viernes, 1 de junio de 2007

Historia de una ciudad sin memoria

En la última edición de la revista Lobby (mayo 2007) el señor Orlando Acosta Patiño nos regala un interesante artículo titulado: Nuestra urbe tiene memoria, en el cual narra cómo la ciudad está siendo afectada por un "desarrollo" sin control. En el texto citado Patiño hace una breve mirada al pasado histórico de la ciudad y logra concluir con una interesante y valiosa propuesta: ¿cuál es la ciudad que queremos? Además hace énfasis en que vivimos un momento histórico: es otro momento de cambio y de fuertes críticas.

La pregunta que se nos ocurre es: ¿hasta dónde serán escuchadas esas críticas por parte de los que toman decisiones políticas en este país?

Hace poco conversaba en la Academia Panameña de la Lengua con el poeta José Guillermo Ros Zanet y su esposa. Ellos me contaban que se han visto obligados a vender su casa en el barrio de Bella Vista; una hermosa residencia donde el poeta alberga celesomante su biblioteca personal.

Es una lástima ver cómo la ciega voluntad del progreso, como escribió una vez el poeta Gabriel Zaid, está acabando con nuestra memoria urbana y obligando a que gente buena e inteligente se vaya de su barrio porque es insoportable para ellos vivir rodeados de comercios.

Destruimos una vez los ríos urbanos, que ahora son madres cloacas. Con los proyectos de barriadas estamos dejando un peladero que llega en algunos lugares hasta los mangles. Hemos destruido y privatizado nuestras playas. Y ahora, como ya no basta con pelar la selva del Darién, hay que destruir el monumento arquitectónico que guarda la memoria de la ciudad.

¿Qué podemos hacer? Ante esta emergencia pienso que son positivas las acciones de grupos como la Alianza Pro- Ciudad; pero también se podría crear un Frente por la Defensa de la Cultura, porque éste es un problema también del desarrollo cultural. Resistencia: es una palabra clave. Noam Chomsky dice que hay que resistir y hacer que las voces se escuchen por todos los medios que sea posible. Es importante que los que toman decisiones sepan que hay grupos que se oponen a una gestión que no está sustentada en un proyecto nacional, sino en intereses particulares. Eso es lo que podemos decir.
CF

3 comentarios:

Yanuly Sanson dijo...

Creo importante la unión no solo de voluntades sino de cabezas, para poder enfocar los mejores intereses culturales y sociales del país, pero más básicamente, exigir que todo desarrollo sea lógico y sostenible.
Mientras que esto no ocurra seguiremos a la sombra de esa imagen negativa del panameño, fresco, poco importa y que mal podría algun día ser todo lo que nos identifique, cuando nuestra memoria histórica y cultural -toco madera- se haya desvanecido.

Carlo dijo...

Siento de igual forma que la decadencia es cultural sobre todo, y que aunque soluciones especificas nos hacen encender una luz de esperanza, es el deterioro cultural cada vez mas progresivo el que indigna a los intelectuales consumados, y mas aun el hecho que no podemos aceptar tan facilmente el destino de nuestro presente. Se ha demostrado a traves de la historia que solo se pueden crear normativas sociales logicas o con el uso de una cultura generalizada, o bien por el uso de la fuerza, segunda opcion esta poco factible para un pueblo ya plagado de violencia.

Un Saludo.

Edilberto González Trejos - Autor dijo...

Hay una cualidad mercantil en Panamá, contra la cual nos estrellamos aquellos que buscamos un poco de fondo y sustancia.
La identidad está allí y la memoria existe, contra somníferos colectivos que la tienen casi en coma.

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