Mirada
de Nuchu se complace en publicar una entrevista que le hiciera Manuel Lasso, el
escritor peruano residente en los Estados Unidos, a nuestra querida compatriota
y camarada Consuelo Tomás. En esta entrevista estamos frente a la
Consuelo novelista. La mayoría la conoce como poeta y cuentista; en ambos géneros ha sido una destacada exponente. Con una visión de la novela y su propuesta narrativa, la escritora bocatoreña nos acerca a su obra: Lágrimas
de dragón, libro que ganó el Premio Nacional de Literatura Ricardo Miró en el
2009. Esperamos que la entrevista anime a los lectores a leer esta novela que
nos lleva de la mano por los territorios míticos y ancestrales como sólo la ficción puede hacerlo. CF
A LA ESCRITORA CONSUELO TOMÁS FITZGERALD
por Manuel Lasso
Me da mucha satisfacción entrevistar a Consuelo
Tomás Fitzgerald. La recuerdo desde 1986 cuando se celebró en
Madrid un Encuentro de Escritores Jóvenes. Por aquella época, con los
ímpetus de los años mozos y aún en la universidad, Consuelo se dedicaba a
participar en todas las modalidades de la literatura, del arte y de la lucha
social. De este modo me hizo cómplice de los poemarios que iba
publicando. Hoy en día me satisface en gran manera saber que también
puede incursionar, con mucha naturalidad y soltura, en el campo
de la narración. La
verdad es que la novela no ha muerto. Mientras haya un Homo
Sapiens que pueda mover un pie tras otro sobre este globo
terráqueo existirá la necesidad de contar algo y la necesidad de enterarse de
ese algo. Siempre que exista un novelista habrá novelas. Con Lágrima de Dragón,
Consuelo Tomás Fitzgerald nos hace conscientes de ello. Por lo tanto, hay
que seguir aquilatando su talento narrativo tal como
se la apreció al otorgársele el máximo galardón literario de Panamá,
el premio Ricardo Miró en el año 2009. La Editorial Letras Cubanas
publicó una segunda edición de la obra a principios de este año y fue agotada
en la edición de la
Feria Internacional del Libro de La Habana en el mes de
febrero.
-Consuelo.
¿Sigues trabajando en el mundo editorial y en la dimensión de las traducciones?
En realidad, dejé de trabajar en lo editorial desde hace
tiempo. Estoy más bien enfocada en la promoción de la literatura a través de la
radiodifusión y en la producción de eventos como festivales, encuentros,
talleres y conversatorios.
-¿Estás
llenando con esta novela un vacío en la historia de Panamá?
Pues no creo. En el ámbito de la novela, hay muy buena
tradición de novela histórica en Panamá. Lágrima de Dragón es ficción total,
pero tiene elementos de la historia panameña que siempre me han llamado la
atención, como las epidemias de fiebre amarilla que asolaron el istmo y que
estancaron su crecimiento poblacional y las batallas para enfrentarlas. También
la incorporación de los chinos en la construcción del Estado Nación panameño,
la multiculturalidad que nos define, en fin. Pero no es novela histórica
exactamente, porque no he tenido oportunidad de emprender una investigación
documental o testimonial. No creo que llene un vacío, pero aspiro a que al
menos sea entretenida para un lector constante.
-¿Qué
desafíos tuviste al escribir esta obra?
Creo que el mayor desafío estuvo puesto en la
construcción narrativa. Yo siempre fui escritora de poesía y de ficción corta.
Emprender un proyecto de largo aliento con todos los elementos (escenario, tiempo, contexto, personajes, conflicto) y llevarlo a término implicó estar entrando y
saliendo de la historia, verificando, sopesando. Además, lograr que lo escrito
fuera realmente literatura, buena literatura que evade estereotipos, huye de
lugares comunes, busca la palabra precisa, evita el adjetivo innecesario, en
fin. . Uno puede tener una buena historia, pero si uno no la pone en el
escenario textual con todas las posibilidades que la lengua ofrece, acaba por
ser una historia más, prescindible.
-Esta obra nos
plantea un mundo de horror y crueldad. ¿Está basada en la realidad?
Pienso que recrea lo que ocurre en cualquier situación
límite, en este caso una epidemia descontrolada. No es una novedad, el tema de
las epidemias, ya ha sido tratado en la literatura, pero aquí el escenario
principal está en la mente y el corazón de las personas. Las decisiones que se
toman en presencia de una situación de vida o muerte, y que pueden ser de heroísmo
y solidaridad o de sálvese quién pueda. De hacer caso al instinto básico, o al
sentido común. De resistir o dejarse abatir. El ser humano se mueve siempre
entre esas aguas. Las situaciones límites (guerras, epidemias, desastres
ecológicos, estados de sitio) son excelentes escenarios para intentar la
revelación de la condición humana.
-¿Quién
eres en esta novela, la
hermana Sarmiento , el pequeño Fang Lu o el capitán de
Obaldía?
Solo soy la titiritera que lo mueve todo. La absoluta
dueña de sus vidas. La manipuladora de sus circunstancias. La hermana Sarmiento por ejemplo, es mi homenaje a las monjas
colombianas que formaron parte de mi educación, sobre todo en mis últimos años
de escuela. Ella es un mixto de los valores de cada una y lo que me entregaron.
-Existe en esta
novela un contrapunto entre los intentos de la religión de ayudar y de hacer el
bien al prójimo y la idea de que Dios no existe. ¿Cuál es tu posición al
respecto?
Mi padre era un católico recalcitrante. Me adoctrinaron
desde los 8 años en una escuela católica, aunque los últimos años fueron muy
reveladores, caminaba la teología de la liberación que fue muy fuerte en
América Latina. Pese a todo eso, la fe religiosa, es algo que yo perdí en el
camino, hace tiempo, pero reconozco que es una fuerza motivadora para mucha
gente y no solo me refiero a la religión católica. En el mundo convivimos los
creyentes y los no creyentes y creo que en la novela eso queda establecido. Fang
Lu tiene a su Buda, Ubaldina sus espíritus ancestrales, Teotisto no cree y así.
-¿Has
seguido algún modelo literario al escribir esta novela?
En realidad no. Como te dije, vengo del cuento y tengo
muchas lecturas entre pecho y espalda. Decidí no preocuparme mucho por la
estructura pues al tratarse de mi primera novela, solo quería averiguar si
podía con el género. Uno no se lanza a las innovaciones sin haber comenzado por
el humilde principio de tantear. La novela tiene espacios temporales (pasado
que es presente en el tiempo de la lectura, y futuro que es presente). Tiene
narración en tercera persona, primera persona en monólogo interior y formas textuales diversas (la carta, el
informe, la nota periodística, el diálogo, el texto confesional). No quería
aburrir al lector, pero en principio es una novela estándar.
-¿Cómo
nació esta novela? ¿Qué te impulsó a escribir Lágrima de dragón?
Pues a mi me gusta mucho la novela como género, soy
lectora “in fábula” como decía Eco. Solo quise saber si podía hacerlo, si
tendría la disciplina suficiente para contar la historia hasta el final. Fue un
reto personal (tiendo mucho a competir conmigo misma) que me da satisfacción
ver que lo cumplí. Fue la primera novela y vino con premio. Espero volverlo a
hacer pero yo soy más bien lenta. No produzco obra constantemente, pero estoy
acumulando.
-Aunque
la carátula y el título nos hace pensar que trata sobre la llegada de los
inmigrantes chinos a Panamá, al final de la lectura nos percatamos que el
verdadero personaje, el de más trágica trayectoria, es el
capitán de Obaldía.
Es curioso, porque en una presentación que se hizo, la
presentadora encontró que el personaje era la hermana Sarmiento. Eso
es lo fascinante. Cada lector le da la interpretación que quiere o puede. De
Obaldía es un personaje que me conmueve. Es un huérfano eterno que libra una
lucha constante dentro de sí y al final no logra vencerse y abandona.
Cualquiera diría que es odiable, pero al final es solo una víctima más de la
circunstancia y de la
cultura. Nunca hay que guiarse por las carátulas. Son
engañosas. Por otro lado, el primer título que tuvo esta novela fue “Moscas, no
ponen huevos en el hielo”.Como ves, no parece tener nada que ver. Al final,
pensé que era muy largo, pero me gustaba.
¿Cómo
viste todo esto desde el principio?
Si te refieres a escribir una novela, es una mezcla de
muchas cosas. Mi curiosidad por la batalla contra las epidemias (siempre he
pensado que las guerras de un futuro próximo se librarán en los laboratorios),
contra los prejuicios raciales, la desidia, el pánico paralizante, el desamparo
de la orfandad, contra el olvido. Supongo que son temas recurrentes en mi
permanente oficio de indagar.
-¿Crees
que esta novela pertenece al género policíaco?
No, no creo.
Aunque en la segunda parte hay una investigación, la magnitud del hecho que se
investiga y la forma como ese hecho
trata de ser borrado de la memoria colectiva, sobrepasa las posibilidades de lo
policíaco o detectivesco.
-¿Cuáles
son los escritores que más te han influenciado como novelista?
Dostoievski, Víctor Hugo, Cervantes, Unamuno, Camus, Osvaldo
Soriano, Manuel Scorza, Carmen Posada, Fernando del Paso, García Márquez, Juan
Carlos Onetti, José Donoso, José Saramago, mejor ni sigo…
-¿Cuál
es tu personaje favorito en la literatura universal?
¿Cuál es el que más permanece en tu memoria?
Parece un cliché, pero sí, El Quijote. Aunque Ana
Karenina me gusta también.
-¿Crees
que después de los autores del
boom ya no habrán otros novelistas valiosos durante este siglo XXI?
Eso sería decir que “todo tiempo pasado fue mejor” y eso
no es así. Los novelistas del boom
jugaron su papel, hicieron lo que tenían que hacer en ese momento y de alguna
manera y sin pretenderlo ellos mismos,
pusieron el foco de atención en la literatura latinoamericana, pero esto lo
lograron a partir de éxitos y aceptación en casas editoriales importantes. Todos ellos
llevaban ya una buena pila de años escribiendo y produciendo. Pero de cierta
manera, al lograr toda esa atención, y ese triunfalismo por ser de alguna
manera “legitimados” también nos
privaron de conocer otra gente maravillosa, que no entró en la explosión. Gente
de Centroamérica, el Caribe, de Brasil. Centroamérica sobre todo, se convirtió
en una especie de literatura de periferia. Creo que habrá, ya hay novelistas
valiosos, que no tienen la posibilidad de llegar a las grandes casas
editoriales y su creación manipulada de “best sellers”. Pero ahora se pueden
vender miles de copias por Internet, lo único que no nos enteramos. Por otro lado, el gusto literario de las masas
cada vez más reducidas de lectores ha desmejorado mucho. Solo eso me explica a
mí en lo particular el fenómeno James, Brown o Coelho.
-¿Crees
que la gran novela del siglo XXI ya ha sido escrita?
Pues no lo se. El siglo XXI apenas tiene una década y
todavía nos cuesta entender de qué va con toda esta tecnología simultánea, este
espectáculo en que se ha convertido la muerte, este morbo exacerbado por el
crimen múltiple, este consumismo exagerado que hace insostenible la vida en el
planeta, esta fascinación por todo lo findemundo. La que yo considero fue la
novela del siglo XX para nuestro ámbito, Cien
años de Soledad (Gabriel García Márquez) , llevó mucho tiempo antes de ser
conocida, leída, analizada, criticada, pero sobre todo aceptada como una
síntesis magnífica de nuestro tiempo y circunstancia. La saga de Manuel Scorza
sobre el avasallamiento de las compañías mineras a las poblaciones indígenas en
Perú con novelas extraordinarias como Redoble
por Rancas, o Garabombo el invisible, ni siquiera es todo lo conocida que debería
ser en América Latina. Pero esa novela de que hablas ya ha sido escrita, espero
realmente encontrarme con ella antes de morirme.
-¿Cuál
es tu siguiente proyecto novelístico?
Tengo tres proyectos, pero aún no se por cuál decidirme. Uno
sobre el subproducto de las migraciones, otro sobre el recomienzo eterno de las
mujeres, otro policial. Por ahora solo
tengo los esqueletos, los argumentos. Estoy esperando que se abra el tiempo
para poder comenzar su desarrollo. Pero no tengo apuro.
-Muchas
gracias, Consuelo, por darnos estas respuestas. Mucha suerte en tu producción a
venir.
No, gracias a ti, Manuel y por tu amistad de años.
Consuelo Tomás Fitzgerald
(1957, Bocas del Toro, Panamá).
Poeta, narradora, comunicadora, actriz de teatro para títeres. Ha ganado
premios nacionales de poesía y cuento y participado como invitada a una
pluralidad de encuentros literarios en España, Centroamérica, Alemania,
Argentina, Cuba, Puerto Rico, México, Colombia, República Dominicana. Parte de
su obra ha sido publicada en revistas
nacionales e internacionales y traducida al inglés, francés, holandés, sueco,
alemán, rumano, portugués y bengalí.
Obra Publicada; Confieso estas Ternuras y estas rabias (Poesía, Formato 16,
1983); Las preguntas indeseables (Poesía, Ed. Formato 16, 1985); Cuentos Rotos
(Narrativa, Ed. Mariano Arosemena, 1991); Motivos Generales (Poesía, Ed. Buho,
República Dominicana, 1992); Apelaciones (Poesía, Col. Antologías y Homenajes,
Ed. Mariano Arosemena, 1993); El Cuarto Edén (Poesía, Epic Publications, 1985);
Inauguración de la Fe (Narrativa, Col. Premio, Ed. Mariano Arosemena, 1995);
Agonía de la Reina (Poesía, Col. Premio, Ed. Mariano Arosemena, 1995); Libro de
las Propensiones,(Poesía, 2000), Evangelio según San Borges (Teatro, Ed.
Mariano Arosemena, 2005), Pa na má Quererte (narrativa, 2007).
Actualmente se desempeña como productora y jefa de programación de la
emisora cultural y educativa Crisol FM, en el Sistema Estatal de Radio y
Televisión (SERTV); forma parte de la Asociación Cultural AlterArte y
forma parte del Comité ejecutivo del
Proyecto para la capacitación del sector teatro en Centroamérica (Carromato),
patrocinado por la cooperación sueca.
Reseña biográfica tomada de:
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