Jersey. The Real Sea Presss.

BARANYI, Stephen Henry. (1993). The dialectics of military development and strategic defeat in panama. Ontario. York University.

DELGADO DIAMANTE, Daniel. (1993). La resistencia armada a la invasión. Razones de una derrota militar.      

MARTÍNEZ, José de Jesús. (1993). La invasión de Panamá. México. Universidad de Guadalajara.

PEDRESCHI, Carlos Bolívar. (1993).  Panamá. Visión geopolítica de su drama.    Colombia.

RIVERA, PEDRO. (1993).  Las huellas de mis pasos. Panamá. Editorial Mariano Arosemena.
Nota. Premio Ricardo Miró,  sección cuento.

SOLER TORRIJOS, GIancarlo. (1993). La invasión a Panamá. Estrategias y tácticas para el nuevo orden mundial. Panamá. Centro de Estudios Latinoamericanos. CELA.

RODRÍGUEZ, Mario Augusto. (1993).  Negra pesadilla roja.  Panamá. Centro de Estudios Latinoamericanos. CELA.

SHULTZ Richard. H. (1993). The post conflict use of military forces: lesson from Panamá. 1989- 1991.

GÓMEZ, Juan Antonio. (1993).  El humo y la ceniza: antología sobre la invasión. Panamá. Editorial Ondas.

VELÁSQUEZ, Osvaldo.(1993).  Historia de una dictadura: De Torrijos a Noriega.  Panamá.  Litho Editorial Chen.

ARAÚZ, Celestino Andrés. (1994). Panamá y sus relaciones internacionales: estudio introductorio, notas y antología.  Panamá. Editorial Universitaria. Biblioteca de la cultura panameña-
Nota: Contiene la Resolución por la cual se declara al país en estado de guerra y se adoptan medidas para hacer frente a la agresión extranjera. 15 de diciembre de 1989.
Resolución No. 11 de 15 de diciembre de 1989 por el cual se otorgan poderes especiales al Jefe de Gobierno. 15 de diciembre de  1989.
Estatuto de retorno inmediato a la plenitud del Orden Constitucional. 21 de diciembre de 1989.

BELUCHE, Olmedo. (1994).  Diez años de políticas y sociales en Panamá 1980-1990. Panamá. Impresos Tavial.

GONZÁLEZ, Simeón Emilio.(1994).  Panamá 1970-1990. Ensayos de sociología política.  Panamá. Universidad de Panamá. Pág 257-292.

MÉNDEZ. N. Roberto. (1994). Panamá: 20 de diciembre de 1989. ¿¡Liberación o crimen de guerra? Panamá. Centro de Estudios Latinoamericanos.  

REYES, Richa, Rafael. (1994). Crónica de una infamia. Los médicos y el deber cumplido en salud. Costa Rica. 

REVISTA LOTERÍA  No. 399, VII Época. Noviembre de 1994. Invasión a Panamá.(Antología).

RODRÍGUEZ, Mario Augusto. (1994). Los ultrajados: cuentos de la invasión... y de otros tiempos. Panamá. Editorial Universitaria.

ROTTMAN. (1994). Panamá 1989-1990. España- Ediciones Del Prado.

THOMAS, Jorge. (1994). Cicatrices inútiles. Colombia. Causadías Editores.

FRANCO, José. (1995).  Las luciérnagas de la muerte: el drama de Panamá. Panamá. Editorial Universitaria.  

CHANGMARÍN, Carlos Francisco. (1995). Nochebuena mala: invasión yanqui a Panamá. Cuentos que no son cuentos. Panamá. Fundación Omar Torrijos. 

TESTA GARIBALDO, Martín Ricardo. (1995). Parte y novedades. Panamá. Ediciones Trópico.

BELUCHE, Olmedo. (1996). La invasión a Panamá; preguntas y respuestas. Panamá. Editorial Portobelo. 

MENA GARCÍA, María del Carmen. (1996)  Prólogo de Alfredo Figueroa Navarro. Temas de historia panameña.

VELÁSQUEZ, Itzel. (1996). El fin de la tregua: crónica de la invasión norteamericana a Panamá. México. Editorial Diana.

CHOMSKY, Noam. (1997). El miedo a la democracia. Traducción de Mireia Carol. Barcelona. Grijalbo Mondodari.
CONTE PORRAS, Jorge, Eduardo E. Castillero. (1998). Historia de Panamá y sus protagonistas: una visión de la historia nacional desde el periodo precolombino hasta finales del siglo XX. Panamá. Distribuidora Lewis.

LEIS, Raúl. (1998). Desactivar la muerte sobre la invasión norteamericana y la masacre del Chorrillo en Panamá. Periodismo urgente. Premios latinoamericanos de periodismo José Martí. Selección de premios de trabajos periodísticos de América Latina. La Habana.

COLECTIVO DE AUTORES CUBANOS. Panamá 1989: Dependencia vs. Soberanía. Panamá Editorial Universitaria.

GANDÁSEGUI, Marco Antonio. (1998). La democracia en Panamá. Panamá. Centro de Estudios Latinoamericanos. CELA.

MONTIEL GUEVARA. Miguel, Juan Antonio Tack. (1998). Hitos históricos de la lucha generacional por la consolidación y perfeccionamiento de la Nación y el Estado panameño. Panamá. Editorial Universitaria.

RIVERA Pedro. (1998)  El martillo contra la nuez.  Colombia. Grijalbo.

RIVERA,  Pedro, Fernando Martínez. (1998). El libro de la invasión. México.Fondo de Cultura Económica.

SÁNCHEZ BORBÓN, Guillermo. En tiempos del tirano.

NELSON AUSTIN, Herbert George. (1999).  Fundamentos ideológicos de las intervenciones de Estados Unidos a Panamá. Panamá. Centro de Investigación y Docencia de Panamá.

SALAZAR, Porfirio. (1999). No reinarán las ruinas para siempre. Panamá. Editorial Mariano Arosemena. 

COLLADO, Héctor. (2000). Entre mártires y poetas. Panamá. Editorial Portobelo.

COMBE GONZÁLEZ Justino E. (2000). Historia de las relaciones entre Panamá y los Estados Unidos. Panamá. Gráfica digital editora.

SUPLEMENTO TRAGALUZ. No. 130. 7 de enero de 2001. Editores:  Rainer Tuñón, José Carr.
THOMAS, Jorge. (2001). Cicatrices inútiles. Panamá. Poligráfica.

REYES RICHA, Rafael y otros. Crónica de una infamia: La invasión a Panamá y el deber cumplido. San José, Costa Rica.

CAMBRA VARELA, José Antonio. (1999). De la dictadura a la invasión: análisis del proceso político 1984-1990. Panamá. Editorial Portobelo.

VILLARREAL. Alonso. (2000). Panamá: entre el temor y la esperanza. Panamá. Editora Sibauste.
  
WILBUR William E. (2000). Encontrando la libertad en Panamá: un recuento verdadero de experiencias de un pastor norteamericano en las prisiones de Panamá. Panamá. Grupo OP.

RIVERA, PEDRO. (2000).  El largo día después de la invasión.  Panamá. Ediciones Formato Dieciséis.

RIVERA, Pedro. Arar en el mar. (2000). Panamá. Formato Dieciséis.

SALAZAR Porfirio.  (2000). Ritos por la paz y otros rencores. Panamá. Editorial Mariano Arosemena. 

SOLARTE Tristán. (2000) La serpiente de cristal. Panamá. Editorial Libertad Ciudadana. 

ARIAS CALDERÓN, Ricardo. (2001)  Democracia sin ejército. La experiencia de Panamá. San José, Costa Rica. Fundación Arias para la paz y el desarrollo humano.

CONNIFF, Michael. (2001). Panama and the United States: the forced alliance. Georgia. University of Georgia Press.

DOENS, Mitchell. (2001).   "Para bailar tango se necesitan dos".  Panamá. Universal Books.

HARRIS, David.(2001).  Shooting the moon: the true story of an American manhunt unlike any other, ever. Boston. Little Brown and Company.

THOMAS, Jorge. (2001).   Cicatrices inútiles. 2a. edic. Panamá. Poligráfica S. A.

FÁBREGA, Augusto. (2002). Por los senderos de la Patria y más allá. Panamá. Universal Books. 

_________________ ( 2006).  Por los senderos de la Patria y más allá. Panamá. Universal Books.

GARCIA HUDSON, Mario. (2002). Conversaciones sobre literatura panameña. Panamá. Camino de Cruces. Taller editorial. 

RAMÍREZ, Luis E. (2002). Panamá y su historia: una visión diferente de la historia nacional. Panamá. 

SANTAMARÍA, Leopoldo. Nuestra historia no debemos olvidarla. ... ¡Nunca jamás! Panamá. UNIPA. (19--?).

SOLARTE, Tristán. (2002). La serpiente de cristal. Panamá. Segunda edición. Universal Books. 

DEL VASTO, César. Breve historia del Movimiento de Liberación Nacional de Panamá. (1969- 1997). Panamá. Copicentro.

TESTA GARIBALDO, Martín. (2003). Un día por todos... Panamá. Editorial Mariano Arosemena.

PRADOS S. Pedro Luis. (2003). El otro lado del sueño. Panamá. Editorial Mariano Arosemena.

ARAÚZ, CELESTINO Andrés, Patricia Pizzurno.(2003). Un siglo de relaciones entre Panamá y los Estados Unidos. (1903-2003). Panamá. Libertad Ciudadana.

MARISCAL, Alex. (2004).  Diario de un infante: antología de cuento y novela. Panamá. Universidad de Panamá., Editorial Carlos Manuel Gasteazoro.

BELUCHE, Olmedo. ( 2004). La verdad sobre la invasión. 5ta. edic.Panamá. Manfer S.A. 

FORD BOYD, Guillermo. (2004).   ¡Valió la pena! Panamá! Universal Books.

STERLING, Rolando. (2005). La Batalla de San Miguelito. Panamá. 

CONTE PORRAS, Jorge, Eduardo E. Castillero.(2006). Historia de Panamá y sus protagonistas: una visión de la historia nacional desde el periodo precolombino hasta finales del siglo XX. Panamá. Producciones Erlizca.

FITZGERALD, Luis. (2007).  Historia de las Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos. Panamá. Editora Sibauste.

TURNER, Jorge. (2007). Panamá: la América Latina que concibió Bolívar. México. Plaza y Valdés.  
SOLARTE, Tristán. (2008).  La serpiente de cristal. Panamá. L&J Ediciones. 

RESTREPO BOTERO, Antonio. (2009). Invadieron a Panamá.

APARICIO BERNAL, José. (2009). Apuntes de historia de Panamá. (Versión positivista). Panamá.

MENÉNDEZ FRANCO,  Alvaro, Juan Carlos Mas Calzadilla, Belisario Rodríguez y otros. (2010).

A 20 años de la invasión a Panamá. ¡Prohibido olvidar! Panamá. Universidad de Panamá.
Nota. El libro fue presentado en diciembre del 2011.

TRISTÁN SOLARTE. (2010). La serpiente de cristal. Panamá. L&J.

AUDIOVISUAL

Crisis de Panamá en los años 80. Voice of America. Estados Unidos. S/F.

ANTIGUA FILMS. (1994). Historia del Istmo de Panamá. 1501- 1994.

Intervenciones en la Organización de Estados Americanos OEA, con motivo de la crisis de 1987-1989. 1989.  (Grabación). Panamá.

GUTIÉRREZ, Abdiel Antonio. (1999). Héroes y glorias deportivas de nuestro siglo. Corporación MEDCOM. 

TRENT, Bárbara. Panama deception. (1992). Estados Unidos. (s.n.).

GÓMEZ Emma y otros. Foro visión médico forense de la invasión a Panamá. 2010   Videograbación.

ROBINSON, David y otros. (2010). La invasión y la literatura panameña. Panamá.  Videograbación.

Nota:   Esta lista se encuentra en proceso de actualización. Se le agregarán,  entre otros, la lista de los libros sobre el tema que se expusieron en la Biblioteca Nacional Ernesto J. Castillero. (2010). Organización a cargo de Mario García Hudson.

Se exhorta a los lectores a que nos informen acerca de otras obras que de forma involuntaria no se presentan en este recuento histórico

El ascenso de la decadencia

Carlos Fong El ascenso de Donald Trump al poder no representa el ascenso de la democracia ni el progreso para Estados Unidos de Norte Amér...