domingo, 12 de febrero de 2012

La resistencia de la palabra


La movilización del pueblo Ngäbe-Buglé, apoyada por organizaciones civiles nacionales, empezó su lucha el 31 de enero de 2012. El pueblo Ngäbe-Buglé, hombres, mujeres, niños, jóvenes, mujeres con bebés, ancianos, iniciaron fuertes protestas que cerraron la vía Interamericana a la altura de San Félix  por criticar al gobierno panameño la eliminación del artículo 5 del proyecto de ley No. 415, que establece un régimen especial de los recursos minerales, hídricos y ambientales en la comarca, y el cual fue consensuado durante 2011 y que había sido violado como si nuestros hermanos originarios no supieran leer.

Luego de varios días de cierre de la vía internacional, que afectó inevitablemente al comercio y a muchas personas que quedaron varadas en ambos extremos, la policía recibió la orden para reprimir. Las protestas fueron duramente reprimidas por la policía. Hubo muchos heridos con jóvenes, mujeres y hombres arrestados, y dos muertos. Finalmente, la resistencia indígena ganó la batalla y lograron que el gobierno respetara los acuerdos pactados originalmente.

El movimiento ha sido liderado por una humilde mujer llena de coraje y valor llamada Silvia Carrera, Cacique y miembro de la Coordinadora para la Defensa de los Recursos Naturales y los Derechos del Pueblo Ngäbe-Buglé, oriunda de Alto Laguna, corregimiento de Cerro Pelado (distrito Ñurum); quien junto al Cacique, Rogelio Montezuma, Presidente de la Coordinadora y el Cacique Presidente del Congreso General Tradicional, Celio Guerra, han librado una lucha que es un ejemplo de solidaridad y unidad. De allí que se dieron manifestaciones solidarias en todo el país con cierres de calles, vigilias y piqueteos protagonizados por otras organizaciones de obreros, estudiantes y miembros de otros pueblos originarios de Panamá, como los Kuna, Emberá, Wounaan o los Naso.

Pero si aquí llueve en otras regiones no escampa, cuando la codicia y la fiebre por la explotación de la Madre Tierra no se frenan si no es a través de la resistencia de los pueblos y los campesinos. En Belén y Tinogasta, Catamarca (Argentina); en Villavicencio (Meta, Colombia), en Huarmey (Perú); en Honduras, Chile y Venezuela la infantería policíaca ha arremetido sin misericordia de manera brutal, a inicios del mes de febrero de este año, contra manifestantes que protestaban contra los abusos, violaciones y la contaminación del medio ambiente por parte de multinacionales extranjeras que están saqueando y desangrando Nuestra Tierra. Ver: http://otramerica.com/temas/febrero-sangriento/1538

Hay muchas formas de resistencias. Desde el arte y la literatura se empiezan a escuchar las voces de solidaridad. En Panamá, luego de que las protestas arrojaran un saldo de dos muertos, decenas de heridos y más de 150 arrestos injustos, poetas panameños escribieron con sangre, con rabia, con coraje, con valor y con su verdad algunos poemas que han estado circulando desde que se dio la crisis. Poetas muy reconocidos como Dimas Lidio Pitty, Pedro Rivera, José Antonio Córdova, Héctor Collado, Lucy Chau,  Lil María Herrera, Eyra Harbar, Luis Carlos Varela y Alexander Sanchez* (Sobre estos dos últimos poetas ver nota al final del artículo)  han dejado su testimonio en sus poemas. Otros que saludan el escenario de la poesía por primera vez como Orivel Oneida Ortega De León,  también contribuyen al tema. Sólo un poeta firmó con seudónimo su texto: Marco Pueblo. A estas alturas, ya se ha dado cuenta la mayoría de las gentes quién es su autor. Además, será fácil saber quién es de los poetas citados arriba. De cualquier forma, nosotros queremos respetar el deseo del autor quien nos pidió que conserváramos el seudónimo en la firma del poema. Así se hará.

Los poemas fueron escritos entre el 4 de febrero y el 8 de febrero de 2012; salvo el poema en prosa de Lil Herrera: Ngäbe caballerito que fue escrito en el 2008 pero que se da a conocer en la coyuntura histórica-política de hoy. Es muy difícil saber cuál poema fue escrito primero. Por las fechas, pareciera que el de Orivel De León fuese el primero. Sin embargo, el que navegó primero por las redes de internet fue el de Dimas Lidio Pitty llamado: Ha llegado el día… Para este humilde y pequeño estudio no es importante cuál poema fue escrito primero, eso es secundario; lo importante para nosotros son los textos y lo que dicen.

Una característica interesante en la mayoría de los poemas es su estructura anafórica. La forma de paralelismo que logra darle cadencia rítmica a los componentes que organizan el texto es utilizada en varios autores como técnica; es muy probable que haya sido de manera inconsiente. Sólo los escritores lo saben; nuestro breve estudio sólo es un intento de acercamiento.  Si en la realidad los abusos hacia los indígenas son un elemento reincidente que se repite y repite siempre, el trabajo de los poetas es transmitir esa sensación. La función de las figuras de repetición es un reconocimiento de lo ya conocido, con carácter perturbador y efecto de fluidez que ayudan a organizar el discurso.

¿Hay alguna justificación para esta compilación y comentario de los poemas? Creemos que sí. Sólo daremos tres razones: la primera, y más valiosa para nosotros, es que la gente debe conocer el aporte de la literatura panameña en este tema. Deben saber que los intelectuales no estamos indiferentes ante la realiadad. Los poemas circularon de manera individual por internet y muy pocas personas los conocen todos y de seguro nacerán más. La segunda razón es que la poesía de resistencia o la poesía con contenido social con elementos y componentes tan marcados es vital para comprender la problemática concreta que vive un país. Es una lectura desde el arte que nos obliga a reflexionar nuestra realidad. Por último, recordemos al poeta irlandés, Seamus Heaney, cuando cita a Wallace Stevens, cuando afirma que “la nobleza de la poesía consiste en ser una forma de violencia procedente de nuestro interior que nos protege de la violencia procedente del exterior; se trata de la imaginación que lucha contra la presión de la realidad”. Estas razones deben ser suficiente.

La mirada de Nuchu quiere ayudar a la imaginación a luchar contra esa presión de la realidad. La violencia no es el último llamado al hombre para resolver sus problemas, aunque hay veces en que las manifestaciones llevan a ella. Sin embargo, la violencia que derramó sangre no vino de los indígenas en última instancia. Esperamos que cada poema de estos sirva para concienciar a aquellos que aún ven en los pueblos originarios a una legión de borrachos, ignorantes y salvajes. Como dice uno de los poemas de esta pequeña antología de resistencia: “Ellos dan la cara por nosotros”.

C.F.

Silvia Carrera o la fuerza de la tierra.
Empezamos con este poema de Dimas Lidio Pitty cuyo título es Una mujer de la tierra, dedicado a la Cacique Silvia Carrera. El texto inicia con una alusión temporal que registra los años de sumisión y silencio. Palabras clave como “maíz” aluden a la vida. Lo mismo pasa con el “agua” que se compara con la mujer. El poema nos acerca a esa mujer sumisa, olvidada, que no es tomada en cuenta, comparada con una piedra muda. Luego la mujer se torna guía de su pueblo, la mujer como símbolo de redención. La palabra es una representación simbólica en el poema, igual que la voz de la mujer. Esta voz está tácita en el poema, pero la podemos escuchar a través de los elementos de la naturaleza que la simbolizan a través de la firmeza y la claridad. Todos los que vimos el rostro y actitud de la Cacique Silvia por los medios podemos entender el poema. La palabra/mujer; la tierra/mujer; Madre Tierra señales de lucha y paz.


 
Silvia Carrera. Foto de Orgun Waga.
Una mujer de la tierra

A Silvia Carrera, cacica general de la Comarca
Ngäbe Buglé, alto ejemplo de dignidad humana.


Durante milenios de silencio, sumisión y sombra,

ella es la que muele y amasa el maíz

y trae el agua

y da ternura

y da la vida.

Sin embargo, nadie la toma en cuenta;

es apenas una piedra en el sendero,

una hoja en el follaje,

una estrella sin nombre en la ancha noche.

Pero todo ha cambiado:

ahora mira el alba, las cumbres, el verano

y su palabra nace y crece

como planta con la lluvia,

y señala el camino

y orienta los pasos de su pueblo.

Hasta ayer era casi nada

—una especie de cosa

o de objeto mantenido en la oscuridad—,

mas hoy su silencio es voz

clara, firme y honda,

como las tardes

y las rocas

y los ríos de su comarca.

Ella es la Jefa Grande, la Cacica,

que los une a todos y los guía, en la paz y en la lucha.

Por eso, en su persona

—en su palabra—

se unen dos gracias o virtudes:

la magia de la mujer y la fuerza de la tierra.

Dimas Lidio Pitty
Potrerillos, martes 7 de febrero de 2012.

***
De pus te cubrirá la tierra.
El siguiente poema también es de Dimas Lidio Pitty y fue el primero que encontramos en la red de internet circulando. Se llama Ha llegado el día… Con un comienzo casi apocalíptico este poema usa un hablante lírico que está en primera persona y hace un inventario de las cosas robadas y saquedas por el colonizador. Las interrogaciones retóricas son elementos que dramatizan el discurso. El dialogismo se presenta como una ficción dialogada, pero sin respuestas que obliga al hablante a desafiar al otro, porque el otro es el enemigo, el invasor. El poema es un monólogo que desnuda al poder y su tiranía.

Ha llegado el día…


Ha llegado el día de la ira,
 
Foto de Luz Adriana Mejía
de la suerte sin futuro.

Durante siglos he sido perseguido y explotado,

humillado y escupido.

Mi tierra, mi sol, mi sangre son de otros;

incluso mis palabras son ajenas.

Ahora estoy sobre mis pies,

en la tierra que fue mía

y miro los cerros y la luz

y veo los ríos y digo:

Me has quitado todo y aún quieres más.

¿Quieres mi oro?

¿Quieres mi cobre?

¿Quieres mi agua?

¿Quieres mi aire?

Mátame y tómalos.

Y si aún quieres más,

mata también a mis hijos,

a los animales

y a todos los que vengan.

Entonces la tierra te cubrirá de pus.

Dimas Lidio Pitty
Potrerillos, domingo 5 de febrero de 2012. 

***
Montezuma bajará en llanto por la montaña.
El poema Muerte y crimen de Montezuma del poeta José Antonio Córdova fue escrito el mismo día en que Dimas Lidio escribió Ha llegado el día… Está dedicado a la primera víctima que cayó en los enfrentamientos de los indígenas con la policía, Jerónimo Montezuma. El poema inicia con una acción dramática desde el primer verso. El hablante lírico se interroga a sí mismo y se da las respuestas. Hermosas imágenes ilustran el poema: bala volcánica, el llanto de sus montaña, aluden de manera contrastante a la naturaleza. Hay un elemento reiterativo: el adverbio "más", da una idea aumentativa de los sufrimientos que por más de 500 años han sufrido los indígenas; lo mismo pasa con la preposición "por" que es un elemento enfático.


Muerte y crimen de Montezuma

Acaban de asesinar

a Jerónimo Montezuma

una bala volcánica

acabó con el hambre

que siempre tenía

le dispararon

por caminar llevando

su esperanza y su protesta

de 500 años

o más,

más explotación,

más humillación

más embrutecimiento

más te doy si te levantas.

Lo mataron por indio

Por turista de carreteras

Por luchador de arrozales

Por adorador de sus espigas

Por su ternura indígena

De velar por la blancura del agua

Y cuidar las estrellas de los ríos.

Lo bajarán al llanto

de sus montañas

para que sean sus huesos

el abono inagotable.


José A. Córdova
Domingo 5 de febrero de 2012.


***


Y uno, y dos, y tres…
Este poema de Héctor Collado nos llegó sin título. Tal vez el título es la primera línea del poema. Es un hermoso texto que con elementos anafóricos a través de la conjunción “porque” y la numeración ascendente simbolizan la solidaridad del pueblo Gnäbe-Buglé. La conjunción “porque” va nombrando los motivos, las causas y los ideales de los manifestantes que se van uniendo por esas mismas causas e ideales hasta llegar a ser un número incontable. La represión es sintetizada en tan solo un par de versos. El poema finaliza con una gran interrogante: ¿Quién apretó el gatillo? La respuesta es terminante.


Y uno hace la pregunta ciego de ira

Porque no hay una voz para dar respuesta.

Y dos se miran mutuamente dispuestos a dar la cara

Porque hay muros de arrogancia que deben caer

Y tres cruzan el río y cosechan las piedras del camino

Porque hay una vida, muchas vidas por ganar.

Y cuatro marcan la línea, la diferencia entre sudor y sal

Porque unos pocos les quieren matar.

Y cinco trazan horizontes de coraje y sangre

Porque los que todo lo tienen quieren beber de su costado

Y seis se pintan de viento y agua y tierra y fuego

Porque los del dólar vienen a infringir luto y dolor.

Y siete caminan descalzos bajo el mediodía

Porque el camino se hace caminando.

Y ocho aprietan el cuerpo y aguantan y resisten

Porque la vida es una lucha y se lucha por la vida.

Y nueve salen del polvo y del humo y la pimienta

Porque la cárcel nunca ha sido para el hombre libre.



Y diez

y cien

y miles en coro hacen la pregunta

-¿quién apretó el gatillo?-

Porque la venganza más amarga reclamará a los cobardes.

Héctor Collado
Lunes 6 de febrero de 2012.


***


Una plegaria para Tugrí
Lucy Cristina Chau escribe el poema Se llama Tugrí, se llama Lorenzo. Poema de estructura anafórica de gran belleza. La repetición del adverbio “aquí” y del adjetivo “mismo/a” y la construcción “todos los días” remiten al lector a una reflexión existencial. Son figuras de correspondencia que operan en el poema como una misma estructura gramatical. La forma de palabra “mismo/a”, por ejemplo, enfatiza la identidad de las cosas que oprimen al hablante lírico: muralla, bala, dedo, pelotón, y las cosas que son lastimadas y usurpadas constantemente: la patria. El poema, que es casi un plegaria, fue inspirado por una pintura del pintor kuna Ologuaidi (ver nota de la autora al pie del poema) dedicado a Jerónimo Rodríguez Tugrí, quien fue asesinado en la protestas.


Se llama Tugrí, se llama Lorenzo


Aquí matan al mismo hombre

Jerónimo Rodríguez Tugrí. Pintura de Ologuidi.
todos los días

y lo acusan

de insubordinado, de ladrón, de cholo guerrillero.



Aquí llega la orden

todos los días

desde algún imperio,

de darle muerte en la misma muralla,

con la misma bala,

con el mismo dedo.



Aquí todos los días

la misma patria mutilada

lo llora en silencio,

y todos los días

el mismo pelotón asesino

escucha las mismas palabras

del hijo traicionado

de mi pueblo.



Lucy Chau
Martes 7 de febrero de 2012.
Nota de la autora: Este poema lo terminé cuando Ologuaidi pintaba el retrato de Jerónimo Rodríguez Tugrí. Yo pensé que estaba pintando a Victoriano Lorenzo... y al final es el mismo, siempre el mismo...todos los días.


***


Con rostro de guerra se da la cara.
Marco Pueblo (Pedro Rivera) nos regala ¡Ñagare! el poema más largo de esta compilación. Ñagare significa No en lengua Ngäbe. Es un relato aluvial que con maestría narra de manera casi épica la historia de la nación Ngäbe-Buglé. Desde el principio el poeta renuncia al uso de las figuras retóricas; esta postura es otra forma de resistencia y de protesta. No hace falta para el hablante lírico ornamentar las palabras; el lenguaje, la palabra ornamentada es rechazada, porque la palabra tiene la necesidad de contar sin adornos y recursos estéticos una historia de injusticias que viene desde la “vieja colonia”. Se hace una comparación de las formas de colonización a través del tiempo. El poder de la palabra advierte a los colonialistas que no se dejen engañar; ya pasaron los tiempos del espejito por el oro. Se hace un inventario de los elementos naturales y los valores del hombre frente a las cosas materiales; lo que no se puede negociar: el horizonte, el río, las nubes, los bosques. Lo que realmente tiene valor no puede ser sacrificado por el oro y el cobre. La anáfora: “Estos hombres”, nos introduce en la historia existencial de la lucha de la nación Ngäbe-Buglè. Pese al empeño del poeta de renunciar a las metáforas, nos conmueve versos como: “Por sus ojos simplemente lloran las estrellas”. El poema hace una radiografía del perfil del hombre Ngäbe. El elemento anafórico “uno”, al final del poema encierra el concepto de unidad que caracteriza a este pueblo. El último verso nos da una bofetada a todos, pero también nos ayuda a abrir los ojos.


¡Ñagare!


No voy a recurrir a metáforas superfluas.

No tiene ningún sentido jugar con las palabras.

Alguna vez lo hago para darle al poema una pizca de caché.

En el mundo de las artes,

la palabra aromatizada embriaga el paladar.



Pero esta vez hasta sobran las palabras.

Tal vez un gesto, el puño cerrado

y el dedo del corazón apuntando al cielo

sea más que suficiente para decirlo todo.



Es imposible enmascarar la barbarie con símbolos y tropos.

Una bomba lacrimógena es una bomba lacrimógena

Aquí, en China o la Cochinchina.



Una bota militar es una bota militar aquí y en todas partes.

Un fusil es un fusil y matar es para lo único que sirve.

Un fusil que apunta el vientre de una mujer embarazada

Envilece la palabra humanidad.

Quien caza a hombres como perros

¿es un hombre o es un perro?

(Qué me perdonen los perros por compararlos con ese hombre).



La vieja colonia los expulsó de las planicies

incautaron sus granos, peces, aves, dioses, utopías

borraron sus pisadas, arrojaron sus sombras al vacío,

quisieron extinguirlos de la historia.

Sacaron de la manga las leyes de Hammurabi

dieron a conocer el nuevo catecismo:

el libre comercio es libertad y democracia

el país abierto a inversionistas extranjeros es la paz,

la riqueza en pocas manos sacia el apetito de los pobres,

¡Bienaventurados al reino de los ricos…!



No se engañen los colonialistas de este tiempo.

No se engañen los buscadores de oro al 4 por ciento de interés

4 centavos es menos de la suma que cobró Judas a Pilatos

No se engañen los busca-cobre, usureros,

tránsfugas de dos por un centavo.

No están tratando con drogadictos y borrachos.



No les viene mal estudiar un poquito de la historia.

Los ngöbe aprendieron la lengua del verdugo.

Aprendieron el secreto de los dioses europeos.

Pero los invasores no conocen sus secretos.



Esperar mil años es la estratagema del calvario.

No vive quien muere sino quien deja de vivir.



En la tierra de los ngäbe y los buglé

un hombre vale más que una hidroeléctrica.

un hombre libre vale más que todos los diputados del planeta

el agua que se bebe tiene más valor que un millón de voltios de energía.

el agua que corre por las venas subterráneas de la tierra

tiene la dulzura de un beso enamorado.

el aroma Christian Dior no puede compararse

con el olor de la tierra cuando llueve.



Dueños del horizonte, dueños del aire que respiran,

dueños de los ríos, dueños del paisaje, dueños del rocío,

dueños del canto de los pájaros,

dueños de la trocha por donde caminan hace siglos

dueños de los bosques, dueños de sus vidas

acaparadores de nubes, lluvias y horizontes

¿Es posible negociar tanta riqueza?

¿Qué pueden las transnacionales ofrecer que valga más?



La tierra es más importante que la vida

lo han dicho, lo repiten, lo saben desde siempre.

Aviones, rascacielos, metro buses, portaviones

misiles capaces del borrar del mapa los recuerdos

no tienen tanto valor como un árbol de sombras derramadas

ni el valor que tiene la flecha de un Tucán clavándose en el cielo.



Estos hombres cuyas chozas hace cinco siglos arañan las alturas,

aunque parezca lo contrario nunca se rindieron.

no dieron su brazo a torcer frente a la muerte.

Estos hombres jamás dijeron “basta, nos rendimos”.

Estos hombres perdieron mil batallas

pero la guerra por la vida nunca se termina.



Estos hombres buscaron refugio en las montañas

Llevaron sus sueños a lomo de caballo.

A la orilla de los ríos florecieron como lirios.

Replegaron sus sueños, escondieron sus banderas,

Buscaron refugio en la catacumbas del silencio

Ahora renacen del olvido.

Las lágrimas que remojan sus mejillas hace siglos

nunca han sido de dolor o mansedumbre.

Por sus ojos simplemente lloran las estrellas.



Al replegarse alas montañas adoptaron la táctica del viento.



No piden limosna a la sombra de rascacielos

puentes levadizos y costaneras peatonales.

El smog de las urbes no envenena el aire que respiran.

Caminan con la tristeza más alegre del mundo

por atajos , sementeras y arrecifes.

Se reproducen hasta debajo de las piedras.

En sus pechos atravesados por espadas españolas

ahora anidan mariposas, pero también águilas y cóndores.



Debajo del corotú crecieron como uno.

Uno es la clave de su paso por la tierra.

Uno es el puño de los dedos al cerrarse.

Uno que es ninguno y lo es todo en un relámpago.

Uno ya no es uno, sino la muchedumbre.



Ellos dan la cara por nosotros.


Marco Pueblo
Miércoles 8 de febrero de 2012.


***


Para ser Ngäbe hace falta comer dignidad.
Lil María Herrera nos ofrece dos textos. El primero es un poema: SOY con los Ngäbes, el otro es una ficción en prosa, Ngäbe caballerito, casi un minicuento escrito en el 2008, pero con elementos poéticos por su capacidad de sintetizar la realidad con una imagen. Ambos textos están vinculados por un personaje que aparece. En el poema Lil Herrera hace alusión a la muerte de Mauricio Méndez, un joven de 16 años que murió en circunstancias muy sospechosas y extrañas aún sin resolver. Poesía contestaría como todo lo que escribe esta poetisa cuando se trata de realidades complejas y llenas de tabúes. El componente anafórico SOY es una reiteración solidaria de la poetisa y un llamado a la unidad. El microrelato no necesita un análisis, su personaje, que aparece en el poema anterior, atraviesa por una situación existencial muy triste. La brevedad de la acción que se sintetiza en una imagen, y su desenlace nos revela una realidad cotidiana de todos los días.


SOY con los Ngäbes


En Las Lomas de David es el sexto día de febrero.



SOY con los Ngäbes

Estalla el rostro de un joven mártir, restallan todos los rostros del Pueblo Ngäbe,

de la mano de la heroica cacica Silvia Carrera luchan por su dignidad y por la nuestra.

SOY con los Ngäbes

no entienden los imbéciles gobernantes que sabios son esos "indios"

que son Uno con el ambiente, que el veneno de las mineras

es veneno y por lo tanto inaceptable.

SOY con los Ngäbes

y el Ngäbe caballerito reaparece en el recuerdo con estoica presencia

la dignidad sí alimenta.

Soy con los Ngäbes

y con los Bukleres

y con su espíritu.



Ngäbe caballerito

En la escuela de Alto Caballero, en la Comarca Ngöbe-Buglé los niños y niñas almuerzan arroz con lentejas, a la sombra de un palo de mango o directamente debajo del sol. Un pequeño, sin embargo, camina lento de un lado para otro, pero no descuida su vasija que lleva bajo el brazo. ¿Tiene hambre? Sí. Pero no come ni un poquito.

--Come, ¿por qué no comes?

--Porque mi mamá y mis hermanitos están en la casa y también tienen hambre.


Lil María Herrera

Nota: Sobre los dos textos de Lil María Herrera: el primero es de 2012 y el segundo es de 2008. Pero forman uno solo, porque son complementarios según la autora.


***
Diversidad y derecho: instrucciones para despertar.
Abre los ojos Panamá es un poema escrito por Orivel Oneida Ortega De León. No es un poema escrito por una escritora reconocida y sin demasiados elementos estéticos, pero su atributo especial es su contribución a la lucha por los derechos y la denuncia de las violaciones a través de la palabra. Tiene un elemento anafórico: “Despierta”, la palabra reitera un llamado a la comunidad para que salga de su duermevela. Alude a la diversidad étnica y al respeto por los derechos humanos. Las interrogaciones en el texto son dos y dejan al lector reflexionar.


Abre los ojos Panamá



Panamá, Panamá, Panamá

despierta

despierta que te quieren dejar sin casa

despierta que el dinero no tiene raíces de agua dulce ni paz

sino de ricos fríos y pobreza extrema

despierta que nos atropellan.



Hace días me cortaron la lengua,

ahora quieren mi sangre

¿Quién es Panamá?

¿Quiénes son panameños?



Somos indios, somos negros, somos blancos,

somos mestizos, somos zambos

abundancia de peces y mariposas,

panameños somos todos.



Panamá, despierta que mis niños no quieren vivir

como esclavos bajo efímeras esquirlas de progreso

con sueños del verdor y libertad de otros tiempos.



Orivel Oneida  Ortega De León
Niños Ngäbe pintan su mundo. Foto de Kafda Vergara.





Sábado 4 de febrero de 2012.











***

Mamá chiquita
Eyra Harbar nos trae de la mano de la poesía  el recuerdo de la historia de la abuela  Besigó en el Río Fonseca.  El nombre verdadero de esta mujer era Delia Bejerano de Atencio, mejor conocida como Mamá Chi (mamá pequeña), era una joven jornalera que dirigió un movimiento en la década de los 60, para entonces este pueblo se llamaba Guaymí. Según los investigadores ella vivía con su esposo en las fincas bananeras de Bocas del Toro, donde sufrió las consecuencias del maltrato que recibían los indígenas. De manera coloquial el hablante lírico (tal vez un indígena herido)  habla con Mamá Chi y expresa los diversos abusos de parte del otro "hermano" que odia a su prójimo. El poema tiene imágenes nobles que lo tiñen  de rojo y de carácter identitario. El poema fue inspirado al ver una foto de una mujer gnäbe que camina con su hijo teñida de rojo. La comparación: "Con la ropa incendiada como Kim Phuc" tiñe el poema de rojo y de deja en el lector la sensación de dolor. El poema menciona a una mujer muy famosa,  la vietnamita Kim Phuc. Para Eyra, la imagen de desalojo y de dolor de la mujer gnäbe se parece a la foto que tomó Nick Út.


Mamá chiquita, Mama Chi




La ropa se ha teñido

con arsenales de pólvora,

teñida con la sangre que heredaron

de la abuela Besigó en el Río Fonseca,

la pequeña madre corría con un niño

en brazos escapando un desalojo

y yo con un ojo reventado, odiada

por mi hermano que se siente superior,

siento la herida del sable afilado

por los batallones que la asesinan.



Mamá chiquita, se han llevado a tus hijos

quinientos años trocando la tierra por cadáveres.

Mujer gnäbe camina con su hijo teñida de rojo.
La imagen inspiró a Eyra Harbar.
" Con la ropa incendiada como Kim Phuc..."
La famosa foto de la vietnamita
que sobrevivió a la guerra.


Son infinitos en el mundo los soldados

que bombardean familias

con aviones de cálculo exacto,

infinitos los cuerpos que reposan


para siempre, uno por uno

en la sombra, bajo un pino, una maleza.

Con la ropa incendiada como Kim Phuc

desvestida con napalm,

así se presenta la ofensa de la guerra.



No comprendo por qué siguen armándose,

No entiendo cómo preparan la muerte.

Los años de naturaleza intacta,

los montes inflados con liebres

conjuradas por dioses magos,

son ahora mercurio y azufre.
 

Caen los pájaros en el vuelo,

el viento ha cambiado su favor,

una mano despeina el aire

y maldice su cara helada.

Esto ocurre aquí y en otro lugar,

ha pasado antes y desconfiamos

como habría que desconfiar del odio

que se cree necesario

cuando el dinero suena.

Eyra Harbar
Domingo 5 de febrero.

***
Una oración para la conciliación:
Alexander Zanches escribe este poema con estructura de décima donde sugiere un futuro concialiador. Nos presenta una posible realidad donde se orqueste la paz. La conciliación sólo llegará cuando el hombre busque la misma desde de su interior. El poeta nos ha dicho: "Me siento Señor de mis mundos interiores y procuro trasmitir "el mensaje" de estos mundos subjetivos a los eventuales "señores" del mundo objetivo y real que a todos nos concierne en la actualidad". Por eso el poema de Alexander es casi una oración, una plegaria con hermnosas imágenes y metáforas: sembrador de mañanas o rostro de caracol. El trabajo de guiar al pueblo es una responsabilidad muy grande.  El llamado a apacentar es el de un pastor e implica riesgos, conflictos, y hasta fracasos. Tal vez por eso el poema inicia una de sus estrofas como un llamado: “Seas pastor o gerente”. Es probable que el texto intenta hacer una diferencia entre Pastor, Señor, Caudillo, Gerente, Tirano y Líder. Las connotaciones están tácitas en el discurso. Hay una problematización y es la diferencia teológica entre ser pastor y gerente. El gerente es un administrador, un líder que dirige. Pero el pastor va un poco más allá: "apacenta" sus ovejas como un solo cuerpo, como una congregación,  con un compromiso integral.

EL QUE SE SIENTA SEÑOR
que cuide muy bien su grey
no sea que por la ley
pierda corona y honor.
De mansas ovejas pastor
con derecho a usar su lana
eres cuando no profanas
el principio de equidad
del que vive en la hermandad
del sembrador de mañanas.

Seas pastor o gerente
albañil o labrador
ten presente que el dolor
no debe tocar tu frente
ni la frente de tu gente
que es la fuente del futuro
apártate del gesto duro
implacablemente frío
y no defiendas "lo mío"
con tanto argumento oscuro. 
Si duele tanto la mano
llena de ampollas ya rotas
no creas que te derrotas
cuando te muestras hermano
del que padece al tirano
si hasta detienes tu suerte
rechazando absurda muerte
con un gesto de ternura
que el que desvive ni apura
ni logra Razón tenerte.

El que se sienta Señor
que se guarde de caer
en la tentación de ser
sordo tirano traidor.
Antes seas ruiseñor
anidando en la ventana
por donde cada mañana
asoma sonriendo el sol
su rostro de caracol
a su espejito de grana.
Alexander Zanches, febrero de 2012.
***

Cada yacimiento de su pielDavid Robinson contribuye a la temática indígena con un sencillo poema descriptivo donde la mujer gnäbe es protagonista. El poema describe a una persona desinhibida. Que cuida sin reservas su patrimonio. La ironía del poema en el verso: A veces se cree nórdica le da un sabor identitario al poema.

Mi indiecita

Mi indiecita no es una nórdica    

Pero ya está acomodada
Tiene el cabello lleno de luces
Y aromas cosmopolitas


Ya su sonrisa no es de jade
Es marfil
Gracias al dentífrico blanqueador


Mi indiecita
A veces se cree nórdica
A veces olvida el azabache
Pero
Cuando abre el esplendor de su valle
Toda la fuerza del cobre
Aflora
Por cada yacimiento de su piel


¡No hay fiordo comparable!

David Robinson, 12 de febrero de 2012.



* Nota del Nuchu: A la fecha de trabajar este breve ensayo no contamos el trabajo de Luis Carlos Varela. Sabemos que Luis Carlos Jiménez leyó su poema en la Asamblea y que fue sacado a la fuerza por hacerlo:
(http://www.laestrella.com.pa/online/impreso/2012/02/16/el-poema-que-molesto-en-la-asamblea.asp). Cuando tengamos el poema integro lo subiremos.

1 comentario:

Kafda Vergara dijo...

¿Estamos listos para una antología? Creo que sí. Si todo nos cae encima la publicamos nosotros mismos! Con esto has hecho lo que te corresponde.

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